'Los Toboganes', a cirugía reconstructiva

Tras más de diez años de quejas y reclamos, la comunidad del barrio Cabal Molina, en El Cerrito, verá realizado el sueño de reconstruir y habilitar la calzada que atraviesa este sector y que debido al pésimo estado en que se encuentra fue bautizada irónicamente como Los Toboganes.

Tras más de diez años de quejas y reclamos, la comunidad del barrio Cabal Molina, en El Cerrito, verá realizado el sueño de reconstruir y habilitar la calzada que atraviesa este sector y que debido al pésimo estado en que se encuentra fue bautizada irónicamente como Los Toboganes.La obra, que consiste en la intervención de 291 metros lineales, era una necesidad a gritos, tanto de los pobladores del lugar como de los usuarios de la calzada que comunica con la carretera Panamericana.Según explicó el secretario de Infraestructura de El Cerrito, Manuel Alfredo Tovar, desde que se construyó esta carretera quedó mal. Esta situación que empeoró los trabajos de reposición de las redes de acueducto y alcantarillado. Por eso, el proyecto contempla la adecuación de la Carrera 11 entre calles 10, 11 y 12.“Al respecto, el concejal Fernando Andrade Serrano, subrayó que desde el mes de febrero se reunió con líderes de la zona que le plantearon la problemática.“Ellos me dijeron que se habían quejado a varias administraciones anteriores y ninguna les prestó atención. Así que hablamos con el Alcalde y él se comprometió a hacer un esfuerzo financiero para sacar adelante esta obra que es vital tanto para los habitantes del barrio Cabal Molina como para todos los cerriteños”, puntualizó el edil.El cierre de la licitación está previsto para el próximo lunes 25 de octubre y cuenta con nueve proponentes.Se espera que el 3 o 4 de noviembre próximos se conozca el nombre del ganador del proyecto, que tiene un costo de $266 millones.Rosario Perea, habitante del lugar, señaló que es muy buena la noticia, teniendo en cuenta la cantidad de accidentes que se registran por el pésimo estado de la vía.“Aquí se caen las personas y vehículos a los huecos. Uno no se puede sentar en el andén porque lo golpean las piedras que levantan los carros. Hay mucho zancudo, sin contar el polvo que se levanta cuando es verano y las ‘lagunas’ en invierno”, enfatizó la mujer.