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Los incendios forestales también dejan estragos en Palmira y Pradera

La sequía ha comenzado a afectar la oferta hídrica en las montañas del suroriente del Valle del Cauca. Agricultores y ganaderos, las mayores víctimas. Insisten en la necesidad de hacer bueno uso del recurso.

23 de septiembre de 2012 Por: Luz Stella Cardona Ruiz | Redactora de PalmiraHoy

La sequía ha comenzado a afectar la oferta hídrica en las montañas del suroriente del Valle del Cauca. Agricultores y ganaderos, las mayores víctimas. Insisten en la necesidad de hacer bueno uso del recurso.

El intenso verano está quemando las esperanzas de los agricultores y los ganaderos de la región y poniendo en riesgo la oferta hídrica destinada al consumo humano.Además, las altas temperaturas se ven agravadas por el déficit de lluvias, lo que tiene en jaque a los moradores de las montañas de Palmira, El Cerrito, Pradera y Florida. En Candelaria, por ejemplo, ya se registra un desabastecimiento en la zona rural, mientras hay una considerable disminución en la producción agrícola y de carne y leche.El panorama se torna más seco ante el anuncio del Ideam de que el Fenómeno de El Niño se extenderá hasta los primeros meses del próximo año.¿En amenaza?Aunque la jefe del Departamento de Gestión Ambiental de Acuavalle, Martha Landazabal, aseguró que la situación no es crítica, muy distinto piensan los usuarios y las entidades ambientales de la zona. De hecho, en el corregimiento Villagorgona, en Candelaria, 25.000 personas no tienen agua desde el viernes de la semana pasada.La secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo del Municipio, Francia Elena Tapias, explicó que el verano ha bajado los niveles de los pozos profundos que surten a la comunidad, lo que obligó a establecer un plan de contigencia que incluye el manejo de carros cisternas y la entrega de tres toneladas de agua, las cuales son ofrecidas por una compañía de gaseosas asentada en el sector.“Considerando que el fenómeno irá hasta marzo del 2013, pensamos en bajar la toma de agua unos 8 metros más para poder acceder al líquido durante toda esta temporada”, indicó.Por su parte, David Useche, coordinador del Clopad, agregó que también se han afectado El Tiple, El Carmelo y El Cabuyal, que suman más de diez mil habitantes.Entre tanto, en El Cerrito la situación no es menos árida. De acuerdo con Daniel Mauricio Roa, director de la Umata, el caudal del afluente que lleva este mismo nombre ha bajado entre 35% y 40% y que los efectos más nefastos se han dado en los sectores agrícola y pecuario.Un diagnóstico de Acuavalle identificó este municipio como “prioritario y de seguimiento”, por los bajos niveles del río, aunque aún no se han presentado racionamientos. En Pradera, según Asobolo, el tema del líquido vital está que arde.Amalia Morales, directora de la entidad, enfatizó que el caudal del Bolo, que surte a los pradereños, bajó de 2.500 litros por segundo a 800 litros por segundo, aproximadamente.“Pero la gente en la zona urbana no se da cuenta y sigue haciendo mal uso de este recurso, precisó.Agregó que en los corregimientos La Carbonera y Los Pinos ya se está sufriendo por falta de agua: “Toda la parte alta de Pradera está afectada”.Juan Carlos Arevalo, director de la Umata, coincidió con ella al expresar que “los 22 corregimientos del municipio tienen dificultades, puesto que la disponibilidad de agua está muy limitada”. En San Antonio, por ejemplo, ya hay racionamiento.En Florida, Víctor Mario Silva, director de la Umata, afirmó que el Frayle está bajando con buen caudal y que por ahora no se ha registrado desabastecimiento.Este mismo escenario se vive en la Villa de las Palmas, donde el subgerente técnico de Acuaviva, Joaquín García, indicó que el río Nima presenta disminución en su caudal, por lo que la empresa se está apoyando en el embalse Santa Teresa, de la Epsa, que tiene una capacidad de seis millones de metros cúbicos.Cultivos estresadosLos sectores agrícola y pecuario están viviendo su propio vía crucis por la falta del recurso hídrico en la región suroriental del Valle del Cauca.En la zona alta de El Cerrito las pérdidas son cuantiosas, según el director de la Umata, Daniel Mauricio Roa: “La producción de leche bajó de 32.000 litros diarios a 20.000, pues los pastos están secos”.En el corregimiento Tenerife hay 450 hectáreas dedicadas al cultivo de cebolla larga y unos 200 productores que han visto disminuido sus ingresos, pues un ‘atao’ que costaba $20.000 ahora vale $7.000, debido a poca calidad del producto.“La papa amarilla y la parda, el repollo, la arveja, el tomate, el aguacate y la fresa han bajado su producción en un 30 ó 40%”, puntualizó.En Florida, anotó Víctor Mario Silva, de la Umata, los pequeños agricultores de maíz, lulo, frijol, plátano y hortalizas son los más golpeados por la resequedad de los suelos, ya que no tienen distrito de riego para mitigar el problema.Igual pasa con la ganadería, pues la producción de carne y leche ha disminuido de manera preocupante.De otro lado, Germán Ramírez, de la secretaría de Medio Ambiente de Palmira, afirmó que todo el territorio se ha visto afectado, especialmente La Quisquina, Calucé, Los Naranjos y La Nevera, donde no ha llovido sobre los cultivos de pan coger.En Pradera hay 14.000 hectáreas destinadas a la siembra, el 95% de las cuales tiene caña en tanto que el resto son de hortalizas y verduras.“La caña y los cultivos están estresados, no crecen, debido a la resequedad de los suelos”, expresó Amalia Morales, de Asobolo.Así las cosas, el horizonte que se levanta sobre estos municipios no podría ser más árido en materia de agua.Y aunque se espera que a finales de este mes lleguen las lluvias, la pregunta que se hacen los campesinos es si será suficiente para cubrir la demanda del líquido hasta mediados del 2013.

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