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Homicidios siguen en alza en el Norte del Valle

Entre los municipios más violentos se encuentran La Victoria, Roldanillo, Zarzal, Caicedonia, Ansermanuevo y Bolívar. Autoridades policivas plantean que los entes gubernamentales deben sumarse a la solución.

16 de noviembre de 2011 Por:

Entre los municipios más violentos se encuentran La Victoria, Roldanillo, Zarzal, Caicedonia, Ansermanuevo y Bolívar. Autoridades policivas plantean que los entes gubernamentales deben sumarse a la solución.

Este 2011, en el norte del Valle 404 personas no celebrarán junto a sus familias las fiestas decembrinas ni recibirán el nuevo año con sueños y esperanzas.Todo porque sus vidas fueron silenciadas en el marco de la guerra entre bandas criminales y la intolerancia que se registra en los 18 municipios que conforman esta zona del departamento.Según cifras del Observatorio Departamental de Prevención y Control de la Violencia, en comparación con los homicidios ocurridos hasta el 3 de noviembre del 2010, este año la cifra ha aumentado en un 36%, siendo La Victoria el municipio con el incremento más considerable.“Es una situación preocupante. Algunos habitantes se tuvieron que ir de la población por culpa de esta violencia. Sin embargo, es de destacar que ya llevamos dos meses sin homicidios”, aseguró el alcalde de La Victoria, Gilberto Cataño.Detrás de esta localidad se encuentran Roldanillo, Zarzal, Caicedonia, Bolívar y Ansermanuevo.No obstante, en varios de estos territorios la violencia también está dando una tregua, como es el caso de Roldanillo, donde no se han registrado muertes violentas desde el pasado 2 de octubre, según información suministrada por el secretario de Gobierno Municipal, Aimer Escarria.Paradójicamente, El Dovio, que hace un par de meses apareció en el informe de Medicina Legal como el cuarto municipio más violento del país, hoy muestra una reducción en las cifras de asesinatos.Características comunesLas estadísticas manejadas por las autoridades arrojan que gran parte de los crímenes se registran en los perímetros urbanos y que las víctimas, en su gran mayoría, fueron ultimadas con arma de fuego o blanca. Según las autoridades, el móvil sigue siendo el mismo de hace algunos años: la guerra por el narcotráfico, a la que se ha sumado la disputa por el narcomenudeo.“No conformes con el tráfico de estupefacientes, que es en grandes cantidades y que se hace por el Cañón del Garrapatas, estas bandas se están dedicando al narcomenudeo o microtráfico, manejando los expendios de bazuco en las zonas urbanas de los municipios”, sostuvo el coronel Julián González, comandante de la Policía Valle.Contrario a lo que se podría pensar, los adolescentes no encabezan la lista de las víctimas sino los de entre 20 y 29 años de edad, seguidos de los de 30 a 39 años.Identificar los motivos que desencadenan las muertes no resulta complicado para los investigadores, puesto que muchos asesinados estaban desempleados o se dedicaban a actividades informales.ResultadosPara el Oficial, las bandas criminales están enfrentándose por “la supremacía narcotraficante y es muy complicado que por cada bandido haya un policía cuidándolo”.Sin embargo, destacó la labor que la institución ha venido realizando en el Valle del Cauca, donde se ha incrementado el componente de investigación criminal que repercute en la judicialización de los delincuentes.De hecho, durante lo que va corrido del año se ha logrado la captura de 103 integrantes de esas bandas criminales, en comparación con las 56 detenciones que se llevaron a cabo en el 2010. De igual forma, todos los retenidos de este año mantienen medida de aseguramiento intramuros, “lo que destaca la labor de inteligencia que se viene realizando”, puntualizó el Comandante de Policía Valle. No obstante, la guerra entre bandas criminales no es la única razón para el aumento de los asesinatos: la intolerancia también pone su ‘cuota’, aunque en menor proporción.Así lo confirman las estadísticas de Cartago, por lo que también hace falta que las autoridades civiles trabajen en esta otra casa de la violencia en el norte del Valle del Cauca.

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