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Estas son las claves para entender el caso Juan Carlos Martínez

¿Exactamente por qué fue condenado a siete años de prisión el político más controvertido de la última década en el Valle? ¿Por qué no se le puede considerar un 'parapolítico' más? ¿Qué viene para la política del Valle después de esta condena? Se lo explicamos.

9 de junio de 2011 Por: Redacción de El País

¿Exactamente por qué fue condenado a siete años de prisión el político más controvertido de la última década en el Valle? ¿Por qué no se le puede considerar un 'parapolítico' más? ¿Qué viene para la política del Valle después de esta condena? Se lo explicamos.

El fallo emitido por la Corte Suprema de Justicia, en el que condena a 90 meses de prisión al ex senador Juan Carlos Martínez Sinisterra por sus nexos con grupos paramilitares, dejó al descubierto, además, los vínculos del ex congresista con el Cartel del Norte del Valle.De acuerdo con el fallo de la Sala Penal, el ex senador pagará una “pena principal de 90 meses de prisión y 6.500 salarios mínimos legales mensuales vigentes, más las accesorias de inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas por un lapso igual al de la privación de la libertad, en calidad de responsable del delito de concierto para promover grupos armados al margen de la ley”.Lo novedoso del fallo es que revela los presuntos nexos que habría tenido el ex senador Martínez con el cartel del Norte del Valle, a raíz del testimonio aportado en el proceso por María Nancy Montoya, ex representante a la Cámara por el Valle. Según le dijo la ex congresista a la Corte el 23 de febrero del 2010, Martínez habría tenido vínculos con Hernando Gómez Bustamante, alias ‘Rasguño’, para las elecciones regionales del 2003”. Este hallazgo, el cual fue trasladado a la Fiscalía con el radicado 29970 para que “asuma la investigación de los hechos que podrían subsumirse en el delito de enriquecimiento ilícito”, es el que le habría permitido a Martínez mantener el caudal electoral tras la desmovilización del Bloque Calima de las AUC. “No puede la Corte pasar desapercibidos los resultados electorales obtenidos por el ex senador Martínez en el Valle para las elecciones del 2006, pues si bien el caudal electoral en el Puerto de Buenaventura se le disminuyó de 15.412 votos obtenidos en el 2002, a 5.008 sufragios depositados a su nombre para el 2006, los 10.404 votos que se le redujeron en el puerto marítimo cuando ya sus aliados, las autodefensas, se habían desmovilizado, los trasladó a otras regiones del Departamento, siendo el Municipio de Cartago el que le aportó la segunda votación en importancia que obtuvo en el Valle con 5.011 votos, que comparados con los 23 que obtuvo en las elecciones del 2002, generan un verdadero fenómeno de atipicidad electoral”, señala el fallo.Agrega que luego de la desmovilización de diciembre del 2004, parte del Bloque Calima siguió operando en el norte del Valle junto a “algunos mafiosos como Diego Montoya... razón por la cual la votación del ex senador Martínez se desplazó de manera importante hacia el municipio de Cartago”. No convencieron a los magistrados las declaraciones de Martínez ni de Carlos Herney Abadía, quienes en su orden justificaron la disminución de los votos en Buenaventura en la ausencia del ex senador en el Puerto por razones de seguridad o a que en el 2006 se cambió al tarjetón donde ya no aparecía la foto.A renglón seguido, dice la Corte, “se infiere, sin necesidad de hacer cabalas políticas arriesgadas, que Martínez es el heredero en el Valle de una votación que, sin lugar a dudas, ha estado permeada por los recursos del narcotráfico, pues como lo reconoció Carlos Herney Abadía, fue condenado por enriquecimiento ilícito en el Proceso 8.000”. Los acuerdos en BuenaventuraTambién detalla el tribunal las alianzas políticas de Martínez con el Bloque Calima de las AUC para garantizar el control político en el principal puerto en el Pacífico.Centran su atención en los últimos dos alcaldes: José Félix Ocoró y Saulo Quiñónez, de quienes dice la Corte que “el primero fue apoyado por Martínez en el 2003, cuando fue candidato, y el segundo apoyado por las autodefensas cuando ganó las elecciones en ese mismo año, ambos con nexos con el Bloque Calima” lo que le “aseguraba a Martínez en todo caso, el triunfo electoral que para su concreción demandaba”. Con acuerdos que “garantizaban que Martínez y las AUC tuvieran control sobre los asuntos de la administración municipal”.También encontró la Corte Suprema que el congresista y el narcotraficante Olmes Durán, quien operaba en el Pacífico y Chocó, no son los amigos distantes que quisieron hacer ver en el proceso, sino que mantuvieron conversaciones a través de teléfonos de terceros en los que sostuvieron comunicación constante y el trato era de “hermano”, “ahijado”, “padrino” o “viejo”, como se oye en grabaciones.Se agrega a lo anterior, que los testimonios de los ex jefes paramilitares en favor de Martínez fueron contradictorios e “inverosímiles” y que ese protagonismo que le dieron a ‘Fernando Político’ en un principio, quien era el que manejaba los hilos con dirigentes de la región, intentaron después diezmar su importancia.Concluye el fallo en uno de sus apartes que Martínez no fue parte de un “proyecto político” de las AUC sino de un “contubernio” en el que el acusado “promovió una fuerza ilegal para llegar al Senado”, comprometiendo “la seguridad pública y la función pública” ofreciendo a las AUC el contar con una persona en el Congreso que fuera útil a sus propósitos “y sellar los nexos con los narcotraficantes cercanos o amigos del ex senador, auspiciadores y financiadores del Bloque Calima”.Un político hábilJuan Carlos Martínez Sinisterra es un político audaz. En poco tiempo logró convertirse en una ficha clave del ajedrez político del Valle del Cauca, aún sin calcular el peso jurídico que conllevaría sus ansias de poder. Martínez, nacido un 29 de enero de 1970 en el municipio de Timbiquí, pasó del anonimato y de aquellas épocas de chico de barrio en el Pacífico caucano, al protagonismo público. Al escándalo. Y es que de su vida antes de ingresar en el mundo de la política poco se conoce. Se sabe que su adolescencia la pasó en un taller de ebanistería haciendo muebles. A sus 20 años se desplaza a Buenaventura, donde desempeña varios oficios: desde comerciante de plátanos, frutas, hasta dueño de un restaurante.Hace cerca de quince años inició su carrera política en el liberalismo. En 1996 fue aspirante al Concejo de Buenaventura y, aunque no logró ser elegido, sí abonó terreno para convertir al Valle en uno de sus fortines políticos. Martínez Sinisterra siguió escalando. En 1998 logra una curul en la Asamblea. Con el aval del Movimiento Popular Unido, MPU, y de la mano del ex congresista Carlos Herney Abadía (padre del destituido gobernador Juan Carlos Abadía), consigue acelerar su carrera política en el Valle y vuelve a salir elegido diputado junto con Juan Carlos Abadía. Pero Martínez no asume la curul y en el 2002 decide ingresar a las grandes ligas de la política nacional y se postula al Senado con el aval del MPU, el partido fundado por Carlos Herney. En ese año se convierte en senador con una sorprendente votación, que habría sido respaldada por las AUC, según el fallo emitido ayer por la Corte Suprema. Desde ese momento comenzaría a demostrar su gran ambición de poder y a extender sus tentáculos en distintas entidades de Cali y del Valle el Cauca. En el 2006 es reelegido en el Senado por el movimiento Convergencia Ciudadana, el partido que absorbió al MPU, y consigue la segunda votación de su partido, con más de 66.000 sufragios, muchos de ellos en Cartago.En el 2007 apoya a los candidatos Jorge Iván Ospina y Juan Carlos Abadía, quienes ganan la Alcaldía de Cali y la Gobernación del Valle, respectivamente.Ya en el 2010, en las elecciones parlamentarias, el recién conformado Partido de Unidad Nacional, PIN, (reemplazo de ADN) obtiene un ‘caudal’ de votos en el Valle, que benefició a varias fichas de Martínez para el Congreso.CronologíaJulio 9 del 2008: La Corte Suprema de Justicia anunció que abría investigación preliminar contra el senador vallecaucano Juan Carlos Martínez Sinisterra por presuntos nexos con grupos paramilitares.Abril 23 de 2009: La sala Penal de la Corte Suprema ordenó la captura del ex senador Martínez por el cargo de concierto para delinquir por presuntos nexos con las Autodefensas Unidas de Colombia.Abril 29 de 2009: El ex senador Juan Carlos Martínez Sinisterra renunció a su fuero de congresista para que su caso pase a manos de la Fiscalía General, con el fin de contar con una doble instancia.Diciembre 3 del 2009: Un fallo de la sala disciplinaria de la Corte Suprema ordena devolver a la Sala Penal todos los casos de congresistas investigados por parapolítica y que renunciaron a su fuero.Diciembre 9 del 2009: La Corte llama a juicio a Martínez por el delito de concierto para delinquir, por sus vínculos con el Bloque Calima, según el testimonio del ex jefe paramilitar Éver Veloza, alias ‘H.H’.Enero 26 de 2010: Una fuerte polémica, que terminó con la salida del director de la Picota, se armó en Bogotá tras conocerse que el ex senador Martínez se encontraba ampliando y remodelando su celda.Marzo 14 de 2010:Pese a llevar varios meses preso, el ex senador Martínez demostró que tenía vivo su poder electoral y logró elegir de entre sus amigos a tres senadores y cinco representantes a la Cámara.Noviembre 11 de 2010:Otro escándalo protagonizó Martínez en La Picota. Esta vez por el festejo de su cumpleaños en el penal con comida, invitados y orquesta. Fue trasladado a la cárcel de Barranquilla.Marzo 3 de 2011 Finaliza el juicio que adelanta la Corte Suprema contra del ex senador procesado por sus presuntos vínculos con las AUC. Su defensa pidió no dar credibilidad al testimonio de alias HH.Junio 8 de 2011 La Corte Suprema de Justicia condena a 90 meses de prisión al ex congresista vallecaucano, por el delito de concierto para delinquir agravado dentro del proceso de la ‘parapolítica’.

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