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El miedo convive con los habitantes de Pradera durante el proceso electoral

Ciudadanía de Pradera clama por más seguridad. La intimidación se generalizó en el municipio. Piden más pie de fuerza.

9 de septiembre de 2011 Por: Redacción de El País

Ciudadanía de Pradera clama por más seguridad. La intimidación se generalizó en el municipio. Piden más pie de fuerza.

“Siempre me ha gustado participar, pero no sé si esta vez dejarán votar porque el pueblo está muy violento y aterrador, circulan panfletos con muchas amenazas en los barrios, la gente se encierra y no sabe para dónde coger”.La aseveración de Zoila Ochoa, una tolimense que llegó hace 40 años a Pradera y sigue al frente de la cacharrería más popular de la población, refleja el miedo que los residentes del ‘Municipio Dulce’ del Valle del Cauca experimentan por estos días de época preelectoral.La violencia que desde hace dos o tres meses se ha apoderado de esta población del suroriente vallecaucano llamó la atención del ministro del Interior Germán Vargas Lleras, quien decidió anticipar en la localidad la implementación del Plan Democracia, medida que busca garantizar la realización de la jornada electoral del 30 de octubre próximo.Y aunque está descartado que actos delictivos como el de la noche del lunes pasado en el que fue asesinado un expolicía y herida su esposa y otras dos personas en un atentado con granada tengan que ver con proselitismo político, la comunidad pide que se garantice a toda costa la seguridad.“Lo extraño es que la violencia se ha agudizado en estos dos o tres meses con el proceso electoral, pero lo que sí es cierto es que organismos y autoridades no estábamos trabajando en forma articulada. El cambio se dio desde ayer (martes pasado), en vista de la arremetida violenta, esperamos resultados debido a las medidas tomadas”, reconoció el alcalde de Pradera, Henry Devia Prado.El Mandatario, quien está al frente de la Alcaldía desde el 29 de noviembre pasado porque el titular Germán Caicedo Morales fue suspendido un año por la Procuraduría, precisó que una de las tareas es devolver a los pradereños la confianza, especialmente en la Policía.“Han sido retirados del servicio tres uniformados por denuncias de la comunidad y otros han sido trasladados”, informó Devia Prado.En total, son 15 uniformados asignados a Pradera y 22 contraguerrilleros que llegaron desde marzo pasado. Sin embargo, voces como la del Alcalde, líderes políticos y cívicos se levantan para exigir más pie de fuerza que permita garantizar la seguridad de la zona.La preocupación se incrementó en los últimos días con la circulación de un panfleto de las Farc. En este documento, que también incluye a Florida, Palmira y Caicedonia, en el Valle, y a Miranda en Cauca, el bloque móvil Arturo Ruiz de la columna Gabriel Galvis de las Farc invita a los habitantes que se abstengan de votar, lo que ha incrementado el miedo.Empero, no sólo la presión de los grupos ilegales intimida a pradereños.“El temor es porque estas elecciones van a estar calientes, que se repita lo de hace cuatro años o que sea peor”, indicó Jhon Alexánder Ocampo, un transportador que ejerce en esta localidad.Como se recordará, el descontento por la jornada electoral del 29 de octubre del 2007 en la que resultó perdedor Adolfo León Escobar Pineda, uno de los candidatos participante en la actual contienda, culminó con una asonada que además dejó el incendio de la Registraduría local.Al respecto, Escobar sostuvo a El País que “confío en las instituciones del Estado que van a estar vigilantes, estoy seguro de que estas elecciones van a transcurrir sin novedad y por el contrario en favor de la democracia”, pero lamentó la violencia que vive su municipio.ConflictosDos bandas delincuenciales en disputa al parecer por territorio causan la zozobra en Pradera, especialmente desde hace dos o tres meses.“Hacia abajo, en el barrio Comuneros, hay una banda que llegó hace unos dos meses, mataron a los que se les oponían y desde entonces quieren imponer su ley, son muy agresivos. ¿A quién tienen que matar para que se tomen medidas?”, sostiene el comerciante Alfonso Valencia, una de las víctimas de la delincuencia, pues son tres las veces que ya ha sido extorsionado. En lo político, la comunidad está en medio de las disputas de dos candidatos favoritos enfrentados.”Sólo hay dos candidatos y uno no sabe con quién se están metiendo ellos”, asegura Jhon Jairo Rivera, un empleado que se moviliza a diario hacia su trabajo en bicicleta, pero que no oculta su temor: “La cosa está dura”, dice.

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