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Valle del Cauca colapsaría ante una fuerte arremetida de la ola invernal

Frente a otra arremetida de la temporada invernal, la región colapsaría. Existen 32 vías en riesgo y obras que no terminaron.

24 de marzo de 2013 Por: Luiyith Melo García | Reportero de El País

Frente a otra arremetida de la temporada invernal, la región colapsaría. Existen 32 vías en riesgo y obras que no terminaron.

Si se desatara una nueva ola invernal por estos días, como las ocurridas en años anteriores, seguramente la región colapsaría. El río Cauca podría desbordarse de nuevo en Obando, La Victoria y Bolívar, inundaría cientos de hectáreas agrícolas del norte del Valle, anegaría parte de Candelaria y La Dolores (Palmira), 32 vías claves del Valle sufrirían derrumbes y 2363 viviendas afectadas por inviernos anteriores que aún no han sido reconstruidas, colapsarían definitivamente.En Cali no es seguro que el jarillón del río Cauca resista una nueva arremetida del afluente o que asentamientos arriba de los Chorros, Siloé o Alto Menga puedan salvarse de inundaciones o deslizamientos de tierra. Justamente este jueves un canal de aguas lluvias puso en emergencia a Los Chorros, en el suroeste de Cali.La comunicación por tierra con Buenaventura hacia donde se mueven miles de toneladas diarias de mercancías se pondría en riesgo por los derrumbes de la banca que aún son una amenaza. Como si fuera poco, hoy, la carretera Simón Bolívar, que es la vía alterna al Puerto, está incomunicada por un derrumbe en el kilómetro 93. Abrir el paso por la vía vale $1.500 millones.La despensa agrícola del sur del Valle en Tablones y Tenerife, zona rural de Palmira, de donde salen 35 mil litros diarios de leche y miles de toneladas de cebolla, papa, cilantro, aguacate y otros productos sigue en alto riesgo porque no ha sido posible recuperar el puente Las Águilas.Lo mismo ocurre en el área productiva de Sevilla, donde hace dos meses 150 metros del carreteable desaparecieron bajo un alud de tierra en el sector La Cristalina y dejó incomunicada la zona. Con el último aguacero se afectó también la vía a la Milonga, La Cristalina y El Popal, lo que ha obligado a buscar una carretera alterna. Las obras para estabilizar la montaña y abrir paso cuestan $3.000 millones que no están disponibles, según Julián Henao, subsecretario de Infraestructura del Valle.El capitán Edward Fierro, subdirector de la Oficina de Prevención y Atención de Desastres del Valle, reconoció que frente a un nuevo invierno “existen debilidades grandes porque hay obras que no se alcanzaron a hacer”. Por esa razón, dijo, “pueden haber deslizamientos y hay que monitorear, sobre todo los municipios de loma y vías terciarias en El Cairo, Sevilla y El Águila que son muy vulnerables”.Una fuente que pidió reserva de su nombre dijo que frente a una nueva emergencia “todo está quieto en el Gobierno, el presupuesto no se ve, el año pasado no se ejecutó nada. Se elaboran los proyectos, pero cuando llegan a Planeación y Hacienda, dicen que no hay recursos”.El director de la CVC, Óscar Libardo Campo, sostuvo que “nunca nada que se haga es suficiente frente a los fenómenos de la naturaleza”, pero dijo que se avanzó en el manejo hidráulico de ríos y que la represa de la Salvajina aún tiene un 50% de capacidad de embalse para regular las aguas del río Cauca hasta Mediacanoa.Sin embargo, eso no quiere decir que no se necesiten más obras. Muchas de las áreas expuestas a riesgos son predios de agricultura y, según Campo, “serían los privados quienes tendrían que mirar cómo mejoran su protección”. El País muestra qué tan lista está la región frente a un nuevo chaparrón invernalInversiones en dudaBuena parte de las obras que requería el Valle para prevenir los daños de otra tragedia invernal, quedaron inconclusas. Tal como lo denunció este diario hace un mes, de las 184 obras que fueron aprobadas en el Valle, solo 55 fueron terminadas, 112 fueron recibidas ‘con observaciones’ y 17 más figuran en ‘estado crítico’.En el Valle del Cauca estarían comprometidos recursos por más de $20.000 millones en cerca de 28 obras contratadas, lo cual comprometería a ex alcaldes, contratistas e interventores. Son obras que se adjudicaron sin mediar licitación, amparadas en la figura de la urgencia manifiesta. Sin embargo, dos años después esas obras que se consideraron “urgentes” no se han terminado, fueron abandonadas por el contratista o, en el peor de los casos, no se han iniciado.La contención de los ríos está inconclusaFrente a eventuales inundaciones, uno de los aspectos que más preocupa es que no se terminaron de construir o ajustar los diques sobre el río Cauca y otros afluentes para contener las aguas durante una creciente. Las alertas están en el norte del departamento y en Cali.En esta ciudad se estableció como una prioridad despejar el jarillón habitado por más de seis mil familias asentadas en él, incluso con industrias y talleres que amenazan su estabilidad.La inversión requerida para reubicar esta gente y reforzar el dique se estimó en $1.3 billones, pero esos recursos provenientes del Fondo de Adaptación parecen estar lejos de ser girados y ejecutados. La amenaza sobre la ciudad sigue y las autoridades han advertido que si el jarillón se rompe anegaría casi la mitad de la ciudad, toda la zona oriental, donde habitan más de un millón de personas.

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