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Con apoyo de VallenPaz diez familias campesinas legalizan la propiedad de sus tierras

Mañana viernes se firmarán los documentos que legalizan la propiedad y donación de la tierra, perteneciente a la familia Garcés Echavarría, a la asociación Asoacam, conformada por campesinos.

22 de julio de 2010 Por: Elpais.com.co

Mañana viernes se firmarán los documentos que legalizan la propiedad y donación de la tierra, perteneciente a la familia Garcés Echavarría, a la asociación Asoacam, conformada por campesinos.

Ser empresarios del campo y además propietarios de la tierra será una realidad para diez familias campesinas de la vereda Marañón, en Caloto, Cauca, cuando este mes firmen las escrituras que los reconocen como propietarios de 53 hectáreas y 9.724 m2, distribuidos en diez predios de 5,3 hectáreas en promedio cada uno. Los beneficiarios hacen parte de Asoacam, una asociación constituida para cultivar y comercializar los frutos de la tierra de manera conjunta; también para asumir los créditos para la instalación de la infraestructura de riego por goteo, y para resolver la distribución de las áreas entre las familias y las zonas de reserva forestal.Este 23 de julio se firmarán los documentos que legalizan la propiedad y donación de la tierra, perteneciente a la familia Garcés Echavarría, a la asociación Asoacam, en una figura que exige que no podrán escriturarse sub predios, hasta después de 10 años, esto con el ánimo de garantizar, al menos por ese lapso, la figura asociativa con las ventajas del trabajo organizado y con la sinergia del equipo.La experiencia comenzó en el 2002, cuando VallenPaz recibió de los propietarios de la tierra, el encargo de entregarla a un grupo de campesinos que estuvieran sufriendo el rigor del conflicto armado. En la elaboración del proyecto participó Cencoa, la central de cooperativas agrarias, que presentó el Modelo Integral Productivo Japio y que incluyó propuestas de intervención social, técnica, productiva y de organización social y empresarial; paralelo a este proceso se adelantaron los estudios biofísicos y de análisis de suelo, lo que permitió instaurar la unidad agrícola familiar como un pre-requisito para establecer el número de beneficiarios.VallenPaz trabajó por el fortalecimiento y mejoramiento de la calidad de vida de estas familias campesinas. A partir de un diagnóstico participativo de la región, se formuló en conjunto con los beneficiarios un plan de trabajo acorde con sus dinámicas socioeducativas y culturales. Este proceso incluyó un acompañamiento permanente y a largo plazo que posibilitara fortalecer las unidades agrícolas familiares, pues no se trataba sólo de intervenir al campesino, sino de proporcionar herramientas para la atención integral de su familia. Al referirnos a atención integral se contemplaron los siguientes aspectos: acompañamiento técnico (agrícola-pecuario), productivo, de organización social-comunitaria, empresarial, financiero y de comercialización.“Nosotros teníamos claro que no podíamos desaprovechar la oportunidad que nos estaban dando de tener nuestra propia tierra. Sacamos adelante esta empresa y hoy, cultivamos cacao, yuca, piña, papa, pan coger y otras cositas para nuestra seguridad alimentaria y para vender”. Frases como ésta, son algunos de los recuerdos que hoy tienen estos campesinos quienes a pesar de las adversidades salieron avante. La Asociación Asoacam, a través del acompañamiento integral de VallenPaz, estableció un diseño y distribución predial logrando que cada unidad agrícola familiar tuviera su pedazo de tierra y se sintieran satisfechos para que en él cultivaran y más adelante construyeran sus viviendas.Así como los cultivos y las viviendas se distribuyeron en espacios individuales, también cuentan con zonas comunes como la carretera y el centro de acopio, espacio que les ha servido como bodega para guardar las herramientas, los materiales y para realizar reuniones comunitarias.“Antes de pertenecer a la Asociación, estábamos como dormidos, pero luego, cuando la legalizamos, hacíamos varias gestiones, por ejemplo logramos obtener la energía eléctrica para la casa a través de la Alcaldía de Caloto que donó el cableado. También conseguimos un tractor para el arado mecanizado del predio, empezamos a incluir a todos los asociados al SISBEN y así nos fuimos organizando”, manifestó Jesús Darío Fernández, presidente de la Asociación.El objetivo de los campesinos beneficiados es seguir trabajando, no sólo en el establecimiento de cultivos de carácter comercial que les posibilite la obtención de ingresos para el mejoramiento de las condiciones económicas de las familias, sino también en el establecimiento de las viviendas para la radicación definitiva en sus fincas.

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