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¿Puede la vida, producirse en una empresa? Este es el inicio de una campaña comunicativa regional que, por iniciativa de El País, mostrará el departamento donde aquello es posible. Hoy comienza a ser contada la región que construye el desarrollo sostenible. Esta la historia de un nuevo mapa.

Historias extraordinarias que le dan un nuevo sentido al Valle

¿Puede la vida, producirse en una empresa? Este es el inicio de una campaña comunicativa regional que, por iniciativa de El País, mostrará el departamento donde aquello es posible. Hoy comienza a ser contada la región que construye el desarrollo sostenible. Esta la historia de un nuevo mapa.

18 de septiembre de 2018 Por: Elpais.com.co

Ni siquiera Google tenía este mapa: el que se construye todos los días a través de los esfuerzos empresariales que fortalecen el tejido que nos integra como región.

Para dimensionarlo hay que tener en cuenta que habitamos en un Valle de empresas: 1200 compañías exportan productos desde aquí a 140 países, y 110 multinacionales tienen asentadas sedes en el departamento.

Así que para dimensionarlo hay que imaginar los alcances de los proyectos sociales y ambientales impulsados por las empresas que nos rodean, en sincronía con su desarrollo sostenible.

Al hablar de sostenibilidad, hablamos del futuro construido desde el presente, pues se trata del compromiso adoptado por esas empresas para retribuir al entorno que impactan, procurando opciones para que las condiciones de vida se conserven en crecimiento. Es un concepto alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por las Naciones Unidas: un llamado universal a la implementación de medidas para unir fuerzas en la lucha contra la pobreza y la protección del planeta. Entonces con un Valle de empresas atendiendo el llamado, imagine lo que supone ese mapa.

Desde su orilla al sur, en Jamundí, hasta la última población donde el departamento anida al norte, en El Águila, esta región de cuatro millones 600 mil habitantes extendidos a lo largo de 42 municipios, está cruzada por testimonios que explican cómo desde la industria también se puede producir vida.

Solo en Roldanillo hay un caso hermoso de un grupo de profesores que se echan bibliotecas a la espalda para llevar su contenido a los niños de las veredas distantes, en un viaje del conocimiento que supera cualquier escala: se sabe de profesores que para cumplir la cita han llegado con los libros a lomo de caballo, como si se tratara de una fábula que muestra a la literatura galopante, triunfando sobre los obstáculos que incluso le atraviesa la geografía. Y aquello ocurre gracias al apoyo de una empresa que nada tiene que ver con el sector educativo, pero que entiende su compromiso con el mundo que empieza aquí, en nuestro Valle del Cauca. Los ejemplos, felizmente, se repiten de arriba hasta abajo; desde las montañas cafeteras hasta las fronteras que traza el mar.

Siguiendo la ruta de esa cartografía, a orillas del Pacífico y en un renovado sector de Buenaventura, es posible encontrar un laboratorio de innovación, tecnología y emprendimiento a disposición de los chicos más chicos. La entrada es gratuita para los estudiantes que, entre otras muchas cosas, pueden aprender robótica, hacer un videojuego o grabar un disco. Las transformaciones que suceden ahí dentro, inmediatamente se reflejan en la ciudad que se sobrepone de los naufragios de otras épocas. No estamos diciendo que a partir de allí todo quede resuelto, no es que el agua potable haya llegado las 24 horas a todos los barrios; este no es un dedo intentando tapar el sol. Pero la fórmula del laboratorio es efectiva y cuenta: pura construcción de vida futura en el presente.

Y asimismo ocurre en casi todos los municipios, veredas y corregimientos mediante otras formas. A través de escuelas, de planes medio ambientales, programas culturales, emprendimientos agrícolas y proyectos sociales que hoy son el alma del cambio. Y desde ahí, el principio del cambio se extiende. ¿Se había imaginado al Valle que crece en ese sentido?

A partir del próximo 23 de septiembre, esta casa editorial, a través de todas sus plataformas informativas, lo recorrerá contando las historias extraordinarias que le dan un nuevo sentido al departamento. Durante los próximos dos meses, todos los domingos en El País, y los lunes, miércoles y viernes en Q’hubo, las crónicas de esos viajes -emprendidos junto a un grupo de aliados estratégicos que nos acompañan en el mismo propósito-, irán mostrando poco a poco la región solidaria que se levanta con el impulso de la sostenibilidad empresarial.

Las historias publicadas en la versión impresa se reflejarán en la web, y en nuestras redes sociales, acompañadas por piezas audiovisuales que reforzarán la profundidad de los contenidos. Y así paulatinamente se irá conformando la silueta del nuevo mapa. Esta, pues, es una oportunidad para conocer el otro corazón del Valle del Cauca. Un tiquete al re descubrimiento de nuestra consistencia íntima. Bienvenido entonces al extraordinario Valle con Sentido.

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