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“Los países se van a quebrar por atender pacientes con obesidad”: especialista en Salud Pública

La semana pasada, la OMS lanzó un llamado de alerta por el alto costo humano y financiero que ocasionan las Enfermedades Crónicas No Transmisibles, relacionadas en su mayoría con la obesidad. Este padecimiento crece en Cali, principalmente en los jóvenes y las mujeres.

25 de mayo de 2015 Por: Diane Palacios Chamorro | Especial para El País

La semana pasada, la OMS lanzó un llamado de alerta por el alto costo humano y financiero que ocasionan las Enfermedades Crónicas No Transmisibles, relacionadas en su mayoría con la obesidad. Este padecimiento crece en Cali, principalmente en los jóvenes y las mujeres.

[[nid:424560;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/05/gustavo-bergonzoli.jpg;full;{Gustavo Bergonzoli, especialista en Salud Pública y experto en obesidad. Foto: Johan Manuel Morales | El País}]]

Tres mil pasos. Un equivalente a cinco cuadras es lo que debe recorrer una persona diariamente para mantener un peso adecuado.  Así lo asegura Gustavo Bergonzoli,  especialista en Salud Pública  y experto en obesidad, que  trabaja en el grupo de investigación Cedetes de la Escuela de Salud Pública de la Universidad del Valle, donde se investigan  y desarrollan estrategias de cara a solucionar los problemas de salud pública de la ciudad. Lea también: El infierno de la obesidad: el 17% de los caleños padecen este problema

Gustavo hace  la tarea de caminar lo necesario y ha contabilizado sus pisadas en el recorrido que realiza todos los días  entre la estación  ‘Estadio’ y su oficina, ubicada en la sede San Fernando de la Universidad del Valle. “Son 1625 exactamente. Y así de ida y vuelta cumplo con la cuota”, dice este epidemiólogo que trabajó con la  Organización Panamericana de la Salud entre 1992 y 2009. 

En esta ocasión, Bergonzoli   habló con El País sobre el preocupante incremento de personas obesas en  Cali, su relación con la pobreza, el ‘boom’ de las cirugías estéticas y el impacto en la estabilidad financiera de los países que cada día destinan más recursos para atender a los pacientes con  Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT), un grupo de padecimientos que tienen como principal causa la obesidad y los malos hábitos de vida.

¿Cómo está Cali en el tema de obesidad?

Están aumentando prácticamente en todas las edades, pero más rápidamente en los jóvenes.  Las cifras que tenemos es que en la ciudad los hombres tienen más sobrepeso que las mujeres, un 33,6 % frente a un  30 %. Pero en obesidad es al revés, las mujeres son más obesas. El 

19 %, o sea una de cada cinco caleñas sufren de obesidad y de ahí esa popularidad de las cirugías estéticas; mientras que solo el 12 % de los hombres padecen la enfermedad. Los separados y los viudos tienen más obesidad y sobrepeso que los solteros que pasan de un 14 % a ser 20 % cuando se casan y cuando se separan esa cifra sube a 24 %. Por nivel  educativo vemos que entre mejor educación tenga una persona, mejor conserva su peso, pero aquellos que no tienen o han tenido muy poca son muy obesos. 

¿Cuál es la situación respecto al estrato socioeconómico? Porque parecen haber dos polos: desnutrición y obesidad.

La obesidad en Cali está en estratos socioeconómicos altos y bajos, pero hay poblaciones más afectadas. Las comunas más ‘pesadas’ de Cali son la 13, 14, 15 y 21 en el oriente de la ciudad, la 17 y 18 en el sur, la 3 en el centro y la 6 en el norte. Esto es importante porque el sobrepeso y la obesidad son la base de todas las Enfermedades Crónicas No Transmisibles como la hipertensión, la diabetes o el cáncer. En Cali los negros tienen mayor obesidad y sobrepeso que los blancos y mestizos y eso está asociado directamente con el Distrito de Aguablanca donde hay una mayor concentración de afrodescendientes. Está todo conectado: ellos no tienen muchos espacios públicos para caminar, los que tienen no son seguros y la comida que ingieren no es saludable, consumen más comida chatarra porque es más barata.

¿Por qué los índices de obesidad son tan altos?

Una de las razones es que cada vez los jóvenes hacen menos ejercicio y además comen comida chatarra.  La OMS ha recomendado que para una persona promedio, la ingesta calórica diaria no debería exceder las 2000 calorías, pero acá  comemos  bandeja paisa que tiene 2200 o un sancocho de gallina que tiene 1500, más el desayuno y la cena. Cuando la persona ingiere este tipo de alimentos y no hace o hace muy poco ejercicio tiene la tendencia a engordar, porque el peso  es un balance entre lo que comemos y lo que gastamos. Además tenemos un problema cultural muy serio y es que desde pequeños a nuestros niños y jóvenes en el tetero y en la comida les damos azúcar refinada y sal. Esas dos sustancias en exceso causan problemas de salud como la diabetes o la hipertensión, que es la principal causa de muerte en el mundo.

Se menciona el tema del espacio público y el peso cultural. Entonces la obesidad también está relacionada con cómo planeamos las ciudades…

Sí. Es que para nosotros tener salud es necesario que todos los sectores educativo, transporte, salud, etc.,  hagan algo para contribuir al bienestar de las personas. Hay muchos jóvenes del Distrito que han fallecido por hacerse cirugías estéticas con personas no idóneas, y uno se pregunta ¿por qué allá?   porque la gente  no tiene la  facilidad de comprar frutas y verduras y no tienen espacios públicos para caminar y que además sean seguros,   donde  no los atraquen o  los atropelle un carro. Tenemos que aprender a construir una ciudad que sea amigable con la gente. Nuestras ciudades han sido pensadas más para el vehículo que para el peatón. Hay mucha gente que tiene el supermercado a una cuadra y se va en el carro por  una naranja.

¿Por qué las adolescentes prefieren las cirugías a cambiar de hábitos de vida?

Lo que sabemos es que hay un problema de presión social que ha creado una matriz de opinión de una determinada belleza. Cuando yo tuve la oportunidad de trabajar en la Organización Panamericana de la Salud, pude ver para mi sorpresa que en Curazao,   consideran más atractivas a las mujeres más gordas. Por lo tanto, allá a las niñas desde chiquitas las engordan. Acá es diferente, entre más barbie sea una mujer, entre menos estómago tenga,  la sociedad la ve más atractiva y la persona se siente más atractiva. Entonces se  recurre al camino más fácil, que no por fácil  está exento de riesgos y que es lo que  hemos visto con las muertes de muchas adolescentes. 

Metabólicamente, la cirugía estética no elimina los problemas que ya están en el cuerpo…

No, porque el problema de fondo ya se ha constituido. Además está el problema de la recuperación del peso perdido que es como un círculo vicioso: me opero, recupero peso y me vuelvo a operar.

A principios de este mes el Concejo de Bogotá aprobó un proyecto de acuerdo  que obliga a los restaurantes de comida rápida a informar el número de calorías de los alimentos que ofrecen. ¿Usted cree que es necesario implementar esta medida en Cali, qué tan viable es?

Es una medida que es viable y es necesaria. Tiene que aplicarse sin duda a todos los establecimientos, grandes y pequeños, porque no es cierto que pierdan en las ventas, pero la clave es aplicarla gradualmente acompañada de un proceso dialógico y pedagógico con  los que venden y los que compran.

Hay que hacer algo para que la gente no se enferme y entienda que si pasa es fundamentalmente por lo que nos metemos a la boca. Nadie nos obliga a comernos un chicharrón, pero eso tiene un proceso histórico, ontológico y genético que hace que nos guste el azúcar y las grasas y eso es muy difícil  de cambiar. 

¿Qué otras estrategias hay?

Aprender de las experiencias de  otros países. Por ejemplo, el anterior Alcalde de New York,  prohibió el consumo de bebidas azucaradas en todas las escuelas públicas y eso tuvo un efecto marcadísimo en la disminución de peso de los niños. Una ventaja fue que lo acompañó con el incremento del consumo de frutas y verduras dentro de las escuelas. Ahora, entre nosotros es una paradoja porque el Valle del Cauca es el departamento que más frutas produce en Colombia y sin embargo, los vallecaucanos somos los que menos frutas y verduras consumimos.  Es importantísimo que se haga lo que en otros países, donde un vaso de jugo o una botellita de agua cuestan menos que una gaseosa. Aquí es al revés: una botella de agua vale dos mil  pesos o más y una gaseosa se consigue desde 800.

¿Cuánto le cuestan al Estado colombiano las enfermedades crónicas no transmisibles como la obesidad? 

No sabemos todavía, pero sí sabemos lo que le cuesta a otros países. Por ejemplo, Estados Unidos tiene en este momento como 70 millones de obesos y si sigue la tendencia de crecimiento, para el 2030 tendrá el doble: 150 millones en un país de 200 millones de personas. Hoy la tercera parte de Estados Unidos es obesa. La proyección que hay es que la atención mundial de estas enfermedades va a costar 46,7 billones de dólares al año. No hay país desarrollado y no desarrollado que resista esa presión, es demasiado. Los países se van a quebrar por la atención de enfermedades crónicas no transmisibles que vienen de la obesidad. Por esa razón en el 2011 las Naciones Unidas por solicitud de China organizó una reunión en la cual se hizo una declaración política para la reducción y control de estas enfermedades crónicas, porque se concluyó que si esta tendencia se mantiene, los países se van a quebrar solo por atender esas enfermedades. 

¿Cómo podemos  solucionar el problema del consumo de frutas y verduras en el Valle del Cauca?

Una de las primeras cosas es establecer una línea de crédito para pequeños y medianos productores para que la producción se les vuelva rentable. Hay que aumentar la disponibilidad de frutas y verduras para que los precios bajen. Hoy  comer guanábana es casi que prohibido porque es muy cara y a duras penas hay para un chontaduro y además a ese le ponen sal o lo bañan en miel que no es miel. Esas costumbres hay que cambiarlas, pero lo primero que hay que hacer es aumentar la producción para que bajen los precios y la gente tenga acceso a los alimentos y se pueda iniciar un proceso pedagógico para que cambie de hábitos. Si pudiéramos hacer que la gente coma bien, haga ejercicio, no fume y tome muy poco alcohol, evitaríamos un montón de problemas de salud. Aquí tenemos la Ley Antiobesidad y la Ley Antitabaco. ¿Cuál es el problema en Colombia? Que tenemos muchas normas pero no se aplican.

 

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