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Rafael Pardo, ministro del Posconflicto. | Foto: Foto: Colprensa

FARC

¿Y qué pasará con el proceso de paz si gana la oposición?

El ministro para el Posconflicto, Rafael Pardo, respondió a estas y otras preguntas sobre lo que viene para el acuerdo con las Farc. Entrevista.

5 de marzo de 2017 Por: Alfonso Ospina y Katherine Vega | Colprensa 

El alto consejero presidencial para el Posconflicto, Rafael Pardo, sigue resaltando los avances que se han dado en el proceso de paz, pero ve la polarización como el gran obstáculo que no permite que los colombianos dimensionen lo que está sucediendo con su implementación.

De hecho, en diálogo con Colprensa, además de explicar cómo se están llevando a cabo algunos programas, comparó el accionar de la oposición de hoy, con la que había en el mundo político cuando se hicieron otros procesos.

Destacó de entonces que había un pacto de común acuerdo por la paz, sin importar las diferencias que existieran entre las partes.

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Para Pardo, las críticas al proceso y al acuerdo con las Farc no son más que la consecuencia de una estrategia política, porque nadie “de corazón” se opone a la paz.

El informe de la Junta Internacional de Estupefacientes (Jife) señaló esta semana el aumento de 69.000 hectáreas de cultivos de coca a 96.000 en el 2015, ¿les preocupa?

Este informe ya era conocido; es un tema preocupante, pero no es una noticia. Lo que me parece que sí es muy importante es que la Jife considera que la concertación de un acuerdo de paz puede tener un efecto positivo sobre la situación de fiscalización de drogas en el país.

¿En ese sentido, cómo se va desarrollando el acuerdo para la sustitución de cultivos?

Llevamos un mes largo de ese proceso. Hemos tenido una recepción muy grande a las intenciones de acuerdos de sustitución. En este momento hay cobijadas 47.500 hectáreas y, aproximadamente, 62.000 familias cocaleras. Se han suscrito acuerdos de sustitución en Putumayo y en Guaviare a nivel departamental y acuerdos en muchos municipios de departamentos que históricamente han sido cocaleros: Meta, Vichada, Caquetá, Norte de Santander y Nariño. Y se suscribió un acuerdo en El Tambo (Cauca) que incluye 35 veredas, 1500 familias y 1800 hectáreas.

¿Cuando se suscribe un acuerdo qué sigue y cuánto se puede demorar llegar al resultado final?

Sigue un proceso de caracterización individual de familias, que incluye una identificación del predio que está bajo cultivo, una georreferenciación y la inscripción de la familia en el programa. Eso en acuerdos departamentales, como los de Guaviare y Putumayo, puede tardar un mes y medio o dos meses, porque hay que ir a todas las veredas. En acuerdos de veredas puede ser mucho más rápido. Ahora hay un acuerdo en Cumaribo (Vichada) de aproximadamente 400 hectáreas, donde ya han tumbado la coca, los campesinos van a recibir el segundo pago de recursos y están en proceso de sembrar cacao.

¿Cree que este proceso a final de año habrá eliminado la tensión generada por la no aspersión con glifosato?

El Gobierno ha decidido no usarla, pero no está prohibida legalmente. Es una decisión no utilizar aspersión aérea por el tema del efecto sobre la salud, pero se está usando la aspersión manual terrestre, al igual que la erradicación mecánica.

Tal como lo dice se sigue con la erradicación forzosa, pero se han dado protestas de las comunidades, ¿por qué?

En los sitios donde se manifiesta la intención de entrar en un proceso de sustitución voluntaria, el Ejército y Policía determinan esa posibilidad y solo se trabaja en sustitución de cultivos familiares, pero no en el caso de cultivos industriales. La sustitución no es para cultivos de cien hectáreas o para cultivos industriales de narcotraficantes. La sustitución voluntaria es para campesinos, para quienes tengan menos de una hectárea, que es más o menos el promedio que se ha visto en estos acuerdos.

Es decir, esas protestas están asociadas con grandes productores…
Sí, en muchos casos son protestas por programas de erradicación en zonas de producción a gran escala.

El costo del programa de sustitución es alto, por la serie de compromisos que asume el Gobierno, pero la experiencia, tristemente, dice que todo eso se estrellará con la lentitud e inoperancia del Estado…

Ahora es diferente. Los programas de sustitución tenían tres dificultades: una, que no llegaban a las zonas corazón de la coca, y ahora sí se llega; dos, que no tenían una agrupación regional, sino que se hacía para productores independientes; tres, que en el pasado las Farc se oponían, ahora están en el programa.

¿Percibe una desconexión entre lo que piensan los colombianos y lo que el Gobierno anuncia que se está haciendo en el posconflicto?

Creo que el panorama general de lo que se avanza hay que contarlo muchas veces porque es realmente un plan de desarrollo muy ambicioso, que va a durar quince años y que busca reducir sustancialmente las grandes brechas que hay entre el nivel de vida urbana y la rural.

Sí, pero uno esperaría más fervor de la gente ante lo que está pasando…
No la hay, por la polarización política. La polarización llevó a que primero se dijera que las Farc no iban a firmar; luego que las Farc no iban a ir a los campamentos; y ahora que empezó el proceso de dejación de armas están criticando que el porcentaje de la primera entrega es muy bajo.

¿Pero por qué el Gobierno, que también hace política, no logra contrarrestar las consecuencias de esa polarización?

Porque la esencia de la oposición es oponerse al presidente Santos y al Gobierno a través del proceso de paz. En toda la historia de Colombia, los procesos de paz eran tomados como se toman las relaciones internacionales, ante las cuales no se hace oposición.

El proceso de paz con el M-19 lo hizo un gobierno liberal cuando el Partido Conservador tenía el 40 % del Congreso, la mitad de los noticieros de televisión y de la prensa; y ese partido apoyó el proceso a pesar de ser una oposición tremendamente fuerte e histórica. Antes, el Partido Liberal apoyó todos los esfuerzos que hizo Belisario Betancur y, luego, los de Andrés Pastrana. En este caso, la oposición al Gobierno se da a través del proceso de paz.

¿Cómo va a hacer la tarea el Gobierno para ganarle a la oposición?

Creo que, esencialmente, hay que demostrar que la paz es real, como lo han mostrado las cifras de conflictividad, de homicidios y de violencia, que se han reducido drásticamente en todo el país. El año pasado Colombia tuvo la menor cifra de homicidios por 100.000 habitantes en 40 años en las zonas en las cuales la violencia era el denominador común. Eso significa que la paz ya es vivida de manera muy clara por muchísimos colombianos, pero la oposición prefiere ignorar esos temas.

Eso pone de relieve la importancia de hacer una coalición política alrededor proceso de paz para las próximas elecciones…

No. Creo que el proceso es irreversible gane quien gane. ¿Quién va a decir que no haya más carreteras rurales? ¿Quién va a decir que no es mejor que los campesinos tengan un título de propiedad?

¿No cree que es urgente hacer una coalición, así el proceso sea irreversible?

Creo que sí es muy importante, pero también creo que esto es irreversible, haya coalición o no haya coalición. Las Farc van a estar en el Congreso en las próximas elecciones, ¿quién va a sacarlos? La paz es un hecho cumplido, así como la implementación de los acuerdos.

¿Por qué está tan seguro de que el proceso ya es irreversible, cuando la Comisión de Seguimiento a la Implementación tendrá que ser manejada por el siguiente Gobierno y allí se tomarán decisiones, junto con las Farc?

La Comisión está establecida hasta el 2019 y puede ser prorrogada.
¿Qué van a hacer? Todo va a estar andando. Toda esta discusión es política; ni siquiera hay una oposición real de corazón, de alguien que no quiera la paz, sino que esa es la manera que han considerado para atacar al Gobierno.

¿Cómo ve el proceso de dejación de armas, si aún no hay contenedores en la zonas veredales?

Escucho los programas de radio, de televisión y noto una discusión increíble. Empezó el proceso de dejación de armas de las Farc después de 52 años de guerra, pero el primero de marzo había unos señores que sacaban porcentajes: ‘no, es que lo que dejaron es solamente el 7 % de las armas’. ¡Hombre!, empezó el día que estaba establecido, debe ir hasta el día 150, cuando las Farc deben dejar todas las armas, las municiones, los explosivos, el material inestable. Eso está establecido y lo han cumplido.

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