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En la zona veredal de Pueblo Nuevo-Los Monos, ubicada en Caldono, Cauca, hay cerca de 80 cambuches para albergar a los guerrilleros. | Foto: Elpais.com.co | Colprensa

FARC

"Voluntad de dejación de armas está firme": guerrilleros en zona veredal del Cauca

Los guerilleros señalan que están cumpliendo con lo programado en materia de implementación del punto de los acuerdos y esperan que el Gobierno haga lo mismo.

1 de marzo de 2017 Por: Elpais.com.co | Colprensa

En la zona veredal de Pueblo Nuevo-Los Monos, ubicada en Caldono, Cauca, hay concentrados 400 integrantes de la Columna Móvil Jacobo Arenas de las Farc, quienes están a la espera del inicio de dejación de armas, primer paso hacia la integración de la vida política del país. Lea también: ¿Cómo será la entrega de armas de las Farc con el nuevo acuerdo de paz?

Son los guerrilleros de una de las dos estructuras que, en tiempo de guerra, adelantó la mayor cantidad de acciones bélicas contra la Fuerza Pública colombiana en el Cauca, al punto de que hoy, en tiempo de paz, dicen que en su haber militar está el derribamiento de un avión Súper Tucano, situación que en su momento fue desmentida por la Fuerza Aérea Colombiana. Su fundador, alias ‘Caliche’, murió en combates con el Ejército.

Pero hoy, esos insurgentes están reunidos en un predio rural facilitado por la comunidad para que pernocten hasta que termine la adecuación de las estructuras planeadas para congregar a los rebeldes, facilitándose así el proceso de dejación de armas, las cuales serán ubicadas en un contenedor para que la Organización de Naciones Unidas, ONU, las reciba y adelante la edificación de tres monumentos acordados entre las Farc y el Gobierno.

“Nuestra voluntad de adelantar la dejación de armas está firme, de esa posición no damos un paso atrás porque las Farc están comprometidas con este proceso, donde realizamos muchos sacrificios para sacar adelante ese propósito tan anhelado por las mayorías colombianas que es la paz con justicia social. Por eso estamos acá, en este potrero, acomodados en cambuches, elaborados con guadua, lona y plástico, para cumplir con los pactos en La Habana pero también para responderles a los colombianos”, explica Nidier Martínez, guerrillero de 28 años de edad que funge como comandante de escuadra al interior de la 'Jacobo Arenas´'.

Este vocero de las Farc, oriundo de Urrao, Antioquia, deja claro que ellos están cumpliendo con lo programado en materia de implementación del punto de los acuerdos de La Habana relacionados con el fin del conflicto, de ahí que los integrantes de esta facción guerrillera arribaran a Pueblo Nuevo-Los Monos, Caldono, el pasado 28 de enero, como fue ordenado por los máximos líderes de esta organización alzada en armas.

“Los primeros interesados en silenciar los fusiles somos nosotros, que hemos sido los protagonistas de una confrontación que dejó muy bajo el valor de la vida, pero que una vez se tomó conciencia de ello, adoptamos la convicción de que la mejor salida a esta encrucijada era la salida política y negociada a la guerra… Acá estamos, en unas condiciones extremadamente duras pero convencidos de que ya la lucha será con la palabra, con el debate democrático”, agrega.

Por su parte, Antonio Ospina, otro líder la columna móvil Jacobo Arenas que expone que ahora, en Pueblo Nuevo-Los Monos, están agolpados los guerrilleros que en su momento ocuparon militarmente catorce municipios del Cauca. Las demás localidades eran tomadas por el sexto frente, el frente 60, el frente 29 y el frente 'Manuel Ceda Vargas'.

Para este insurgente, con doce años en la organización guerrillera, la preocupación es la demora de la llegada del contenedor donde debe ser guardado el armamento que portan porque considera que el Gobierno está fallando en cumplir con lo pactado. Sin embargo, dice Antonio Ospina, si se aguantó 52 años de bala y bombas, por qué no esperar para dejar atrás la lucha armada y empezar la lucha de ideas, de argumentos políticos por parte de las bases populares.

“Solo aquellos que saben qué es sostener combates con el enemigo dos veces por semana, los 365 días del año, como ocurrió acá en el Cauca entre 2010 y 2012, pueden valorar la importancia de dejar la violencia como método de lucha, cuando se pasa por eso, se sabe que no es necesario matar para acabar con las diferencias políticas…que el Gobierno se apure en sus compromisos, nosotros estamos listos para dar ese gran paso”, acota Nidier Martínez mientras empuña su fusil al hablar sobre estos temas que por el momento captan la atención de los colombianos.

Construyendo el futuro

Por eso, los 400 integrantes de la 'Jacobo Arenas' edificaron más de 80 cambuches, donde pasan la noche en medio de los intensos fríos que asolan esta parte alta de la Cordillera Occidental, como consecuencia de los constantes aguaceros.

Mientras unos insurgentes adelantan la edificación de estas improvisadas estructuras, con pedazos de troncos, lona y plástico, otros 40 integrantes de este grupo de las Farc ayudan en la construcción de las edificaciones donde se programó la dejación de armas, bajo la dirección de cinco oficiales de construcción.

“Cuando se termine la obra, ya esos guerrilleros terminan con amplios conocimientos de construcción, es decir, ya cuentan con una herramienta para que se defiendan en la vida civil”, explica uno de los encargados de adelantar el proyecto habitacional de la Zona Veredal Transitoria de Normalización, Zvtn. Ya están las baterías sanitarias, las áreas comunes y algunas de las unidades habitacionales, la obra solo está adelantada en un 40 por ciento.

Mientras esto sucede, en el predio rural facilitado para la reunión de los rebeldes, la vida de la otra parte de la guerrillerada transcurre en tareas de cocina, de preparación política, de partidos de voleibol y de discusión con los líderes campesinos e indígenas de la zona. También, buscan sobrellevar la dificultad de atender las necesidades de 61 niños y niñas, así como de cuatro mujeres embarazadas, que permanecen en este campamento.

Ellos mismos prestan seguridad en el lugar, turnándose para prestar guardia, labor que es constantemente informada a los integrantes del Mecanismo de Monitoreo que visitan a estos guerrilleros para verificar que sí están recibiendo el alimento necesario para sobrellevar la vida en este punto, así como para atender urgencias relacionadas con la disposición final de basuras o la atención médica de guerrilleros enfermos. Tareas que son también apoyadas por la Alcaldía de Caldono.

Seguridad oficial

El Ejército y la Policía, por su parte, se encuentran apostados sobre la vía, a unos 15 kilómetros, adelantando otro anillo de seguridad. Ellos no pueden ingresar a esta área, la cual a su vez está rodeada a la llegada a la plaza principal de Pueblo Nuevo por integrantes de la Guardia Indígena, ya que el territorio pertenece a la comunidad nativa Nasa.

En horas de la tarde sube un camión con los pertrechos para los rebeldes, quienes tienen designados dos grupos para la atención de los visitantes. Esta labor inicia desde la cinco de la mañana y termina al finalizar la tarde. Hay otro conjunto de "camaradas", como ellos mismos se llaman, que asumen las tareas de alimentación para todos los miembros de la 'Jacobo Arenas'.

“La zona veredal trajo cosas buenas, como oportunidades de empleo, como en mi caso, haciendo ‘domicilio’ o ‘mototaxismo’ hacia este lugar, donde llega mucha gente de afuera, entonces me compré esta moto para atender esa demanda y con eso me estoy ayudando económicamente; al día me hago cuatro carreras de 20 mil pesos desde el parque de Caldono hasta acá, los fines de semana sale más trabajo”, dice Arquímedes Yonda, trabajador informal de transporte e integrante del Resguardo de Pueblo Nuevo, ubicado a 40 minutos de la cabecera municipal de Caldono.

En este campamento, hay rebeldes que llegaron de los departamentos de Chocó, Tolima, Guaviare, Huila, Meta, Antioquia, Valle del Cauca y que fueron asignados militarmente al Cauca en plena ejecución del Plan Colombia, en plena vigencia de la Seguridad Democrática.

Otros son veteranos guerrilleros que colaboran con las tareas que se imponen en este punto y que no requiere mucho esfuerzo físico, como adelantar la minuta de llegada de los visitantes, en un cuaderno escolar de cien hojas cuadriculado. Hay unos pocos que también integran este grupo, desde su condición de lisiados de guerra: perdieron alguna de sus extremidades en medio del fragor del combate.

“Ellos continúan siendo ‘farianos’, nunca dejaron de serlo cuando perdieron una mano, una pierna, así somos acá, una familia que no les cierra la puerta a los integrantes afectados por la guerra, sería muy doloroso que, después de poner el cuero en los combates, a ellos se les abandonara. No, acá están, contribuyendo con la causa”, explica un veterano guerrillero, con 35 años en las Farc de los 55 años de vida que actualmente tiene. Llegó al Cauca a finales de 1998, por decisión de sus superiores, luego de combatir a los paramilitares en el Oriente antioqueño.

Disidencias

Sin embargo, ese ambiente de tranquilidad, de camaradería que se vive en esta zona veredal, no deja de crear dudas sobre una situación que, incluso los guerrilleros, toman como una realidad del proceso: la disidencia que creó al interior de esta facción guerrillera, pues alias ‘El Pija’, uno de sus ex comandantes, optó por ingresar a otro grupo armado. Es un tema que los líderes de la 'Jacobo Arenas' evitan hablar, o cuando lo hacen, dicen que en su debido momento aclararán el tema.

“No queremos que los enemigos de la paz se peguen de este tema para truncar ese proceso de pasar a la lucha política, a todos nos ha tocado tragarnos muchos sapos para cumplir ese propósito, entonces no vamos a echar a la basura lo que estamos conquistando por esta situación, que aclararemos en su momento… Además ‘El Pija’ se fue solo… acá en la zona veredal está toda la organización política llamada Farc”, dice otra líder de la 'Jacobo Arenas' que, diligentemente, coordina el recibimiento de periodistas, Gobernadores indígenas, funcionarios de ONG internacionales.

Ahora, esta facción rebelde está en paz, diciéndole al Gobierno que cumpla para adelantar la dejación de armas, proceso que -argumentan- no se adelantará hoy porque no están dadas las condiciones.

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