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"Soy un optimista de la educación en la paz": Francisco Piedrahita, rector de la Icesi

El próximo 2 de octubre los colombianos tendrán la oportunidad de votar a través de un plebiscito, el Sí a la paz con las Farc o negarse a aceptar negociar.

20 de septiembre de 2016 Por: Elpaís.com.co

El próximo 2 de octubre los colombianos tendrán la oportunidad de votar a través de un plebiscito, el Sí a la paz con las Farc o negarse a aceptar negociar.

Colombia es un país que por primera vez en su historia, resuelve políticamente el conflicto más largo y feroz del continente americano en los últimos 100 años.

El próximo 2 de octubre los colombianos tendrán la oportunidad de votar a través de un plebiscito, el Sí a la paz con las Farc o negarse a aceptar negociar. En cualesquiera de los dos escenarios, las instituciones del Estado, especialmente las educativas, tendrán la importante labor de enseñar, desde las aulas de clase, la paz desde otras perspectivas.

Las escuelas, los colegios y las universidades de Colombia estarán enfrentados al reto de diseñar modelos de formación y enseñanza para que los niños y los jóvenes aprendan sobre convivencia pacífica, tolerancia, respeto y comprensión de las ideas diferentes y a desescalar el lenguaje de la guerra.

En este sentido, la Universidad Icesi no está lejos de ese reto, en entrevista el rector de la institución, Francisco Piedrahita, habla sobre el aporte que las universidades deben generar para el posconflicto, la importancia de darle un sí en el plebiscito, y la visión optimista que tiene frente a los acuerdos de paz.

¿Cómo ve el proceso de paz con las Farc y qué confianza le tiene a lo que pueda suceder tanto para el "SÍ " como para el ''NO''?

En mi opinión el proceso de paz con las Farc tiene un nombre desafortunado. Para mí es un proceso de desarme, de cambio y de transición significativa en la actuación de este grupo guerrillero a grupo político y la incorporación a la vida civil.

Este es un hecho muy valioso, importante, me siento optimista, pienso que el gobierno ha sido muy serio, que la comisión de negociadores es un grupo muy bien formado, integrado y conocedor. Por eso le tengo tanta confianza al proceso.

Mi problema radica en la forma como se vende en ocasiones la paz y su proceso. El "Sí a La Paz'', repito, es valioso porque, lograr que un grupo grande (aunque disminuido y envejecido respecto a lo que fue en otro momento) que hizo y hace mucho daño al país, que ya reconoce que su causa no tiene sentido, quiera reincorporarse a la vida civil, tiene una inmensa significación. No soy optimista en cuanto al hecho de que eso va a significar la paz definitiva de Colombia, porque es un ideal ¿o en la actualidad, qué país vive en paz?

¿No lo reconoce porque considera que para tener paz total también habría que atender otros frentes?

Desde luego, el país tiene muchos problemas como otros países en temas de seguridad, convivencia y paz. Tenemos en primer lugar, otro movimiento guerrillero dañino como el ELN, bandas criminales, narcotráfico y una combinación de grupos delincuentes de distinto orden, algunos con pretendida justificación de tinte político, otros simplemente, hacen mucho daño y alteran la tranquilidad de los colombianos.

Por eso, creo que la tarea todavía es grandísima hacia adelante para cualquier gobierno y por lo tanto, no estoy de acuerdo con vender esto como "LA PAZ'', más bien es un paso importante para mejorar la convivencia y tranquilidad del país.

Hay todavía mucha desconfianza en los colombianos que quieren votar por el sí. ¿Cuál es su pensar sobre esto? ¿Usted qué espera como respuesta de la gente?

Hay dos cosas diferentes para tratar. Primero, el cambio constitucional para el plebiscito al disminuir el umbral de votos a favor, no me genera problemas, me parece que lo establecido en la constitución era de nuevo uno de esos idealismos que nunca se iban a cumplir, pues la forma como estaban establecidos dichos mecanismos no eran funcionales. Por ejemplo, un plebiscito que necesitaba más del 50% del potencial electoral del país para que algo tuviera validez era imposible.

Ahora, con el cambio de este umbral, si un 13% está a favor ya se tiene el 25% y la verdad es que el censo electoral del país es inflado en muchos sentidos y la no participación por diversas causas es muy alta, entonces que el 25% de la gente vote es un hecho bastante significativo para una manifestación de esta índole.

Rector, ¿de qué manera las universidades podrían aportar al posconflicto?

Las universidades son instituciones que tienen formas múltiples para ayudar a la sociedad con sus diferentes misiones. En el caso de Icesi aportamos a ese posconflicto o mejor llamémoslo: mejoramiento de las condiciones de paz, de la vida civilizada y de la convivencia pacífica entre los colombianos a través de varias vertientes: una es la formación, dando acceso a la educación de alta calidad a jóvenes de situación económica limitada y difícil, pues si el Estado y las universidades no hiciéramos grandes esfuerzos para atender a esa población, no podrían acceder a estudios de alta calidad, siendo este un aporte enorme porque una de las limitaciones que tiene Colombia como país, es la falta de movilidad social, es una de las enfermedades de la inequidad de nuestro sistema.

Entonces, en la medida en que las universidades aportemos a esta causa mejoramos las posibilidades de convivencia hacia adelante y a la pacificación del país.

Otro aspecto en la formación es: ¿cómo se hace? algunos teóricos o personas de la universidad piensan que se debe formar profesionales y ya, pero nosotros también tenemos un gran papel en fortalecer rasgos de carácter positivo en los jóvenes, como son: el respeto, la diversidad, la tolerancia, la solidaridad, que son virtudes que quisiéramos todos los colombianos compartieran y creemos que nuestra universidad tiene un papel importante a jugar ahí, empezando porque la diversidad y convivencia que se dan en un instituto de alta calidad al ''revolver'' estudiantes de estratos socio-económicos altos y bajos ayudan a romper tabúes, a reconocerse mutuamente los distintos grupos de la sociedad y por lo tanto, a evitar las discriminaciones provenientes de los prejuicios. Pienso que es una de las formas de ayudar a construir sociedad, y por lo tanto, así aportamos al posconflicto o como mencioné antes, prefiero hablar de la pacificación y mejoramiento de la convivencia gradual del país.

La otra vertiente es la investigación y la divulgación del conocimiento. Ahí la universidad juega un rol importante para ayudarnos a entender a la sociedad, comprender nuestros problemas y proponer soluciones para ellos. Es una tarea que están haciendo las universidades de alta calidad sobre todo en el área de las ciencias sociales a través de sus investigaciones y la exposición de sus resultados.

Me parece importante mencionar que, con la unión de estas dos vertientes, se puede atacar uno de los problemas más serios que ha tenido Colombia, que es la debilidad de la institucionalidad en el país. Es muy pobre la presencia del Estado y el gobierno en la periferia del territorio, en particular en los temas de seguridad y de justicia. Es aquí donde entra la universidad para apoyar el fortalecimiento de esa institucionalidad, tanto desde la investigación mediante el descubrimiento y la resolución de problemáticas, como desde la formación de los jóvenes.

Háblenos de formación e investigación, ¿hay alguna acción concreta, curso o cátedra de paz que Icesi esté pensando diseñar para sus estudiantes’?

Sí. Hay un grupo de profesores trabajando desde la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y el Centro de Recursos de Aprendizaje para educar sobre lo que está sucediendo y ayudar a prepararnos para enfocar el futuro con optimismo como todos los miembros de esta comunidad lo deseamos. Aunque no está contemplado, una materia específica, en la Universidad son múltiples las oportunidades de transversalidad. Por ejemplo, curso obligatorio de fundamentos de derecho constitucional pasando por otra serie de cursos electivos en las ciencias sociales.

¿Se dice que tendrá que pasar un par de generaciones para lograr un verdadero cambio si logramos un acuerdo con las Farc, ¿es su visión optimista o pesimista frente a esto?

Optimista. Si uno mira dos generaciones atrás, el país ha avanzado inmensamente. Si bien es cierto que seguimos teniendo problemas de violencia, años atrás en los años 60 había guerrillas, esa la creación de movimientos guerrilleros como las Farc, ELN, EPL, M19 y otros, debido al cerramiento de participación y oportunidades. En estos 50 años el país ha mejorado demasiado, es más rico en el buen sentido de la palabra, más educado, más equitativo y con miras hacia adelante. Por eso, soy optimista en la medida en que superemos los problemas o más bien logremos avances importantes en la equidad y la institucionalización del país. Desafiarnos a promover y universalizar las virtudes, el respeto, la tolerancia y la solidaridad, es una manera probablemente única, para que las siguientes generaciones lo logren.

Desde su experiencia como formador y educador ¿Usted cómo avizora el país dentro de 20 años?

Ya lo mencioné antes. Siempre mejor, soy optimista y la historia me da la razón. El esfuerzo en educación que está haciendo el país por mejorar la calidad de la educación básica y media pública, el acceso a la educación superior, la ampliación de la cobertura en especial entre los más pobres y en resumen la suma de estos factores lleva a una población más educada, lo cual es la raíz y la fuerza más grande que puede tener Colombia para su mejoramiento en todas las dimensiones, tanto en convivencia como en productividad y generación de riqueza.

Sobre el rector

Francisco Piedrahita Plata, caleño, es ingeniero industrial de la Universidad de los Andes en Bogotá con una maestría en Ciencias, Ingeniería Industrial e Investigaciones, de la Universidad de Pittsburgh de Estados Unidos.

Es rector de la Universidad Icesi en Cali, cargo que ha ocupado por 19 años. También trabajó durante más de 26 años en la Organización Carvajal pasando por distintas áreas funcionales, industrias y países. Los dos últimos cargos los asumió como Presidente de una filial en los Estados Unidos y Presidente de una filial en Colombia.

El directivo académico se ha desempeñado, igualmente, como profesor en distintas épocas y en varias universidades en las áreas de Investigación de Operaciones, Estadística, Mercadeo Internacional, Ética y Organizaciones y Gobierno Corporativo.

El actual rector de la Icesi tiene participación en las juntas directivas de la organización Corona S.A. desde 1998; desempeñándose desde el 2001 como su presidente; Fundación Clínica Valle del Lili, desde el año 2000, Fundación Planeta Valle, desde 2001; Fundación Gabriel Piedrahita Uribe, desde 1998, Carvajal S.A., 1984 - 1990 y 1994 - 1995. Además ha sido presidente o miembro de junta de varias filiales y por períodos cortos ha tenido asiento en las juntas de algunos gremios y empresas industriales y financieras.

Ha fomentado nuevas perspectivas que le permitan a la Universidad Icesi su diversificación en todas las disciplinas, ha propiciado el desarrollo y la creación de nuevos programas de pregrado y posgrado. Desde 1997 ha fomentado un nuevo modelo educativo que comprende un núcleo común, estrategias de aprendizaje activo y el logro de capacidades y valores en los planes académicos.

En muy corto tiempo ha logrado que la Universidad Icesi sea reconocida regional, nacional e internacionalmente. Perseverante, con buen sentido del humor, tranquilo, comprometido y muy profesional, así es el actual Rector, una persona que fomenta la ideología de "aprender a conocer y a actuar para construir un mundo mejor".

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