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Santos y 'Timochenko' ya firmaron la paz

Con un balígrafo, el mandatario de los colombianos y el jefe de la guerrilla de las Farc sellaron más de medio siglo de guerra.

26 de septiembre de 2016 Por: Elpaís.com.co y resumen de agencias

Con un balígrafo, el mandatario de los colombianos y el jefe de la guerrilla de las Farc sellaron más de medio siglo de guerra.

El presidente Juan Manuel Santos y el jefe máximo de las Farc Rodrigo Londoño, alias Timochenko, firmaron el histórico acuerdo de paz que pone fin a 52 años de confrontación armada en el país.

En una ceremonia solemne, frente a 16 jefes de estado y otros 2.500 invitados, Santos y Timochenko sellaron con un 'balígrafo' (bala convertida en bolígrafo) el pacto de paz, que para entrar en vigor deberá ser ratificado por los colombianos en las urnas el próximo domingo 2 de octubre.

El balígrafo representa el uso de las armas que escribieron un pasado de guerra doloroso para Colombia y da la bienvenida a la paz, que escribe el nuevo futuro del país. 

La ceremonia en el Patio de Banderas del Centro de Convenciones de Cartagena tuvo como preámbulo un minuto de silencio en honor a todos los colombianos ausentes y que han muerto en la guerra. Descargue aquí el acuerdo final de paz con las Farc.  [inline_video:youtube:H3N6ctpKjSg:0:null] También hicieron un homenaje a las víctimas del conflicto armado las cantaoras de Bojayá.  

Contrario a lo que habría pronosticado el Ideam, este lunes cayó un fuerte aguacero en Cartagena de Indias, pero la agenda no sufrió ninguna alteración.

A las 8:00 a.m., el presidente Juan Manuel Santos ofició en la Base Naval de Cartagena una ceremonia en la que confirió la Citación de Victoria Militar a los integrantes de la Fuerza Pública, en reconocimiento a su indispensable labor para llegar a la firma de la paz.

Posteriormente, a lo largo de la mañana, fueron llegando al terminal aéreo, que cuenta con un dispositivo de seguridad superior al millar de efectivos, los mandatarios de Ecuador, Rafael Correa; Panamá, Juan Carlos Varela; y Paraguay, Horacio Cartes.

Entre los 16 jefes de Estado está el cubano Raúl Castro, cuyo país acogió durante casi cuatro años las negociaciones de paz, auspiciadas también por Noruega, Venezuela y Chile.

También llegaron provenientes de Bogotá, Cali y Barranquilla, tres aviones con cerca de 400 víctimas del conflicto que participaron de los actos de la firma de la paz.

Mientras tanto, en la mañana se registró un rifirrafe entre la Fuerza Pública y voceros del ‘No’ al Plebiscito por la Paz, liderados por el expresidente y senador del Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, y con la presencia del exprocurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado. Aunque la situación no pasó a mayores, las autoridades impidieron una marcha que se tenía prevista por las principales calles de La Heroica.

Los voceros del ‘No’ pretendían movilizarse en rechazo de los acuerdos. Ante la negativa de las autoridades -que rechazaron también otras movilizaciones de los partidarios del ‘Sí’-, el Centro Democrático se concentró frente al Monumento de los Zapatos Viejos para hacer una gran cadena humana de oración.

Cinco aviones de fabricación colombiana fueron destinados para sobrevolar la capital de Bolívar y así sumarse a los operativos de seguridad.

En todas las ciudades capitales se acondicionaron sitios para el seguimiento vía satélite del acto de firma de la paz. En Bogotá, por ejemplo, la concentración fue en la Plaza de Bolívar y termina con un gran concierto musical en el que participarán cinco orquestas, Mike Bahía y Aterciopelados.

En detalle: estos son los seis puntos del acuerdo final de paz con las Farc.

En ese medio siglo la guerrilla no pudo cumplir con su objetivo de tomarse el poder político por las armas, ni el Gobierno logró derrotarla militarmente, pero el balance que deja el conflicto es uno de los más sangrientos del mundo.

Según cifras del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), la guerra con las Farc dejó al menos 220.000 personas asesinadas, 25.000 desaparecidas y 4.744.046 desplazadas en el periodo comprendido entre 1958 y 2012. Lea también: Conozca qué ganaría Colombia tras la firma de la paz con las Farc.

Antes de llegar al acuerdo que se suscribe hoy, los colombianos ya habían soportado en varios momentos de su historia la decepción de no lograr sellar la paz con las Farc. Tres negociaciones de paz precedentes habían sido abortadas en 1984, 1991 y 1999.

Fue solo hasta hace seis años, y después de sufrir las estruendosas derrotas militares que se le propinaron en los dos gobiernos del presidente Álvaro Uribe y el primer mandato del presidente Santos, cuando la máxima dirigencia de las Farc decidió volver a explorar la posibilidad de una negociación con el Estado Colombiano.

Los primeros dos años de esa historia fueron de contactos secretos entre emisarios de ambos bandos, quienes finalmente lograron concretar el inicio de la negociación de paz en Oslo, Noruega.

A partir de ese momento las conversaciones se trasladaron a La Habana, Cuba, donde durante casi cuatro años se negociaron los seis puntos que conforman el ‘Acuerdo final para la terminación del conflicto y el logro de una paz estable y duradera’, como se llama el pacto.

Pero la paz con las Farc todavía tiene por delante su mayor desafío, pues el próximo domingo 2 de octubre los colombianos irán a las urnas para votar en un plebiscito si respaldan o rechazan el acuerdo de paz.

En caso de ganar el SÍ, la guerrilla entregará las armas bajo supervisión de la ONU, se desmovilizará y se convertirá en un movimiento político que podrá participar libremente en las elecciones para escoger a los integrantes del Congreso de la República. A su vez, el Gobierno tendrá vía libre para poner en marcha todo lo acordado en la mesa de negociación.

De ganar el No, se entenderá que el pueblo rechazó por completo el acuerdo de Paz. Aunque la oposición política, liderada por el expresidente Uribe, insiste en que esto permitiría volver a renegociar el acuerdo, el Gobierno asegura que no existe tal posibilidad y que, en ese caso, continuaría la guerra.

A pesar del optimismo que rodea el acto de hoy, es evidente que el plebiscito ha dividido a los colombianos en dos grandes bandos: los que apoyan el acuerdo y los que lo rechazan.

La campaña política previa a la jornada electoral ha estado marcada por una gran tensión, en la que han predominado las acusaciones sobre manipulación de parte de ambos bandos. Lea también: Y después de la firma del acuerdo de paz con las Farc, ¿qué?

Por otro lado, el país entero tiene una gran expectativa sobre la gran pregunta de fondo que encarnan los acuerdos de La Habana: ¿habrá o no cárcel para los guerrilleros, y especialmente para los comandantes de las Farc que enfrentaron a Estado por más de 50 años? Aunque el Gobierno deberá tramitar una ley de amnistía para los delitos políticos, la respuesta a ese interrogante dependerá de un modelo de justicia transicional que fue acordado por las partes y el cual estará regido por un tribunal especial que deberá fallar después de estudiar cada caso.

La oposición política del expresidente Uribe ha hecho de este interrogante su principal arma contra los acuerdos de paz, pues asegura que habrá impunidad y no se reparará efectivamente a las víctimas.

Y, por otro lado, la firma del acuerdo con las Farc desactiva la principal máquina del conflicto armado, pero no acaba con él. Colombia todavía tiene el desafío de enfrentar a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, ELN, y a diversas bandas criminales conformadas por ex miembros de grupos paramilitares que no se desmovilizaron durante el proceso de paz que concretó con ellos el expresidente Uribe.

A ese panorama se suma el hecho de que el narcotráfico, la principal fuente de financiación de la guerra y las bandas criminales, sigue siendo un problema vigente en el país, y muestra de ello es el crecimiento que han tenido en el último año los cultivos de coca en el país.

Más allá del debate, lo cierto es que hoy Colombia se viste de blanco para firmar un acuerdo de paz que tardó más de medio siglo en llegar.

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