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Los pro y los contra de refrendar el nuevo acuerdo con las Farc en el Congreso

Implementar rápido el acuerdo es lo mejor de esa decisión; Poca legitimidad de los mismos, el punto flaco, dicen los expertos.

24 de noviembre de 2016 Por: Colprensa | Redacción de El País

Implementar rápido el acuerdo es lo mejor de esa decisión; Poca legitimidad de los mismos, el punto flaco, dicen los expertos.

Aunque la decisión de refrendar el nuevo acuerdo de paz entre el Gobierno Nacional y las Farc a través del Congreso de la República ya está tomada, el debate alrededor del tema no cesa. Lea también: Santos descarta plebiscito y dice que Congreso refrendará nuevo acuerdo de paz. Es así como analistas, académicos y políticos coinciden en que, más allá de que se esté de acuerdo o en desacuerdo con lo rubricado por las partes el pasado 12 de noviembre en La Habana,  el que se logre implementar de manera rápida el nuevo documento es el mayor punto a favor de la decisión anunciada el pasado martes por el presidente Juan Manuel Santos. Del otro lado, los expertos también conceptúan que la falta de legimitidad será el precio más alto que tendrán que pagar el Gobierno Nacional y la guerrilla en su propósito de poner en práctica cuanto antes lo convenido en Cuba. Lea también: Propuesta de senadores uribistas de revocar el Congreso enciende nueva polémica. Con respecto a los pro de la refrendación por la vía legislativa, el politólogo Fernando Giraldo considera que el Ejecutivo sacará  el nuevo acuerdo “de manera rápida, segura y con amplio respaldo, dado que tiene las mayorías en el Congreso”. Según el académico, la aprobación se podría hacer incluso en una sola sesión, dado que la Constitución no es clara al respecto, “por lo que el Senado  y la Cámara seguramente harán una declaración conjunta o por separado en la que proclaman la aprobación del acuerdo”. Lea también: Congreso tiene toda la credibilidad para refrendar el nuevo acuerdo: Cristo. Con él coincide el exintegrante del M-19 Diego Arias, quien, sin embargo, llama la atención sobre el limbo jurídico que hay  alrededor de la posibilidad de recurrir al ‘fast track’, lo cual deberá ser resuelto en los próximos días por la Corte Constitucional. En cuanto a lo negativo de refrendar lo convenido en La Habana en el Congreso, Arias lamenta que “queda el sinsabor de que algo que en algún momento no se aprobó por la mayoría de los colombianos no vuelva a ser sometido a consideración del constituyente primario”. Lea también: Iglesia respalda que el acuerdo con Farc se lleve al Congreso. Otros argumentos Mauricio Jaramillo, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Rosario, también argumenta razones económicas para acelerar la aprobación legislativa. “En el limbo hay recursos económicos. Se habla de 450 millones de dólares por parte de Estados Unidos, 400 millones de euros por la Unión Europea, 90 millones de dólares para el desminado y sume a eso la incertidumbre por la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump”, explica.De acuerdo con él, a pesar de los duros debates que se darán al respecto, “hay que sopesar el deber del Presidente de mantener el orden público y la seguridad”. “Este, como cualquier acuerdo, va a tener oponentes, pero es necesario pensar en el bien superior que es la paz para un país”, agrega.Javier Garay, investigador de la Universidad Externado de Colombia, por su parte, asume la decisión presidencial como producto de un cálculo político de los dirigentes del No al plebiscito, quienes esperaban llevar el proceso hasta las elecciones de 2018 y así obtener ventaja.  “Lo que seguramente hizo Santos fue quitarles esa ventaja”, añade Garay, para quien esta decisión, a pesar de ser una imposición, era necesaria: “Los del No nunca van a quedar satisfechos, hasta no tener una ganancia política. Ese es el foco que debe tenerse ahora”. Para Carlos Arias, de la Universidad Externado, la decisión adoptada el martes también era la única salida que tenía el Gobierno Nacional, debido a la encrucijada y la dilación propuesta por la oposición. En desacuerdo En  cambio, Germán Sahid, docente de la Universidad de El Rosario, piensa que lo hecho por el Mandatario colombiano fue “abrir una caja de Pandora muy peligrosa”, y que la  decisión de cambiar la refrendación de un plebiscito a un trámite en el Congreso rompe el esquema que fue aceptado en La Habana. “Esto pone en entredicho la estabilidad institucionalidad y hasta la estabilidad del mismo acuerdo, inclusive pone en bandeja de plata la Presidencia del 2018 para dársela al uribismo”, agrega antes de plantear que detrás de esa decisión no solo está el acuerdo sino un asunto político. “Santos lo que quiere es no llegar a Oslo el 10 de diciembre para recibir el Premio Nobel de Paz sin nada. Aunque es claro que llegará sin nada, porque aún faltan procesos legales en el Congreso y en la Corte Constitucional”, señala y sostiene que  “el afán del Gobierno puso a Colombia en un limbo institucional”, por lo que califica de “error garrafal” la decisión refrendar el nuevo acuerdo por vía legislativa. Sin embargo, el también analista Rubén Sánchez resalta  la potestad del Presidente al respecto y rechaza que se tilde al Congreso de la República como ilegítimo para aprobar los acuerdos, pues de ser así -dice- no debería someterse a él una reforma tributaria u otras normas. Por ahora, el presidente del Senado, Mauricio Lizcano, ha afirmado que en esa corporación están listos para que la refrendación se dé de la manera más responsable posible, y anunció, tras las reuniones entre las bancadas de los partidos miembros de la Unidad por la Paz,  que ese proceso se daría en el marco de un gran debate y con un proposición conjunta.

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