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"Las Farc cambiaron el fusil por un acuerdo jurídico": Roy Barreras

El senador Roy Barreras, quien acompaña a los negociadores en La Habana, asegura que en el blindaje de los acuerdos de paz no hay ‘mico’. “Por primera vez las Farc aceptaron el Estado de Derecho”.

15 de mayo de 2016 Por: Jessica Villamil Muñoz | Reportera de El País

El senador Roy Barreras, quien acompaña a los negociadores en La Habana, asegura que en el blindaje de los acuerdos de paz no hay ‘mico’. “Por primera vez las Farc aceptaron el Estado de Derecho”.

Roy Barreras apareció en la mesa principal de la delegación de paz el jueves durante el anuncio del blindaje jurídico de los acuerdos, pese a no ser negociador plenipotenciario. 

El senador explica que el presidente Juan Manuel Santos lo envió a Cuba a “empujar” el proceso. Dice que está convencido de que el Congreso de la República aprobará el artículo  para garantizar  el blindaje de los  acuerdos. Desde La Habana, Barreras le aseguró a El País que a su participación en las negociaciones le están “buscando detalles perversos, malévolos” cuando lo que está haciendo es construir la paz de  manera desinteresada.

¿En qué radica la importancia del acuerdo  que  se hizo público el jueves?

La guerrilla más antigua del mundo, después de 60 años de combatir violentamente el Estado de Derecho, a partir del jueves reconoció al Estado,  la  Constitución, al Congreso de la República y a la Corte Constitucional. También se logró la seguridad jurídica nacional e internacional de los acuerdos para que la paz sea estable y duradera. Pongo un ejemplo, hasta el jueves, la seguridad en la que confió la guerrilla de las Farc era el fusil que tuvieron en la mano. Ahora, están cambiando ese fusil por el acuerdo jurídico. Ese es un cambio trascendental y el penúltimo paso hacia la paz.

¿Qué tanto tiene que ver usted con la consolidación de este último acuerdo?, pues  dicen que este blindaje jurídico con un artículo en el Acto Legislativo para la Paz  es un ‘mico’  y que usted es el papá...

Estamos hace cuatro años trabajando en este asunto. Yo fui el creador del Marco Legal para la Paz que hoy hace parte de la Constitución, que permitió avanzar en la construcción de la justicia transicional; fui también el autor del plebiscito que lo que busca es respetar los derechos de los ciudadanos de ir a las urnas y decidir  directamente sobre la paz.  Eso que llaman los maldicientes perversos un ‘mico’, tratando de manchar el logro de este acuerdo, son acciones legislativas subterráneas, escondidas, oscuras. Qué más evidencia y credibilidad de un acuerdo firmado ante los ojos del mundo, con los países garantes, cuyos detalles se conocen en una rueda de prensa internacional  y que será sometido a la votación en el séptimo debate en la Comisión de Cámara y luego en la plenaria de la Cámara en una discusión abierta, democrática y transparente.

Muchos sectores, incluso quienes respaldan la paz, dicen que el Gobierno cedió demasiado y que las Farc no dieron nada...

Qué  es lo que cedimos. Por el contrario,  las  Farc creen que cedieron demasiado porque por primera vez en 60 años aceptaron el Estado de Derecho. Hasta el miércoles, las Farc decían que el acto legislativo era un acto unilateral. Ahora, aceptar, por ejemplo, el mandato de la Corte Constitucional por parte de la guerrilla es un hecho absolutamente insólito, ellos decidieron entrar a la institucionalidad y en ese sentido es un triunfo también para las instituciones y para el Gobierno. No hay nada exótico en notificarle al Consejo Federal Suizo que se establece este acuerdo humanitario para garantizar la solidez de la paz. 

Yo creo que se necesita una obstinación contra  la paz para ver algo malo en cambiar un fusil por un documento.

Hasta la semana pasada había una crisis en la Unidad Nacional. ¿Ya todo está tan calmado como para mandar desde Cuba el texto de un artículo para que el Congreso lo incluya en el Acto Legislativo para la Paz sin contratiempos?

El Centro Democrático ha decidido hacerle resistencia  a la paz, que me parece triste, pero nunca nos han apoyado. Sin embargo, el Congreso ha venido construyendo todos los instrumentos necesarios para ofrecerle la paz a Colombia para voltear esa página sangrienta que ha escrito la guerrilla. Así ocurrirá en esta ocasión. 

Usted suena muy convencido...

El viernes de la semana pasada, por unanimidad, 57 de los 59 congresistas del Partido de la U firmaron una carta dando un respaldo total a la paz, también escuché  al Partido Liberal reafirmando su compromiso con la paz y a Rodrigo Lara, presidente de Cambio Radical. No he escuchado a ningún político distinto al Centro Democrático pronunciándose en contra de la paz.

Pero el presidente del Senado, Luis Fernando Velasco, dice que se necesita precisión sobre lo acordado para saber si aprueban o no...

Nuestra obligación es hablar con detalles de estos acuerdos no solo a los colegas congresistas sino a todos los colombianos.

Usted dice que lleva cuatro años trabajando por la paz. ¿Esos son sus méritos para que el Gobierno lo haya escogido para representar al Congreso en La Habana?

Esto no es un asunto de premios ni de vanidades efímeras. Esto es un asunto de lograr la paz para Colombia. Nadie, aparte de las viudas,  los huérfanos, puede reclamar mérito distinto de ponerle fin a la guerra y además, hay un equipo  sólido que viene dándolo todo desde hace cuatro años en La Habana: Humberto de la Calle, Sergio Jaramillo, los generales (Jorge E.) Mora y (Óscar) Naranjo, son ellos los verdaderos artífices de este proceso de paz. 

Nosotros,  desde hace cuatro años estamos dedicados de tiempo completo a ayudar en ese asunto, pero el único mérito nuestro es ayudar a empujar lo que otros están desarrollando de la manera más profesional, como se ha hecho nunca en un proceso de paz en Colombia.

Sin embargo, usted, durante la rueda de prensa del jueves, apareció como protagonista en la mesa principal, en medio de las delegaciones. En redes sociales dicen que usted se está ‘lagarteando’ la paz...

No valen la pena comentarios de esa naturaleza. Yo estoy pensando en las madres y policías que hay en el país y que están vivos todavía y que morirían si la guerra continuara, no quiero ver a las madres sobre los ataudes con banderas de Colombia llorando a sus muertos, porque podemos salvar esas  vidas. El compromiso con la paz debe ser histórico. Los oportunistas de última hora, que los veremos subiéndose al tren de la paz, tendrán que demostrar que tienen el mismo compromiso que hemos tenido los integrantes de la Comisión de Paz.

Usted dice que el uribismo se vale de falacias para hablar en contra de la paz. ¿A usted no le parece que el Gobierno es muy blando para defender su  programa bandera?

Yo he escrito un libro de 200 páginas que se llama ‘La paz, dos versiones enfrentadas’. Allí expongo con amplitud las respuestas a inquietudes, las dudas razonables que muchos colombianos tienen sobre la paz. 

Muchos han sido desinformados, les mienten, les han dicho que se entregará el país a la Farc, que se acabará la propiedad privada, que llegó el castrochavismo. Todo eso es falso y genera un miedo que hace que muchos colombianos le teman a la paz en vez de temerle a la guerra. Será nuestra tarea paciente, pedagógica  explicar que la paz por supuesto es deseable y que la guerra es olvidable.

¿Pero no cree que esa tarea pedagógica debió empezar hace mucho tiempo?

Desde hace mucho tiempo el Centro Democrático viene mintiendo, pero lo que invito es a pensar por qué se oponen a la paz, por qué invitan a la resistencia contra la paz, qué los motiva, cuál es la ganancia para Colombia seguir en esta guerra que causa 300.000 víctimas al año, quién gana con la guerra, por qué están tan empecinados en contra de la voluntad del mundo de lograr la paz.

¿Para usted cuál cree que ha sido la principal deficiencia del presidente Santos  en torno al proceso de paz?

Qué bueno que El País me preguntara cuál ha sido el acierto de un Presidente comprometido con la paz.

Entonces, ¿para usted, no hay nada susceptible de mejorar?

Es que el Presidente ha sido como ninguno con el noble propósito de la paz, jugándose, como todos los jefes de Estado que le apuestan a la paz, inclusive su popularidad, porque pocos entienden que se hace la paz con el enemigo, que ha hecho tanto daño, que genera tanto dolor, tanta rabia, pero el presidente Santos asumió de manera valiente este reto de la paz y de transformar a  Colombia.

Hay muchos rumores y especulaciones sobre el tema de la firma. Dicen que el 20 de junio, que el 7 de agosto. ¿Para cuándo cree que estará el acuerdo final?

No es responsable comprometerse con fechas, lo único cierto es que se trabaja aceleradamente para darle la buena noticia  a Colombia de la paz definitiva. Ojalá sea un asunto de semanas.

Pasando a otro tema, dicen que el Partido de la U está dividido en tres y que todo es por culpa del egoísmo de su copresidente, o sea usted...

Yo respeto las palabras de los disidentes, ni más faltaba. Pero hay hechos que ustedes los periodistas registran fácilmente como la verdad. El viernes pasado hubo un reunión y todos los senadores y representantes por unanimidad reafirmaron su confianza a la institucionalidad del partido, a esta dirección y a la paz. 

No hay un partido que tenga hoy la solidez que tiene la U, pero este es un partido político donde la voz disidente debe ser respetada y yo entiendo la aspiración del senador  Benedetti de tener figuración.

¿Usted por qué cree que él esperó a que usted no estuviera en el país para hacer estas declaraciones?

No sé. Eso no tiene importancia en el futuro político del país.

¿Cree que se deba a envidias porque el presidente Santos lo escogió a usted y no a otro para representar al Congreso en esta etapa final del proceso de paz?

Yo creo que lo que importa son los temas que cambian la historia de Colombia, lo demás no vale la pena ni siquiera comentarlo.

¿Quién está costeando su estadía y viajes a La Habana?

Está muy claro que en mi condición de senador no acepto nombramiento, cargo, ni viáticos de ninguna naturaleza. Agradezco al Presidente la confianza de haberme incluido en el propósito de la paz, de manera que a esos ciudadanos preocupados, con mucho gusto les agradecería un aporte para que me ayuden a financiar este esfuerzo que no es fácil.

Relación 

¿Cómo  fue el trato con los jefes de las Farc en el primer encuentro?

 Fue difícil,  a quien se le ha reconocido a lo largo de la historia como contradictor o enemigo, establecer una comunicación cordial no es fácil, pero hoy  es fluida  porque son colombianos que van a dejar las armas para apostarle a la paz. Hay que  garantizarles su seguridad física para que no les maten, como ocurrió con Guadalupe Salcedo, Carlos Pizarro o la UP.

 ¿Los siente realmente sinceros en el propósito de paz? 

 Ellos están totalmente comprometidos con esta decisión de paz. Esperan la seguridad jurídica  suficiente, por eso la importancia del acuerdo.

 

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