Guerrillero indultado de las Farc denuncia que está siendo amenazado

En la más reciente amenaza, dice Wilson López, le dan 24 horas para que se vaya de Medellín. El hombre salió libre el pasado 27 de enero y es parte de los 30 insurgentes que quedaron en libretad tras el acuerdo del Gobierno y las Farc.

"Estamos abandonados los indultados", denunció este viernes con desesperación, Wilson López, miembro de las Farc que fue indultado en el marco del proceso de paz con esa guerrilla y que desde entonces no ha dejado de recibir amenazas. 

Desde Medellín, donde intentó vivir con su familia tras salir de la cárcel de Bogotá donde estaba recluido, López denunció este viernes ante los medios su situación, tras recibir varias amenazas de muerte.

"Yo salí el 27 de enero de Bogotá como indultado, me vine para donde mi familia y ahí llegaron las primeras amenazas (...) y tuve que irme. Esas primeras amenazas no las dije en prensa por seguridad de mi familia pero ahora me llegó este folleto donde me dieron 24 horas de plazo para irme o si no mi familia se llevaría las consecuencias", relató atemorizado López. 

Lea también: Guerrilleros indultados se dedicarán a socializar los acuerdos de paz

"Estamos abandonados los indultados (...), yo pido que el gobierno cumpla lo que dijo y no nos deje abandonados con nuestras familias (a merced) de los grupos al margen de la ley", pidió este hombre de 45 años, que tiene dos hijos menores de edad y que estuvo preso 21 meses por el delito de rebelión.

López formó parte del grupo de 30 integrantes de las Farc que cumplían penas por delitos políticos y fueron indultados por el gobierno de Juan Manuel Santos el pasado 22 de noviembre, como gesto de confianza a las negociaciones que se desarrollan con esa guerrilla en Cuba desde 2012.

Este guerrillero, con dolencias de salud por una esquirla de granada que le quedó alojada en el pie derecho durante su paso por las Farc, no sabe bien de dónde vienen las amenazas.

Lea también: Otros tres guerrilleros de las Farc indultados quedaron en libertad

Si bien las primeras llegaron de individuos que se identificaron como miembros del grupo criminal Oficina de Envigado, el último panfleto que recibió -y que le pidió a su hija que le leyera, pues él no sabe hacerlo- venía firmado por Los Rastrojos, otra banda criminal.

"Le pido al Estado que queremos una paz verdadera, sin traición, donde podamos caber todos, pero no con odio y con venganzas", dijo López.

Para este guerrillero indultado, su situación muestra "una venganza" porque "lo que hacen es prácticamente (decir) 'éste ya está desarmado, está frágil para que lo matemos'", agregó luego de dirigirse al conjunto de medios convocados por sus abogados.

Riesgo para la paz

Precisamente esta semana, las Farc pidió desde Cuba una acción contundente contra los grupos paramilitares en Colombia. "Con grupos paramilitares, con crímenes y atentados, con amenazas y terror no puede materializarse la paz", afirmó el grupo rebelde el miércoles en un comunicado, urgiendo al gobierno a acabar con la amenaza de esos grupos ilegales que en el pasado combatieron a los guerrilleros y cometieron violaciones de derechos humanos.

El gobierno de Santos asegura que los grupos a los que se refiere la guerrilla son en realidad bandas criminales dedicadas al narcotráfico que surgieron de una masiva desmovilización de paramilitares durante el mandato de Álvaro Uribe (2002-2010).

La principal de estas bandas, el Clan Úsuga, paralizó la semana pasada bajo amenaza varios municipios del noroeste del país y mató a seis personas, incluidos cinco militares y policías.

Aunque tan preocupado como los jefes guerrilleros por este asunto, López no cree -ni quiere- que situaciones como la suya pongan en peligro la paz.

"Esto es para que vea el Estado que le falta algo de ajustes a este proceso, no es para que este proceso se dañe" , dijo sobre sus denuncias.

Los abogados de López dijeron que su objetivo es lograr "garantías de trabajo, de vivienda y educación para él, sus hijos y su esposa", pues en poco más de dos meses de libertad ha debido mudarse continuamente, sin su familia y trabajando por 8 dólares al día en construcciones o fincas.

El conflicto colombiano, que comenzó como una sublevación campesina en los años 1960 y que ha involucrado a guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, deja ya unos 220.000 muertos y seis millones de desplazados.