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Estas son las amenazas que acechan el cese el fuego con las Farc

Cero muertos, cero heridos. Ni civiles ni militares ni guerrilleros de las Farc han sido afectados en los primeros días del cese bilateral del fuego, que inició el 29 de agosto. Conozca qué factores podrían ponerlo en riesgo.

4 de septiembre de 2016 Por: Alejandra Bonilla Mora l Colprensa

Cero muertos, cero heridos. Ni civiles ni militares ni guerrilleros de las Farc han sido afectados en los primeros días del cese bilateral del fuego, que inició el 29 de agosto. Conozca qué factores podrían ponerlo en riesgo.

Cero muertos, cero heridos. Ni civiles ni militares ni guerrilleros de las Farc han sido afectados en los primeros días del cese bilateral del fuego, que inició el  29 de agosto y que representa el fin de la guerra con ese grupo subversivo.

Este paso, histórico como todo el camino que deberá recorrer el país ahora, implica una serie de retos, tanto para la guerrilla como para las autoridades, a fin de velar por su cumplimiento, más allá del mecanismo de monitoreo y de verificación de las Naciones Unidas que, por cierto, ya empezó en 28 lugares del país.

El ministro de la Defensa, Luis Carlos Villegas, indicó que los compromisos pactados se han respetado  y que hay plenas garantías para que las tropas guerrilleras informen y se trasladen por rutas establecidas hacia las zonas de concentración y hacia los territorios en donde se realizará la Décima Conferencia de las Farc.

¿Pero qué retos implica el cese bilateral? Además de las previstas disidencias de la guerrilla, se pueden señalar la presencia del ELN en las zonas veredales, el intercambio de brazaletes entre las Farc y el ELN, la capacidad criminal del Clan del Golfo, Los Puntilleros y Los Pelusos, la apropiación por otros grupos armados por las economías ilegales de las Farc y errores de parte y parte, como detenciones, hechos de violencia aislados, entre otros factores.

En primer lugar, el ministro Villegas señaló que  no se ha identificado que la guerrilla esté pensando en hacer proselitismo armado de cara al plebiscito y, en todo caso, indicó que la Fuerza Pública está en capacidad de prevenirlo. Además, aclaró que el cese el fuego no es una renuncia a la persecución de delitos ni a las actividades de erradicación de cultivos, por ejemplo.

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Ante la posibilidad de que se den acciones armadas, la Fundación Ideas para la Paz, FIP,  sugiere que haya una rápida capacidad para verificar si son o no hechos violatorios del cese el fuego.

Para el coordinador del área de Dinámicas del Conflicto y Negociaciones de la FIP, Eduardo Álvarez, se necesita una constante rendición de cuentas y que haya canales de comunicación entre las autoridades locales y la población civil con el mecanismo de verificación de la ONU.

Estos son los principales factores de riesgo al cese al fuego decretado ocho días atrás.

Las disidencias 

Los negociadores de los acuerdos de paz han explicado que las disidencias en la desmovilización están previstas. El caso más claro es el del Frente Primero de las Farc, que anunció públicamente que no dejará las armas. 

El Centro de Recursos para Análisis de Conflictos, Cerac, publicó un informe el pasado 29 de agosto en donde señala que este Frente, dedicado a las rentas ilegales y las extorsiones, con presencia en Gaviare y Vaupés, podría llegar a significar un riesgo en San José del Guaviare, en donde operarán dos zonas veredales, tanto por sus acciones  como por la respuesta que las Fuerzas Armadas le puedan dar.

El riesgo incluye una posible alianza con ‘Los Puntilleros’ para soportar la ofensiva oficial y para acaparar las zonas de rentas ilegales derivadas de la extracción de minerales como el coltán y el oro.

Según el informe publicado en la página web del Cerac, otros frentes tienen características similares y podrían convertirse en disidencia. Se trata del Frente 57, ubicado en el Urabá antioqueño y chocoano; el  16, en Vichada y Guainía; el  Séptimo, en el Meta, en límites con Cundinamarca; y el  44, en límites del Meta con el Guaviare.

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El subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, Ariel Ávila, ha estimado que es posible que aquellos hombres que no se desmovilicen podrían llegar a convertirse en estructuras regionales, como lo fue el Frente Libardo Mora del EPL.

“Que los coopten el ELN o las bacrim, puede pasar, pero creo que por ahí no será. Habría grupos regionales”, señaló.

Sobre este punto, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, aseguró  que se han visto cambios de brazalete de guerrilleros de las Farc hacia el ELN en algunas zonas del Cauca.

Paramilitares y economías ilegales

Como ya se indicó, el manejo de las extorsiones en los Llanos Orientales podría provocar alianzas criminales. A esto se suma el poderío del Clan del Golfo, organización al mando de Dairo de Jesús Úsuga, alias Otoniel, quien sigue siendo el hombre más buscado del país.

Para Indepaz, el fenómeno paramilitar no solo está en el Clan del Golfo, sino en las Águilas Negras, los Héroes del Valle, el grupo Libertadores del Vichada, el Bloque Meta, Los Rastrojos, Las Autodefensas del Casanare, Los Rudos, Los de Vallejo o Bloque Ganadero, Los Buenaventureños, Los Paisas y Los Rastrojos costeños.

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A esto se suman informaciones recopiladas por Ideas para la Paz en el sentido que en el Bajo Cauca y el Catatumbo ha habido disputas por el control de economías ilegales (droga y minería), combates entre el ELN y algunos grupos criminales locales, avance estratégico del EPL y, en la región del Ariari, disputas entre el crimen organizado por el control de los sitios estratégicos para la comercialización de la coca, entre otros.

Seguridad en zonas veredales

Las zonas veredales transitorias de normalización ubicadas en el departamento de Guaviare quedaron cerca de la zona de influencia del ELN.

Así lo reveló el jefe de esa guerrilla  Nicolás Bautista, ‘Gabino’, en en entrevista con Red Más Noticias.

Gabino dijo que respetarán las zonas, pero que se defenderán si son atacados. “Dimos una orden clara, respeto al proceso, prudencia y responsabilidad. Tanto las Farc como el Gobierno pueden estar tranquilos, pero sí queremos dejar algo en claro, el proceso de paz no es con el ELN, el cese bilateral del fuego no es con el ELN”, insistió.

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El Ministerio de Defensa entregó en días pasados detalles de los dispositivos de seguridad establecidos  para las zonas veredales, indicado que se diseñaron 32 protocolos sobre cada uno de los momentos más relevantes del cronograma para la concentración en estas y la dejación de armas por parte de las Farc.

“Lo que queremos transmitir es la tranquilidad de un trabajo hecho en milímetros, que ha permitido tener una estructura que garantiza un papel proactivo de la Fuerza Pública para que se cumplan los acuerdos de paz, pero también del cumplimiento del deber en materia de seguridad para la ciudadanía”, puntualizó el ministro Villegas.

El ELN

Más allá de la posición de ‘Gabino’, jefe máximo del ELN, el manejo del empantanado proceso de paz  con esa guerrilla podría implicar un riesgo en la medida que sus acciones armadas aumentaron en lo que va del año.

 La última, según informó la Defensoría del Pueblo, ocurrió en Santa Bárbara de Iscuandé, en Nariño, donde enfrentamientos con la Fuerza Pública motivaron el desplazamiento de 127 personas.

El último informe de la Fundación Ideas para la Paz, del 29 de agosto, denominado ‘ELN, mucho ruido y poca fuerza’, indica que esos ataques han ocurrido en departamentos donde su presencia ha sido histórica, como Arauca y Norte de Santander.

Su conclusión es que el ELN “busca proyectarse en zonas donde si bien tenía presencia, no había mostrado altos niveles de acción”, como Antioquia, Casanare, Bolívar y Cesar, sin que realmente se dé un crecimiento de su poderío que, dicen, es netamente regional.

“Así los ataques sean escasos, dejan la sensación de que el ELN se hace fuerte (…) No se puede desestimar que esta guerrilla ha empezado a actuar en zonas que controlaban las Farc. Sin embargo, análisis de la FIP muestran que lo ha hecho, principalmente, en regiones donde ha estado en el pasado”. 

El documento señala que el ELN también busca posicionarse en torno al petróleo en Arauca, Casanare y Catatumbo, y que se nutre de la coca y el oro en el sur de Bolívar, el nordeste y el Bajo Cauca antioqueños, así como en Chocó, Cauca y Nariño.

“La FIP no descarta que en estos departamentos intente aumentar su influencia y aprovechar su viejo arraigo buscando llenar espacios que dejen las Farc una vez dejen las armas, algo que ya ha venido pasando, por ejemplo, en Chocó, en donde desde 2015 viene sosteniendo enfrentamientos en el Alto, Medio y Bajo Baudó con las AGC o Clan del Golfo”, dice el informe.

En este sentido, para la Fundación Ideas para la Paz el reto para el Gobierno Nacional es impedir que el ELN se fortalezca a costa de la desmovilización de las Farc.

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