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“Con la paz hay que tener paciencia”: Óscar Arias

El Premio Nobel de Paz pide no dejar solos a guerrilleros que entreguen las armas. “Pueden volverse pandilleros”, advierte.

3 de febrero de 2017 Por: Por Jessica Villamil, reportera de El País

El único consejo que se atreve a dar Óscar  Arias, expresidente de Costa Rica y premio Nobel de Paz en 1987, es no dejar solos a los guerrilleros de las Farc en su proceso de reinserción a la vida civil. De lo contrario, sostiene, estos hombres y mujeres que engrosaron las filas de la subversión pueden convertirse en pandilleros, como ocurrió en su país.

Arias hace parte de los laureados que participan en la XVI Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz en Bogotá, escenario  que aprovechó para criticar a Donald Trump y las decisiones que ha tomado en sus primeras dos semanas como presidente de Estados Unidos.

Después de cinco años Colombia logró sacar adelante los diálogos de paz con la guerrilla de las Farc. ¿Qué es lo más difícil de todo lo que se viene en el posconflicto?

Todo lo que se viene ahora, que es implementar  el acuerdo de paz, cumplir con lo establecido  en La Habana; entregar las armas, destruirlas y utilizarlas para hacer monumentos, que es lo que piensan hacer en este país, pero sobre todo,  no abandonar a los guerrilleros que piensan volver a la vida civil.

Usted recibió el premio Nobel  por la consolidación de la paz de Centro América. 30 años después, ¿qué consejo le puede dar a Colombia para no cometer errores en la implementación de los acuerdos?

Creo que no pueden permitir que los guerrilleros se conviertan en pandilleros. El reto para el Gobierno Nacional y la comunidad internacional es ayudar a la reinserción de los guerrilleros en la sociedad civil colombiana, educándolos, dándoles oportunidades, haciéndolos empresarios, profesionales,  para que no se conviertan en ‘las maras’ que lamentablemente terminaron siendo los guerrilleros centroamericanos, precisamente por la falta de oportunidades.

¿Qué decirle a los colombianos que fácilmente pierden la motivación con este proceso y que, sobre todo, quieren resultados inmediatos? 

Si se aguantaron 52 años de guerra, que sean un poquito más pacientes con la llegada de la paz. Ahora viene un proceso en el que se tiene que cumplir con lo pactado y yo creo que aquí existe la voluntad para cumplir, porque de otra manera sería una traición a la confianza que el pueblo de Colombia, sobre todo las víctimas, ha tenido en poder pasar la página de 52 años de violencia.

¿Cómo ve la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos y lo que ello puede significar para la implementación del acuerdo de paz en Colombia?

Lo que está ocurriendo es como en la novela de Charles  Dickens de ‘Historia de las dos ciudades’, que relata perfecto  los años que  antecedieron a la Revolución Francesa, cuando estaban los peores y los mejores tiempos. En la Guerra Fría era la era de la sabiduría y de la insensatez;  la época  de la creencia y de  la incredulidad; era la primavera de la esperanza y era el invierno de la desesperación.

Estados Unidos refleja los peores tiempos, con la insensatez, la xenofobia y el odio que han crecido de una forma espeluznante y tristemente vemos cómo se intenta continuar con la construcción de un muro que dividirá no solo pueblos, sino también conciencias.

Lamentamos enormemente que la ficción horrenda de un libro se convierte poco a poco en una realidad repulsiva.  Con gran incredulidad vemos cómo los líderes de la democracia más grande del mundo le faltan al respeto a los  Derechos Humanos y a la diplomacia internacional. Es el  invierno de la desesperación, así que no sabremos qué va a pasar.

El día que Trump tomó posesión usted dijo que “el mundo debía abrocharse los cinturones”. ¿Cree que las cosas se pueden poner peor?

Trump es un presidente que ha demostrado gran ignorancia, gran desconocimiento y los tiempos en que nos toca vivir, que está queriendo revertir 80 años de lucha de Estados Unidos por fortalecer el libre comercio en todos los rincones del planeta y de un momento a otro se convierte en el más proteccionista de los países, queriendo construir un muro que es una ignominia para los latinoamericanos y que nos convierte a todos  en mexicanos, como en algún momento se convirtió todo el mundo en parisinos, durante los atentados  terroristas de Bataclán.

La gente se solidariza en redes sociales, ¿pero cree que los gobiernos se van a levantar contra EE. UU.?

Ciertamente creo que va a haber una solidaridad muy grande con México, de eso no me cabe la menor duda y de que nos vamos a identificar con los perjuicios que Estados Unidos le puede imponer a México.

Ahora, la verdad es que son más los mexicanos que hoy están regresando a  México, que los que quieren ingresar a Estados Unidos y eso demuestra de nuevo su falta (de Trump) de conocimiento de lo que está aconteciendo en su propio país.

¿La situación para México se puede poner peor?

Trump va a querer matar el Nafta (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) y posiblemente, el Cafta (Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana). Y solo un ignorante no puede reconocer que el  libre comercio,  a través del tiempo, le ha permitido a las economías crecer aceleradamente y, por lo tanto, sacar a más gente de la pobreza. Uno no puede sacar a mucha gente de la pobreza sino tiene tasas de crecimiento más elevadas del 3 o 4 %  y él se ufana de salvar 600 puestos de trabajo al convencer a la industria estadounidense de que no se vaya para México. Su desconocimiento es abismal,  yo solo espero que se dé cuenta pronto de que está cometiendo una equivocación y tenga el valor para rectificar.

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