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El presidente del Partido Farc, Rodrigo Londoño, conocido como Timochenko, afirmó sentirse avergonzado en nombre de toda la colectividad y pidió perdón al país y a la comunidad internacional por lo ocurrido con ‘Iván Márquez’, ‘Jesús Santrich’ y alias Romaña. | Foto: Colprensa

FARC

Cambiar nombre del partido y los otros retos de la Farc tras el 'golpe' de Iván Márquez

La opción de cambiar de nombre es una realidad. Llegar al Concejo de Bogotá, la principal apuesta.

1 de septiembre de 2019 Por: Colprensa

El 27 de junio de 2017, en una vereda de Mesetas, Meta, fue la última vez que todos los comandantes de la hoy extinta guerrilla de las Farc se reunieron. Lo hicieron en un cambuche, con el fin de acabar de afinar los detalles del evento de dejación de armas que se acordó en las negociaciones de La Habana, porque luego de esto vendría el camino a meterse en la política electoral.

Muy rápidamente se tuvo que tomar una decisión política fundamental para el futuro del naciente partido y eso se dio en el primer congreso nacional fariano, que se cumplió el 2 de septiembre en el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada, lugar en donde 26 años antes sesionó la Asamblea Nacional Constituyente que gestó la Constitución Política de 1991.

El congreso inaugural del Partido de Farc tenía dos objetivos fundamentales: escoger al presidente de la colectividad y definir el nombre que llevarían una vez hubieran dejado las armas. La primera puja la ganó Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’, al quedar elegido como el jefe máximo de la naciente colectividad política, pero en la segunda, la del nombre, que fue objeto de un pulso político en el partido, se impuso el hoy alzado en armas y exnegociador del proceso de paz, ‘Iván Márquez’.

La línea de ‘Márquez’ triunfó y logró que el nombre del nuevo movimiento mantuviera la sigla que por más de 50 años identificó a la organización insurgente, y de ahí nació la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, Farc. El exjefe negociador barrió con los votos de más de 600 de los 800 delegatarios que llegaron al Congreso.
De ese enfrentamiento salió la primera versión de que el naciente brazo político de las antiguas Farc había arrancado fracturado entre la línea de ‘Timo’, la más conciliadora, y la de ‘Márquez’, identificada siempre por ser el ala más radical.

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Pasaron unos meses y las primeras denuncias de incumplimiento de algunos desmovilizados se empezaron a conocer, y los protagonistas fueron justamente ‘Iván Márquez’, ‘Jesús Santrich’, entre otros. Y en abril del 2018, llegó el momento crítico: la detención de ‘Santrich’ luego de que, supuestamente, fuera delatado por Marlon Marín, sobrino de ‘Iván’, quien luego fue trasladado a Estados Unidos, donde está preso y habría contado cómo algunos exguerrilleros volvieron a vincularse a actividades del narcotráfico, contrariando así lo pactado.

Esta situación volvió a revivir la división que se gestó en septiembre de 2017. De ahí que algunas voces en el partido empezaran a pedir que se excluyera a ‘Santrich’ y, con el paso de los días, sugirieron lo mismo por la desaparición y el incumplimiento del exjefe negociador a los compromisos de los Acuerdos.

Con la notificación de ‘Márquez’ y otros disidentes de que han retomado las armas, estas divisiones internas terminaron por hacer explosión. De su línea política queda ya muy poco, tan solo Jairo Estrada, a quien se le recuerda por ser uno de los cinco voceros que tuvo las Farc en el Senado, cuando se adelantaba el proceso de dejación de armas.

El resto es un partido más monolítico, pero que no ha logrado despegar. A los riesgos que debe enfrentar en materia de seguridad (que se agravaron desde el anuncio del jueves), se suma la muy escasa participación que ha tenido en las elecciones.

Ante su falta de consolidación política, el Partido Farc no tiene candidatos propios a ninguna gobernación para los comicios de octubre y solo apoyan a Luis Eladio Pérez, quien fue una de las víctimas del secuestro que realizó esta guerrilla cuando estuvo activa, en su aspiración a convertirse en el mandatario de Nariño.

La baraja de aspirantes para las alcaldías también es muy delgada: solo catorce candidatos. Una de ellas es Luz Edith Chilo, aspirante a ese cargo en Caldono, Cauca. Chilo, igual que Luis Eladio, fue plagiada por las Farc.
La principal apuesta de esta organización política es llegar al Concejo de Bogotá, para lo cual tienen como cabeza de lista al exsecretario de Integración Social de la Alcaldía de Gustavo Petro, Jorge Rojas. Junto a él también están Liuva Vargas, Deneis Toscano, Marlene Puentes, Cecilia Moya y Sigifredo Solano, todos ellos militantes de la extinta guerrilla.

Lo particular es que Rojas, hasta una semana antes del cierre de inscripción de candidatos, estuvo aspirando a la Alcaldía de Bogotá y recogió firmas para lograr ese propósito. Pero tras retirar su candidatura, ahora es la cabeza de la lista al Concejo.

La opción de cambiar de nombre es prácticamente una realidad, pero hay que esperar a que sesione un nuevo congreso, que está programado para finales de este año, aunque podría adelantarse debido a la crítica situación de la colectividad.

El excomandante y ahora senador Pablo Catatumbo es uno de los líderes de esa idea. “Ese es un tema que se tratará en el congreso del partido. Esa reunión se hará a finales del año o a principios del próximo y allí se tocará este tema a fondo”, señaló al ser consultado sobre si esta es la salida política para superar el golpe que dejó el anuncio de ‘Márquez’ y sus compañeros.

La viuda del otrora jefe de las Farc, Manuel Marulanda Vélez, Sandra Ramírez, quien también es congresista, reconoce que ese tema será central en el próximo encuentro nacional del partido.

“Es una propuesta que vamos a llevar a la asamblea nacional y serán los militantes quienes decidan el cambio de nombre y cuál se podría poner”, indicó Ramírez.

Se mantienen

Esta semana, en medio de la crisis que generó el anuncio de ‘Márquez’ y el resto de disidentes, los máximos dirigentes del partido volvieron a ratificar que su principal arma será la palabra y que seguirán haciendo política.

“Los Acuerdos de Paz encarnan la culminación del viejo anhelo del pueblo colombiano por poner fin al conflicto armado y sembrar la esperanza de consolidar definitivamente la paz con justicia social en nuestro país”, declaró Rodrigo Londoño, jefe de la nueva organización política.

Además, el líder del partido destacó que los excombatientes han tenido un compromiso firme para dejar las armas y hacer la paz. La mayoría de ellos han luchado para vivir en la legalidad de acuerdo con lo pactado en La Habana.

“Nos duele la patria. [La paz] no puede despedazarse por obra de la venenosa voz de la extrema derecha ni los incumplimientos del Gobierno”, sostuvo en medio del momento crítico en que decían que ‘Márquez’ y los demás que retomaron las armas se autoexcluyeron del partido.

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