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Acuerdo de cese bilateral al fuego aviva el optimismo en zonas azotadas por la guerra

En Cauca y Valle ahora inicia la reconstrucción de territorios. Sin embargo, persisten las dudas sobre la concentración de las Farc.

23 de junio de 2016 Por: Redacción de El País

En Cauca y Valle ahora inicia la reconstrucción de territorios. Sin embargo, persisten las dudas sobre la concentración de las Farc.

El Cauca es uno de los departamentos más golpeados por el conflicto armado en el país. Solo uno de sus municipios (Toribío) contó 600 ataques en 26 años. Es decir, que en promedio, cada quince días durmieron, estudiaron, trabajaron, sobrevivieron, en medio de bombardeos, ráfagas de metralla, francotiradores...

Sus pobladores están optimistas porque la firma del acuerdo de cese bilateral del fuego y hostilidades que se dará hoy en La Habana es la confirmación del fin de la guerra. 

Alcibiades Escué, alcalde del municipio que queda a tres horas de Cali, sostiene que es una de las “mejores noticias”  porque ese cese se había estado solicitado desde hacía mucho. “Para nosotros es reafirmar  el hecho de que hace 18 meses no  se presentan hostigamientos ni enfrentamientos y eso ha permitido la tranquilidad, la seguridad social y política de todos los toribianos”.

Comenta que así se expresa la seriedad con que se viene negociando la terminación del conflicto armado y que le permitirá a su municipio iniciar la reparación económica y social que se ha postergado por más de 40 años.

En el mismo sentido se pronuncia Gabriel Paví, gobernador indígena, quien dice que el cese el fuego los beneficia directamente y es un alivio para la población, pero temen por los nuevo actores armados que lleguen a la zona rural del Cauca.

Indica que la organización nacional indígena ya le dejó claro al Gobierno nacional que en sus territorios no quieren zonas de concentración, que para aceptar alguna, tendrá que haber una consulta y concertación con la comunidad “porque eso nos afecta a los civiles si no hay unas reglas del juego claras”.

Dagoberto Muñoz, expresidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Mango, en Argelia, otra de las poblaciones golpeadas por la guerra, dice que obviamente está tranquilo con el anuncio, pero que hay otras cosas que le preocupan de todo a lo que llaman “posconflicto”.

“Es preocupante porque en otros países eso ha sido más duro que la misma guerra”, precisa. Por eso, sostiene que es necesario saber qué va a pasar con las zonas de concentración de los guerrilleros, que se supone, estarán en este municipio del oriente del Cauca.

“Si Argelia no queda como zona de concentración, otras bandas criminales van a ocupar esa zona y nosotros vamos a seguir en guerra. Es mejor que nos designen en esas zonas porque habrá más seguridad”, aclara el líder.

También dice que para nadie es un secreto que Argelia vive de los cultivos de coca, no por convicción, sino por falta de alternativas laborales y que ese será un motivo de disputa entre los reductos de las Farc y las nuevas bandas criminales.

[[nid:549224;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2016/06/anuncio-cese-bilateral.jpg;full;{El gobierno de Colombia y las Farc anunciaron este miércoles un histórico alto al fuego definitivo, que abre la puerta a un pacto final de paz para acabar con más de medio siglo de conflicto armado. }]]

¿Y Florida y Pradera?

El Valle del Cauca también ha sufrido los embates del accionar de las Farc, sobre todo, en zona rural de los municipios de Florida y Pradera.

El alcalde Henry Devia, mandatario de esta última población, considera que el  cese el fuego bilateral es la convalidación de un acto que la misma guerrilla había propuesto y constituye un beneficio para el municipio porque cuando estaban en el furor de la guerra, las Farc generaba zozobra y preocupación entre la comunidad.

“Vivíamos en constante alerta. Ahora la noticia es un parte de tranquilidad no solo para nosotros como administración sino para toda la comunidad”, indica Devia.

Para Diego Felipe Bustamante, alcalde de Florida, la firma del acuerdo porque “nos va a permitir disfrutar de nuestro territorio”.

Explica que antes era de difícil acceso la zona rural donde había desplazamientos y reclutamientos forzados. Ahora, hace paseos en bicicleta en esos sectores y “con este acuerdo vamos a lograr garantizar la movilidad de todos los floridanos en su municipio. Ya no tendremos más campesinos en medio del fuego cruzado”.

Sobre las zonas de concentración indica que la decisión no es del Alcalde y que lo importante será poder pasar la página de la estigma a las oportunidades.

Pero el alcalde Devia se mantiene prudente frente a la decisión que tome el Gobierno nacional. Comenta que es un tema que debe ser “ampliamente” socializados con los pradereños  para que no lo vean como una imposición. “Hay que hacer, insisto, un acercamiento con la comunidad”.

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