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El Gobierno de Juan Manuel Santos y el ELN instalaron la mesa negociaciones de paz en La Habana en marzo de 2018. Los diálogos se rompieronpor parte del presidente Iván Duque, luego del atentado de esa guerrilla a la escuela militar. | Foto: Especial para El País

Expertos recomiendan al Gobierno Nacional disminuir las tensiones con Cuba

La isla espera que el Gobierno Duque defina su situación como garante del Acuerdo de Paz.

2 de junio de 2020 Por: Redacción El País

Colombia debería procurar disminuir las tensiones con Cuba, país que fue anfitrión del Acuerdo de Paz.

En eso coinciden analistas sobre la manera en la que el Gobierno Nacional debería responder a los reclamos que se han escuchado desde la isla, luego de que Estados Unidos la incluyó entre las naciones que apoyan el terrorismo.

En efecto, Cuba le pidió a la Administración de Iván Duque definir su papel como garante en el Acuerdo firmado con las Farc, luego de que el comisionado de paz, Miguel Ceballos, respaldara la decisión de Washington.

Y aunque el Gobierno colombiano todavía no ha dado respuesta a la solicitud de La Habana, en el país se ha abierto el debate con respecto a la manera cómo se están manejado las relaciones con la isla.

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Para el analista político Alejo Vargas, lo mejor sería “bajarle la temperatura” a ese enfrentamiento y permitir que Cuba siga cumpliendo su rol como garante del Acuerdo de Paz.

“Un retiro complicaría mucho más todo el tema de la implementación del Acuerdo y llevaría a otro tipo de tensión, que no le conviene a nadie. Bajarle la temperatura no significa que se vayan a mejorar las cosas en el corto plazo, pero, por lo menos, que no se deterioren más”, explicó y agregó que sería “una especie de estatus quo”, mientras evolucionan las relaciones.

Por su parte, el internacionalista Sebastián Bitar sostiene que si Cuba se retira como garante se puede ahondar el malestar de las Farc con respecto a la implementación de lo convenido en la isla, pese a que en materia práctica no pasaría nada, debido a que el Acuerdo ya fue firmado.

Bitar agrega que lo que sí pasaría es que se ahondarían las reacciones de apoyo al Presidente por parte de quienes están de acuerdo con la forma cómo ha manejado la relación con el Gobierno de La Habana y habría una mala respuesta de quienes aseguran que lo implementado del Acuerdo no ha sido suficiente.

Desde el uribismo, algunos congresistas calificaron de “grave intromisión en los asuntos internos de este país” la carta que el Gobierno de Cuba le envió a Colombia.

Cuba también le solicitó al Ejecutivo colombiano que declare su posición oficial acerca de las razones que tiene para respaldar la inclusión de la isla en la lista de países que apoyan el terrorismo elaborada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, mientras agregó que los comentarios del Alto Comisionado para la Paz sirven para interpretar que la conducta de la Administración Duque ha facilitado argumentos para los propósitos agresivos del país norteamericano.

De acuerdo con el analista político Carlos Medina, el Gobierno de La Habana está en una encrucijada porque no puede cumplirle al Estado colombiano mientras le incumple al ELN, pero tampoco puede cumplirle a esa guerrilla al tiempo que le incumple al Ejecutivo liderado por Iván Duque.

Por esto, dice, se ciñe a los protocolos firmados y busca que Bogotá entienda que los acuerdos internacionales son importantes.

“El Acuerdo de Paz ya se terminó de construir y es un acuerdo cuya responsabilidad es del Gobierno, que debe implementarlo. Lo que está pidiendo Cuba es que se implemente según los términos y también que se cumpla con el protocolo de ruptura, y eso quiere decir que trasladen la delegación del ELN a sus campamentos para que pueda liberar a la isla de esa responsabilidad”, enfatiza Medina.

Las consecuencias, dice el analista, que podría traer una actitud negativa por parte de Colombia están relacionadas con el precedente internacional que quedaría: “En futuras negociaciones de paz sería complicado para otro país prestar su territorio para que se desarrollen negociaciones, debido a que queda la sensación de que el país no cumple con los protocolos”.

Sebastián Bitar añade que Cuba no tiene mayor participación después de que el presidente Duque pidiera la extradición de los jefes del equipo negociador del ELN, situación que parece que no va a cambiar por ahora.
Por otra parte, Alejo Vargas indica que Colombia no tiene un argumento sólido ante la comunidad internacional para romper relaciones con Cuba y que eso sería perjudicial para el país.

“El tema de la extradición de los miembros del ELN no es válido, y Cuba lo argumenta en ese documento, se ampara en el protocolo firmado, con lo cualm Noruega está de acuerdo e incluso Naciones Unidas. Entonces no hay otro argumento porque Cuba no está en esa lógica de apoyar grupos guerrilleros. Veo poco probable que suceda una ruptura”, conceptuó.

Responde el Comisionado

El alto comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, aseguró que no se ha reunido con funcionarios de la Casa Blanca, sede del Gobierno de Estados Unidos, para discutir la inclusión de Cuba en la lista de países que no apoyan la lucha contra el terrorismo.

“Sin embargo, en el marco de las funciones del Alto Comisionado para la Paz, estoy facultado para sostener reuniones con representantes de los gobiernos, siempre bajo la articulación de la Cancillería colombiana”, señaló ante el Senado, adonde fue citado ayer a un debate de control político.

Ceballos agregó que “quien más irrespeta a Cuba es el ELN, tenía unas condiciones para estar ahí y está violando los protocolos que tanto alega defender. Está violando la buena voluntad de un país, al que, por supuesto, le agradecemos la buena voluntad de paz y nadie ha dicho que eso es distinto”.

Por su parte, el vicecanciller Francisco Echeverry negó que Colombia haya tenido injerencia en la decisión de Estados Unidos.
Los senadores Iván Cepeda y Antonio Sanguino, citantes del debate junto con Ernesto Macías, señalaron al Comisionado de Paz por considerar que trató de forma incorrecta el apoyo que Cuba ha dado desde hace más de 30 años a Colombia.

Antecedentes

El Gobierno de Estados Unidos anunció el pasado 13 de mayo que incluyó a Cuba en su lista negra de países que no colaboran plenamente en la lucha antiterrorista, denunciando la presencia en la isla de guerrilleros del ELN.

La Habana se sumó así a otros cuatro adversarios estadounidenses -Irán, Siria, Corea del Norte y Venezuela- que no obtuvieron la certificación en 2019 en virtud de una ley antiterrorista de Washington que afecta las exportaciones de artículos y servicios de defensa.

“Este es el primer año en que Cuba ha sido certificada como no totalmente cooperante desde 2015”, dijo entonces el Departamento de Estado en un comunicado.

Esta medida se suma a la creciente presión del Gobierno de Donald Trump sobre La Habana, que aleja a Washington de los esfuerzos de reconciliación propiciados por su antecesor, Barack Obama.

El Gobierno de la isla no tardó en reaccionar: “Cuba es víctima del terrorismo. Hay una larga historia de actos terroristas cometidos por el Gobierno de Estados Unidos contra Cuba y la complicidad de las autoridades estadounidenses con individuos y organizaciones que han organizado, financiado y ejecutado esas acciones desde territorio estadouniden- se”, tuiteó en inglés el director de Asuntos Estadounidenses en la Cancillería, Carlos Fernando de Cossio.

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