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Juan Fernando Cristo, exministro del Interior e integrante de la Coalición de la Esperanza. | Foto: Colprensa - Álvaro Tavera

JUAN FERNANDO CRISTO

Aspiración presidencial de Juan Fernando Cristo se decidirá en las próximas semanas

El exministro habla sobre las apuestas de la Coalición de la Esperanza y las disputas dentro de los partidos. "Hemos venido trabajando en la construcción de una coalición alejada de los extremos, que no cree en caudillos o mesías", dice.

27 de septiembre de 2021 Por: Laura C. Peralta Giraldo, reportera de El País

"El país está atravesando una crisis, necesitamos un cambio para unir a Colombia y, para el Valle del Cauca, un mensaje de autonomía. El Valle en los últimos años está siendo muy castigado por el centralismo en materia de recursos. Vamos a actuar a fondo, en proceso de transformación social y de recuperación de la seguridad para los vallecaucanos”.

Así habla Juan Fernando Cristo, uno de los integrante de la Coalición de la Esperanza, quien en las próximas dos semanas decidirá si postula su nombre o no para las presidenciales.

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Hay muchas figuras disputándose la candidatura presidencial del centro. ¿Esto impedirá que este sector llegue unido a los comicios?

Nosotros hemos venido trabajando en la construcción de la Coalición de la Esperanza, que es una coalición alejada de los extremos, que no cree en caudillos o mesías. Una coalición de oposición a lo que significa hoy el Gobierno de Duque. Nosotros tenemos definidos como coalición un acuerdo programático, unos principios éticos y un procedimiento que será el de la consulta popular en marzo del próximo año y una lista única al Senado de la República de la Coalición, porque hay que renovar y cambiar el Congreso. El líder de esa coalición de centro será escogido en marzo. No tenemos preocupación de la fragmentación de ahora porque el proceso se irá decantando y están claramente definidas las reglas de juego. Esperamos, como coalición, ampliarla a otros sectores. Ya se sumó el partido ASI, Colombia Renaciente y en las semanas anteriores invitamos a Alejandro Gaviria a un diálogo para que se sume y podamos definir democráticamente quién va a ser el líder que llegue unificadamente por el centro a la primera vuelta presidencial.

¿Cree que Gaviria se les sumará?

Eso hay que preguntárselo a Alejandro. Tenemos coincidencias con él, también diferencias. Le hemos hecho una invitación formal al diálogo y habrá que esperar a que avancemos. Tenemos muy claramente definido cuál es el ADN de la coalición.

¿Y cuál es ese ADN?

Una coalición que le apuesta, primero, al liderazgo colectivo; segundo, a un cambio para unir a los colombianos; tercero, una coalición de oposición a lo que significa el uribismo en el poder; cuarto, una coalición que no va a estar acompañada de los partidos tradicionales, y cinco, una coalición alejada de los extremos, ese es nuestro ADN. Todos los líderes y dirigentes políticos y partidos que compartan esos valores, esperamos trabajar con ellos en el proceso electoral del próximo año.

Usted se refiere en su proyecto político a un acuerdo por lo territorial, ¿de qué se trata?

No tenemos manera de resolver como Estado los grandes problemas que tenemos, si seguimos con este centralismo. La pandemia y la movilización tan grande que vivimos en estos dos últimos años han demostrado que Colombia no puede seguir siendo manejada por técnicos de segunda categoría en las oficinas de Planeación Nacional. El país no puede seguir presenciando que son más importantes funcionarios de ese nivel que los alcaldes o gobernadores elegidos popularmente. Desde la Constitución del 91 el país se federalizó políticamente, hay gobernadores y alcaldes muy poderosos desde el punto de vista político. El Valle del Cauca es un ejemplo, pero se centralizó fiscalmente en materia de manejo de los recursos. Mi propuesta del acuerdo territorial es que nos sentemos Nación, departamentos y municipios de Colombia y podamos hacer un acuerdo en lo fiscal, en lo económico, volver a barajar y repartir los recursos. Hay que descentralizar los recursos y que cada día haya más competencia y recursos en cabeza de los departamentos y los municipios.

Las disputas dentro de los partidos se han vuelto frecuentes. ¿Cómo ve esa situación?

Lo que yo veo son unos partidos tradicionales totalmente debilitados, fraccionados y sin ninguna credibilidad. Se jugaron sus suertes frente a la opinión pública acompañando un Gobierno que realmente hoy genera rechazo e indignación en la ciudadanía. Esos partidos tendrán el rechazo en las elecciones. Creo que van a llegar con muchos problemas y por eso acuden a jugadas como la de la derogatoria de la Ley de Garantías. Nosotros, como coalición, esperamos presentar una lista única de lujo, con la confluencia de todos los sectores que permitan renovar y cambiar la composición del Congreso, que cada vez se muestra más desconectado de la ciudadanía.

¿Por qué quiere ser elegido Presidente de Colombia?

He venido recorriendo el país, tengo la experiencia, he demostrado un compromiso con la equidad social, con las transformaciones sociales, mostramos resultados en el Congreso sacando adelante la Ley de Víctimas y de Restitución de Tierras, que ha sido tal vez la ley más importante que se ha aprobado en los últimos 30 años. Nos jugamos a fondo por la paz de este país.
Estamos participando en la Coalición de la Esperanza como movimiento En Marcha y en las próximas dos semanas voy a decidir cómo va a ser nuestra participación en esas elecciones y de si personalmente compito o no en la consulta de marzo. Tomaremos la decisión y se la anunciaremos al país.

¿Cree que el desenlace de las audiencias en La Haya tras la demanda de Nicaragua contra Colombia será positivo para el país?

Confío en que será positivo. Hay que reconocer que el Gobierno actuó con sensatez y prudencia cuando mantuvo la misma estrategia y los mismos apoderados de Colombia que conocen el tema hace ya varios años. Creo que los colombianos tenemos un sinsabor muy grande con el fallo de la Corte del 2012.
Yo esperaría que la Corte en este caso le dé la razón a los colombianos y podamos encontrar mecanismos bilaterales en un diálogo con Nicaragua que permitan resolver en pleito territorial.

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