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"Algunos se oponen a la paz porque no la están haciendo ellos": Íngrid Betancourt

Íngrid Betancourt, explagiada por las Farc, volvió al país esta semana. Dice que estará donde se necesite para ayudar a que la paz en el país sea un éxito.

8 de mayo de 2016 Por: Argemiro Piñeros Moreno | Colprensa

Íngrid Betancourt, explagiada por las Farc, volvió al país esta semana. Dice que estará donde se necesite para ayudar a que la paz en el país sea un éxito.

La exdirigente y exsecuestrada por las Farc Íngrid Betancourt a su regreso al país volvió a hablar de lleno de política. Asegura que le preocupa el nivel de fundamentalismo ideológico que hay cuando se habla del proceso de paz, pero destaca que se deben escuchar todas las voces para que tenga éxito. Lea también: "Lo perdí todo al cruzar un puente": lea el dramático relato de Íngrid Betancourt en foro sobre paz Resalta la recomposición que le está dando el presidente Juan Manuel Santos a su gobierno, como la llegada de la oposición al gabinete. Considera que a las Farc les será muy duro hacer política cuando  hayan dejado las armas y reconoce que han intentado ser la voz de quienes no tienen voz. Asegura que no ha dejado de ser política, que siempre piensa en Colombia y deja entrever que estará muy cercana a la parte final del proceso de paz, aunque no dice si vendrá a hacer campaña por el plebiscito si así se lo piden. De estos temas conversó con Colprensa. ¿Qué significó su regreso al país por cuatro días. Le impactó? Es un momento de reflexión muy importante, de compartir con el país. Es también una oportunidad de compartir reflexiones desde aquellos que hemos sufrido para que Colombia termine el proceso que ya empezamos y es la reflexión de cómo vamos a ser los colombianos cuando dejemos de ser los colombianos de la guerra y seamos los colombianos de la paz. ¿Cómo hacer para que los colombianos sean menos escépticos con el proceso de paz y lo acompañen?  Veo que hay un consenso en torno a la paz, con el que yo hablo quiere la paz, incluso los que están en contra del proceso quieren la paz, hay diferencias es en cómo llegar a la paz.  En eso el debate es importante, las críticas son constructivas, pero no se puede esperar una paz de consenso, necesitamos una paz en la cual la mayoría de los colombianos sigan adelante a sabiendas de que los que quedan atrás también van a ser  beneficiarios de esa paz que logremos. ¿Ese consenso lleva a que las críticas sean muy extremas, ahí es dónde se debe fortalecer el proceso? Las críticas son fuertes porque hay perspectivas diferentes, hay también en Colombia fundamentalismo ideológico que hace que muchas veces no seamos justos con los procesos. Es decir, hay gente que se atrinchera a decir que el proceso de paz hoy en camino no es bueno porque simplemente no lo están haciendo ellos, pero la verdad es que es un proceso que da garantías jurídicas a los unos y para todos nosotros nos está dando la garantía de que no haya impunidad. ¿Ese fundamentalismo no podría llevar a que se acabe el proceso? Nosotros tenemos que entender que las diferencias son importantes, entender que hay gente que en Colombia no quiere ese tipo de paz, sino una paz lograda por la eliminación física del enemigo, a través del militarismo y en el caso de la mayoría de colombianos sabemos que cuando tuvimos la oportunidad de metérsela toda a una guerra con un líder fuerte que unificó al país, con los recursos, con toda la institucionalidad, no se logró eliminar a las Farc. Hoy cogimos un camino diferente, estamos ensayando una nueva opción y creo que nos va a dar frutos. En su discurso pidió que se les cumpla a las víctimas, ¿cómo debe ser eso? Lo primero es la verdad, hay una reparación moral que necesitamos todas las víctimas y es que se logre establecer la verdad en torno a los hechos que nos han producido ser víctimas, y que esa verdad sea una verdad social, es decir, que la sociedad la entienda. Uno de los problemas para las víctimas es ser doblemente víctima, del agresor y de una sociedad que lo está cuestionando. ¿Qué más hay que hacer por ellas? Pienso que está la reparación económica que es muy importante, uno como víctima pierde económicamente todo, la vida, el trabajo, los años, es decir, es realmente una pérdida grande, en muchos casos es la ruina de una familia.  Por lo tanto, la solidaridad social implica entender que la reparación económica no es una limosna, es un derecho de cada colombiano cuando se es víctima del terrorismo. ¿Si las Farc no hacen esa reparación económica la debemos hacer todos los colombianos? El Estado debe participar en ese esfuerzo, simplemente porque es la consecuencia de sentirnos nación, unidos, solidarios, pero creo que las Farc también tienen la posibilidad de poner esos fondos al servicio de la reparación de las víctimas, eso sería muy lindo y sería un inmenso avance dentro de un proceso de reconciliación. ¿Cómo ve que el presidente Santos esté recomponiendo su Gobierno? Creo que eso es importante, hay que entender que la paz es una paz nacional desde perspectivas y coyunturas diferentes, la paz de Bogotá es de Bogotá, no es la de Sincelejo, ni tampoco la de Pasto. En ese sentido, la posibilidad de involucrar la mayor cantidad posible de colombianos que se sientan representados en este proceso es inteligente.  ¿Sirve que lleguen al gabinete los partidos de oposición? Siempre he pensado que necesitamos una oposición que no participe del Gobierno, que sepa hacer oposición, pero en el caso de la coyuntura actual, que es el tránsito para la paz, creo que aquellos que más han luchado por la paz tienen que tener una participación porque este no es un Gobierno de todos los días, es el Gobierno de una transición y en eso tenemos que estar unidos; me parece que esa opción de que estas personas que han sido los opositores y críticos entren al Gobierno es una garantía para todos los colombianos.  ¿Cómo ve a las Farc haciendo política? Les va a costar mucho  aprender a hacer política, es un aprendizaje difícil, pero creo que así como he criticado a las Farc muchísimo y que me es difícil perdonarlas aún –es un proceso y tengo la voluntad de hacerlo- tengo que reconocer que dentro de esa organización hay cualidades que le van a servir a la Colombia del posconflicto.  ¿Y cuáles son las cualidades que les ve? Primero, hay una voz que Colombia no había oído, que es lo que yo llamaría la voz de los NN, las Farc es la voz de toda esa Colombia que nunca ha participado en la vida política colombiana. Es una voz que tiene que madurar políticamente, que debe estructurarse, tener una educación política para expresar sus ideas y sus reinvindicaciones. Creo que las Farc, adicionalmente, tienen una disciplina interna que hace que los procesos que ellos llevan a cabo los hagan por consenso y eso les puede dar fortaleza en un país que necesita tener una oposición que no se venda al mejor postor sino que sean realmente posiciones de ideas y no de intereses.  ¿La vamos a volver más pronto en el país? Estoy cerca desde donde esté, donde estemos físicamente no es tan importante sino donde estemos emocional e intelectualmente.  ¿Si el presidente Santos le dice que venga para esta parte final del proceso y el inicio del posconflicto lo haría? No me gusta esa pregunta porque me pone a especular sobre situaciones en las que queda uno teniendo que decir sí o no y realmente es especulativo; la única certeza que tengo es que cualquier cosa que se requiera para lograr que la paz en Colombia sea un éxito pues claro que voy a estar ahí. ¿Volvió a ser la Íngrid Betancourt política que hace años no se veía? Nunca he dejado de serlo, yo siempre he sido política y esa es mi vocación.

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