Un problema sin fin
Los bienes incautados al narcotráfico en Cali se han convertido en un dolor de cabeza para la ciudad.
Para que se defina su situación y se tomen decisiones sobre ellos pueden pasar años, tiempo durante el cual quedan abandonados, expuestos a ser invadidos y sin que nadie se haga cargo de su mantenimiento.
En la capital del Valle hay 3809 de esos bienes entre apartamentos, casas, lotes, locales o fincas, algunos a punto de colapsar por el deterioro, otros convertidos en basureros y unos más en manos de delincuentes.
Como ejemplo está el antiguo Club San Fernando, adquirido por la mafia e incautado por las autoridades, que ha estado envuelto en pleitos jurídicos y hoy es un lote abandonado sobre la Calle Quinta.
Peor es la situación de un predio ubicado cerca a la Estación Unidad Deportiva del MÍO en el que se han levantado cambuches y casas de guadua, hay negocios de compraventa y abunda el microtráfico según las denuncias ciudadanas, y las acciones para desalojarlo han sido infructuosas.
Por casos como esos es que se levantan voces pidiendo que la Sociedad de Activos Especiales agilice los procesos y tome decisiones sobre el futuro de esos bienes.
Entre las posibilidades debería estar la de traspasar algunos de ellos al Municipio para que les dé un uso productivo y le sirvan a la cultura, el deporte, el turismo o la educación.
Es preferible que esas propiedades beneficien a Cali, a que continúen siendo manchas para la ciudad y le traigan problemas imposibles de resolver.