También en Nicaragua
Fiel a la cartilla de los regímenes dictatoriales que necesitan el silencio para cometer sus abusos, el gobierno de Nicaragua se ha ensañado contra la prensa libre de su país.
Fiel a la cartilla de los regímenes dictatoriales que necesitan el silencio para cometer sus abusos, el gobierno de Nicaragua se ha ensañado contra la prensa libre de su país.
Asesinatos, secuestros, encarcelamiento, cancelación de licencias y expropiación a los medios que denuncien la tiranía encabezada por Daniel Ortega y su esposa, o crear trabas para impedir que le llegue el papel a los diarios que se oponen a la dictadura.
Como en Venezuela, esos son algunos de los recursos que aplican Ortega y su mujer para tratar de acallar las voces que piden la libertad de Nicaragua y el final de una tiranía similar a la de los Somoza.
Ese sandinismo libertario que derrocó la opresión es ahora una caricatura explotada con descaro por quienes pretenden mantener su imperio de terror y corrupción contra los deseos del pueblo nicaragüense.
Como lo denuncian los asistentes al foro que realiza la Sociedad Interamericana de Prensa en Washington, ese imperio tiene entre sus principales objetivos el acabar con la libertad de expresión y silenciar el periodismo que refleja la opinión nacional y reclama el final de la dictadura.
Al igual que en Cuba o en Venezuela, los medios de comunicación y el periodismo libre son víctimas de quienes en el poder tratan de acallar las voces que denuncian las fechorías de los dictadores y son amplificadores del rechazo de Nicaragua.