También en Cali
Lo que se vive con el PAE en Cali es una crisis de valores, porque quien contrata el suministro de alimentación para los escolares conoce la responsabilidad que tiene con miles de menores de edad
Las irregularidades detectadas en los contratos del Programa de Alimentación Escolar, PAE, en Cali no son solo intentos para desconocer la contratación pública.
Como lo relató El País en la investigación publicada ayer, la Contraloría y la Personería del municipio han detectado casos en el que el peso de la materia prima usada para proveer los alimentos es varios gramos más baja, lo que les significa un ahorro millonario a los contratistas.
Es usual también encontrar porciones menores a las estipuladas, frutas y verduras en mal estado, o que no se entreguen las raciones a los colegios y escuelas.
Están además las denuncias, que se repiten en todo el país, de contratos entregados a empresas sin experiencia o que han sido sancionadas y cambian su razón social para seguir participando en las licitaciones.
Por todo eso, son en primer lugar hechos que afectan la nutrición de miles de niños que en muchos casos solo reciben ese alimento al día.
Lo que se vive con el PAE en Cali es una crisis de valores, porque quien contrata el suministro de alimentación para los escolares conoce la responsabilidad que tiene con miles de menores de edad.
Y debe saber que con ello el Estado cumple una labor fundamental para nuestra sociedad, como es brindarles a los estudiantes de escasos recursos la posibilidad de tener al menos una comida al día para que puedan estudiar y encontrar oportunidades de vida.