Responsabilidad de todos
El robo de celulares en Colombia se convirtió en un delito de proporciones insospechadas, que atenta contra los bienes...
El robo de celulares en Colombia se convirtió en un delito de proporciones insospechadas, que atenta contra los bienes y la vida de los ciudadanos.El caso más reciente ocurrió el jueves anterior en Bogotá cuando un sacerdote del Minuto de Dios fue asesinado por quitarle el celular; hace una semana la víctima fue el capitán de los bomberos de Palmira. La historia se repite a diario en Cali, donde se roban 4.000 celulares al mes.A las autoridades hay que reconocerles el interés de los últimos meses para combatir ese delito, pero si se quiere acabarlo en verdad, se necesita de la colaboración de todos, incluyendo las empresas de telefonía móvil.En la manos de ellas está que los celulares reportados como robados sean bloqueados y no puedan ser utilizados otra vez, y que así los ladrones se queden sin el lucrativo negocio en el que se convirtió vender celulares hurtados. Ese debe ser su aporte para preservar la vida de sus clientes.