Lo mismo de siempre

Lo único que ha cambiado del millonario robo a la educación en Buenaventura, ocurrido hace dos años en la administración de José Félix Ocoró, es la manera de llamarlo.Como lo muestra la crónica publicada el pasado domingo por El País, lo que antes se denominó ‘estudiantes fantasmas’ es hoy el ‘trasteo virtual de estudiantes’, la ‘vacuna por alumno’ y el ‘reciclaje de fundaciones’. Pero lo cierto es que cualquiera que sea su nombre, los recursos para que los niños reciban una educación digna y de calidad siguen siendo usados para financiar el clientelismo.Por eso urge que la Contraloría, la Procuraduría y los gobiernos Nacional y Departamental hagan los controles que corresponden.El derecho a estudiar de 8.000 alumnos hay que garantizarlo, así como hacer que quienes están implicados respondan por sus acciones.A Buenaventura hay que ofrecerle buena educación para que pueda superar el atraso.