Las laderas de Cali

El informe sobre las construcciones ilegales en los altos de Normadía que publicó El País en su edición de ayer muestra otra faceta de un mismo problema.

Es la manera como se están afectando las laderas de la ciudad, creando además unos riesgos incalculables para miles de personas.

Al igual que las invasiones frecuentes, la construcción de edificaciones sin ninguna clase de control o de mínimos requisitos de seguridad contra sismos son otro gran desafío a la legalidad y al sentido común.

Además, el informe cuenta la manera en que regresaron las explotaciones ilegales de piedras de lujo para edificaciones, a pesar de que fueron cerradas y prohibidas desde el 2012.

Y frente a las autoridades, se encuentran con una pared de requisitos, de trámites y de actuaciones poco claras que hacen imposible actuar contra los infractores y delincuentes que se empeñan en crear los riesgos.

El resultado es que las lomas de Cali padecen la destrucción constante, su medio ambiente es azotado por la ambición de quienes les prenden fuego para después establecer sus negocios y lograr sus ganancias a costa del espacio público.

Ya es hora de que se detenga lo que sin duda es una amenaza contra la tranquilidad y la vida de quienes viven en esas zonas, inocentes ante los riesgos que están corriendo y en muchos casos, desconociendo la ilicitud de su actuación.
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