La sentencia a Correa
Rafael Correa, el expresidente de Ecuador, tampoco se salvó de ser condenado por el caso Odebrecht. Según la Justicia de su país, el polémico exmandatario lideró una red de sobornos que recibió dineros de empresas privadas.
Rafael Correa, el expresidente de Ecuador, tampoco se salvó de ser condenado por el caso Odebrecht.
Según la Justicia de su país, el polémico exmandatario lideró una red de sobornos que recibió dineros de empresas privadas, entre ellas la multinacional brasileña, para financiar la campaña de su partido político a cambio de entregar contratos con el Estado.
Una trama ilegal en la que ya había caído quien fuera su vicepresidente, Jorge Glas, condenado a seis años de prisión, y que implicó también a 17 de sus más inmediatos colaboradores, entre ellos varios ministros de su gobierno.
La pena a ocho años de prisión y 25 años de inhabilidad para ejercer cargos públicos, podría ser la sentencia de muerte política para quien duró diez años gobernando a Ecuador y siempre ha mostrado su intención de regresar al palacio de Carondelet, así fuera bajo la figura de vicepresidente, para eternizarse en el poder.
Exiliado en Bélgica, donde se refugió luego de dejar la presidencia aún conociendo que la Justicia lo requeriría, Correa no tardó en pronunciarse sobre la decisión judicial, asegurando que es una persecución política mientras enarbola una vez más las banderas del moribundo Socialismo del Siglo XXI.
Aún falta por resolver la apelación del fallo que interpondrá el expresidente, y saber si regresará a su país para darle la cara a la Justicia y responderle al pueblo ecuatoriano.