La paz de Corinto
Continuando con su empeño por quedarse con tierras legítimamente adquiridas por sus propietarios, grupos de personas que se identifican como miembros del Cabildo Indígena de Huasanó asaltaron dos fincas ubicadas en el Municipio de Caloto, al norte del departamento del Cauca.
Continuando con su empeño por quedarse con tierras legítimamente adquiridas por sus propietarios, grupos de personas que se identifican como miembros del Cabildo Indígena de Huasanó asaltaron dos fincas ubicadas en el Municipio de Caloto, al norte del departamento del Cauca.
Allí atacaron con bombas a integrantes del Ejército Nacional y quemaron dos buses para el transporte de transporte de corteros de caña.
Son las vías de hecho con las cuales algunos dirigentes de las comunidades indígenas prenden imponer su criterio por encima de la constitución y las leyes que amparan la propiedad privada que ha sido adquirida cumpliendo las normas y los procedimientos definidos por la Constitución Nacional y las leyes.
Sin embargo, esos títulos no parecen merecer el respeto de quienes insisten en enfrentar a los pueblos indígenas con el resto de los colombianos, en un ejercicio inaceptable de racismo y de desconocimiento del orden jurídico.
Ante esos hechos, que llegan también a los municipios de Corinto y Santander de Quilichao, el Estado debe actuar con rapidez para mantener la convivencia y garantizar la paz en el Cauca.
No puede ser posible que las motivaciones étnicas se conviertan en motivo suficiente para agredir a quienes ejercen su derecho a la propiedad de forma pacífica y cumpliendo los preceptos constitucionales.