La justicia estancada

Con la decisión de no cerrar los juzgados de descongestión, al menos por los próximos meses, se está reconociendo que la Justicia en Colombia sigue atascada.Y que la orden expedida por el Consejo Superior de la Judicatura la semana pasada, tomada en contravía de lo que pensaban las otras altas cortes, era un absurdo que sólo habría complicado aún más la situación por la que atraviesa esa rama del poder.Más que un triunfo para quienes se oponían al cierre de estos despachos o una forma de conjurar el paro anunciado por sus funcionarios, la decisión beneficia a los colombianos que deben acudir a la Justicia.También es la confirmación de que se necesita una reforma urgente y profunda, que resuelva de una vez problemas como el de la congestión, destine los recursos necesarios y garantice que los ciudadanos reciban una justicia pronta y cumplida.