La corrupción de siempre

La historia es la misma: unas entidades públicas que han incurrido en irregularidades y los encargados de auditarlas que se hacen los de la vista gorda a cambio de dádivas.

Ahora sucedió en Antioquia en un caso que se ha llamado la ‘Contraloría de Bolsillo’, por el cual están sindicados y detenidos el Contralor General de ese departamento, el subcontralor, tres alcaldes, el gerente de un hospital estatal y otros funcionarios más.

Según la Fiscalía, las auditorías realizadas entre el 2017 y el 2018 fueron alteradas para tapar irregularidades y a cambio se ofrecieron sobornos, hubo favorecimiento en contratos y los implicados enriquecieron de forma inusitada sus patrimonios.

Es la corrupción que nunca se va a acabar mientras las entidades encargadas de vigilar y fiscalizar el buen funcionamiento de la Administración Pública estén a merced del clientelismo.

Y mientras quienes han sido designados para ejercer ese control y para velar para que se imponga la transparencia en el manejo de los asuntos estatales, no honren la responsabilidad que tienen con la sociedad a la cual juran defender.

Hacerle frente a esa corrupción que se ha convertido en un mal endémico en el país, que esquilma los recursos públicos y empobrece a la Nación, y que se castigue con contundencia a los corruptos, es lo que reclaman los colombianos.