Ginebra mágico

La esencia de Ginebra, ese municipio vallecaucano que descansa recostado en las faldas de la Cordillera Central, está en las notas musicales.

Y también en los sabores tan propios de la comarca, con los que siempre conquista a quienes lo visitan.

Está además ese solaz que brindan sus calles, donde es un placer caminar bajo la sombra de los árboles, que se siembran por decenas en las aceras porque así se ha planeado.

Ginebra es todo ello y por eso es un Pueblo Mágico, título que le fue otorgado hace algunas semanas y que solo comparte con Roldanillo.

Imposible hablar de esta población sin referirse al Festival de Música Andina ‘Mono’ Núñez, el más importante de Colombia, donde se dan citas los mejores intérpretes del país, que cada año inundan con notas de bambucos, pasillos o guabinas todos los rincones, siempre en honor de uno de sus ilustres hijos, el músico Benigno ‘El Mono’ Núñez.

Su otra identidad emana de los olores y sabores del plato típico del Valle: el sancocho de gallina, ese que acompañado de las tostadas de plátano, el aguacate y el hogao se vende en cada esquina y le ha valido ser destino gastronómico por excelencia.

Por sobre todo ello está su gente, culta, inteligente y amable, que recibe con hospitalidad a quienes llegan y se sienten orgullosos de su tierra.

El título de Pueblo Mágico es apenas el comienzo de lo que será la consolidación de Ginebra como destino turístico, musical, gastronómico y jardín botánico del Valle.