En el limbo

Si hubo una ausencia notoria en los casos más recientes que involucraron agresiones a menores de edad en Cali, fue la de la regional Valle del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf.

El manejo que la entidad les dio a los graves sucesos cometidos contra una menor de edad en un jardín infantil de la ciudad y contra la niña del barrio Siloé obligada por tres adolescentes a aspirar humo de marihuana, se hizo desde Bogotá.

La razón es preocupante: desde octubre del año 2016, cuando renunció el último director en propiedad, el cargo en la regional se encuentra en interinidad, a la espera que se realice un concurso que determine la terna de nombres de la que saldrá el nuevo funcionario.

Cali y el Valle no se merecen esa omisión; en el departamento y en su capital suceden cada vez con más frecuencia hechos que atentan contra el bienestar y la integridad de menores de edad.

Y lo mínimo que se espera es que haya un director en propiedad, que pueda tomar decisiones autónomas e informar sobre los acontecimientos, con la inmediatez que se requiere.

Sin que exista presión de ninguna clase ni se interpongan intereses clientelistas, es necesario agilizar la elección de un funcionario que cumpla con todos los requisitos y tenga la idoneidad que requiere un cargo de tanta importancia que tiene como misión defender y garantizar los derechos de los niños vallecaucanos.
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