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El mal ejemplo

Y como si no fuera suficiente, el agredido salió disparado a buscar a su agresor, en un bochornoso acto de venganza que por fortuna fue impedido por sus compañeros.

15 de octubre de 2018 Por: Editorial .

Cuando se habla de fútbol en Colombia, su imagen de deporte limpio que convoca a multitudes a participar en forma pacífica se empaña por la violencia de las barras bravas y de los ilícitos que se cometen a su alrededor.

Pero en el partido del pasado domingo entre el Deportivo Cali y el Atlético Nacional en Medellín ocurrió un hecho insólito que muestra hasta dónde pueden llegar las conductas que alejan a los aficionados de los estadios.

A causa del cobro de una falta, dos jugadores del Nacional se trenzaron en una disputa pública delante de diecinueve mil aficionados y cientos de miles de televidentes que culminó con agresión de uno de ellos y su expulsión por conducta antideportiva.

Y como si no fuera suficiente, el agredido salió disparado a buscar a su agresor, en un bochornoso acto de venganza que por fortuna fue impedido por sus compañeros.

Hechos como ese, protagonizado en la cancha por quienes son figuras públicas y deberían ser protagonistas del juego limpio, desprestigian un deporte amenazado por la violencia que se vive en las graderías, en las afueras de los estadios y hasta en las carreteras del país.

Es el mal ejemplo que le hace daño al que se considera el deporte nacional en Colombia, y reclama sanciones y medidas ejemplarizantes de desagravio para con la afición que quería ver un espectáculo deportivo y se encontró con una pelea entre compañeros del mismo equipo.

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