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El enemigo común

Acoplarse a lo que ordena el decreto es la mejor manera de defender a la sociedad de uno de los peores enemigos de las últimas décadas: el narcotráfico.

15 de agosto de 2019 Por: Vicky Perea García

Con la decisión de la Alcaldía de Cali de regular el consumo de licor y drogas en lugares públicos se cumple el mandato del Código de Policía frente a los comportamientos que se requieren para una sana convivencia.

El Decreto 0540 prohibe el consumo de sustancias psicoactivas en 200 metros alrededor de instituciones educativas, así como de espacios recreativos y culturales de gran concurrencia.

La decisión fue pensada más en el derecho de los caleños, y en especial de los niños, de disfrutar un espacio público libre de la influencia de estas sustancias, que en los argumentos de quienes creen que consumir en un parque es parte del libre desarrollo de la personalidad.

El decreto no es tampoco una carta blanca que permite la venta de drogas en ciertos lugares de Cali, como algunos lo han interpretado.

Es una medida necesaria que busca proteger los derechos de esos niños que son las víctimas más apetecidas por los expendedores, quienes pretenden invertir hacia futuro creando adicciones y nuevos consumidores.

El éxito de este acuerdo dependerá de la acción decidida de las autoridades en hacer cumplir esta norma, que nace de la precisión que hizo la Corte Constitucional al declarar nulos dos artículos del Código de Policía que no se ajustaban a la ley.

Acoplarse a lo que ordena el decreto es la mejor manera de defender a la sociedad de uno de los peores enemigos de las últimas décadas: el narcotráfico.

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