El desorden decembrino

Ocurre lo mismo todos los años cuando diciembre se asoma en el calendario: el centro de Cali se atiborra de vendedores ambulantes, no hay manera de que los vehículos circulen por sus calles y la inseguridad se toma el sector.

Pero este 2020 tiene una diferencia, que la ciudad al igual que ocurre en el resto del mundo, se enfrenta a un virus que está lejos de vencerse y sigue circulando por donde le place buscando a las que serán sus próximas víctimas.

Por ello este año se necesita que las medidas que se tomen sí funcionen y se imponga el orden.

El gremio de comerciantes del Centro y la asociación que agrupa a los vendedores estacionarios reconocidos por la Alcaldía, denuncian que ya hay al menos un 30% más de puestos de mercancías en las calles.

Y que se comienzan a presentar congestiones vehiculares y a asomar problemas de seguridad en la zona, que se agravarán porque entre más se acerque la Navidad más ventas ambulantes se instalarán.

La situación este año puede ser más grave si se tienen en cuenta la crisis económica y el crecimiento del desempleo que ha generado la pandemia del coronavirus, así como la llegada de más inmigrantes venezolanos que buscan una oportunidad en la ciudad.

Si bien se han anunciado controles, incluidos los necesarios para evitar que los contagios se incrementen por la exposición de más personas en las calles, hay que insistir en que se cumplan las normas, se haga respetar el espacio público caleño y se proteja a los ciudadanos.