Alcohol e intolerancia

Los días de Feria, que deberían ser para disfrutar con alegría y divertirse de manera sana con las personas cercanas, dejan una estela de hechos violentos, muertes y peleas que ensombrecen a Cali.

Quince homicidios en los dos primeros días de la fiesta más reconocida de la ciudad, así como cinco personas muertas en accidentes viales el 27 de diciembre, es el saldo preliminar.

A ello se suman las riñas callejeras, en los establecimientos públicos o en medio de los espectáculos, que se cuentan por centenares según las autoridades.

El origen de esas disputas o de los siniestros viales que con frecuencia terminan en tragedia, esta principalmente en la ingesta de licor, que exalta los ánimos y exacerba la intolerancia entre los caleños.

Y también en el escaso control y en la falta de autoridad que imperan en la capital del Valle desde hace algunos años.

Todo ello ha llevado a los problemas de convivencia ciudadana que se hacen evidentes durante la Feria de Cali.

Mientras no se eduque a los caleños en el respeto a los demás y para que disfruten de las festividades sin cometer excesos al consumir alcohol, la ciudad seguirá padeciendo hechos violentos, como los que vive en este final de año, y decenas de familias sufriendo por las desgracias que los tocan.