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¿Volver al pasado?

Con su sociedad polarizada y su economía en cuidados intensivos, Argentina se encuentra en un momento decisivo para definir su camino hacia el futuro. Las simbólicas elecciones primarias de ayer solamente fueron la antesala de la gran contienda que se vendrá el 22 de octubre con las elecciones legislativas, donde la figura de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner ocupa gran parte del panorama.

13 de agosto de 2017 Por: Editorial .

Con su sociedad polarizada y su economía en cuidados intensivos, Argentina se encuentra en un momento decisivo para definir su camino hacia el futuro. Las simbólicas elecciones primarias de ayer solamente fueron la antesala de la gran contienda que se vendrá el 22 de octubre con las elecciones legislativas, donde la figura de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner ocupa gran parte del panorama.

En la práctica, estas primarias se plantearon como una contienda entre el kirchnerismo, que gobernó Argentina durante doce años, y el movimiento Cambiemos que lidera el presidente Mauricio Macri. Pero la situación tiene más profundidad, tanto que el oficialismo elevó el tono y planteó que las próximas las elecciones serán la oportunidad de ratificar “la apuesta al cambio” o “volver al pasado”.

No es poco lo que está en juego en Argentina. Las grandes propuestas de crecimiento, desarrollo e inversión dependerán de lo que suceda en los próximos meses. Con Cristina Fernández de nuevo en escena, y mientras la Justicia decide su suerte en los múltiples juicios que le siguen por corrupción, lo más probable es que el gobierno tenga muchas dificultades para acceder a los mercados financieros internacionales.

En junio pasado, el anuncio sobre el regreso de la cuestionada expresidenta para aspirar a un escaño en el Senado provocó de inmediato que el fondo de inversión Morgan Stanley no ascendiera a Argentina a la categoría de mercado emergente. Un duro golpe para los inversores y el impulso que necesita el país. Aunque el país está saliendo de una larga recesión y el consumo también comienza a mejorar, el déficit fiscal es todavía muy alto y roza el 8% del Producto Interno Bruto, por lo que la necesidad de endeudamiento se hace apremiante.

El Gobierno sabe lo que está en juego y no se ha ahorrado en críticas a la expresidenta. Le han recordado su íntima amistad con Hugo Chávez y le han fustigado “lo cerca que estuvimos de convertirnos en otra Venezuela”. En el cierre de campaña, el presidente Macri se quejó de la pésima gestión económica de su antecesora, dijo que le dejaron “un Estado destrozado” y que tuvo que poner en marcha un país “después de casi seis años sin crecimiento”.

La reaparición de la exmandataria ha revolcado la política en Argentina y ha puesto a temblar los mercados financieros. Su sola presencia ya le costó al Banco Central cerca de 200 millones de dólares en compras para que el precio de la moneda estadounidense se quedara estacionado en 18 pesos. Y la inflación no ayuda mucho. La subida de precios de julio fue de 1,7%, llegando al 13,8% en lo que va del año, muy cerca ya de la meta del 17%. Muchos de los inversionistas extranjeros le notificaron al Gobierno que esperarán hasta después del 22 de octubre para definir su participación.

Con este panorama no es difícil comprender por qué estas elecciones legislativas marcarán el derrotero de Argentina en las próximas décadas. Para Argentina, un triunfo de Cristina Fernández la devolvería al desafuero de un populismo irresponsable y acabaría la esperanza de recuperar una década perdida.

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