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Victoria chavista

El vicepresidente Nicolás Maduro consideró que el oficialismo propinó “una derrota estrepitosa (a los contrarios al régimen) y de derrota en derrota vienen” tras la reelección de Chávez en octubre. Aunque sobra la mofa, su declaración se ajusta a la realidad.

19 de diciembre de 2012 Por:

El vicepresidente Nicolás Maduro consideró que el oficialismo propinó “una derrota estrepitosa (a los contrarios al régimen) y de derrota en derrota vienen” tras la reelección de Chávez en octubre. Aunque sobra la mofa, su declaración se ajusta a la realidad.

Dos meses después de la tercera reelección de Hugo Chávez, el oficialismo ganó el domingo en las gobernaciones de 20 de los 23 estados de Venezuela. El chavismo que controlaba 15 Estados se apodera ahora del más poblado, el petrolero Zulia (noroeste), del industrial Carabobo (norte), del Táchira fronterizo con Colombia y el insular Nueva Esparta. Además suma al independiente estado de Monagas.La oposición logra retener Miranda (norte) en manos del excandidato presidencial Henrique Capriles, el norteño estado de Lara y el de Amazonas (sur).El vicepresidente Nicolás Maduro consideró que el oficialismo propinó “una derrota estrepitosa (a los contrarios al régimen) y de derrota en derrota vienen” tras la reelección de Chávez en octubre. Aunque sobra la mofa, su declaración se ajusta a la realidad.Lo reconoció el propio Capriles al asegurar que quienes no son adeptos al chavismo quedan “en situación difícil”. A lo que había que agregarle, “lo mismo que Colombia”, pues el hecho de que la oposición gobernara en Táchira, Carabobo y Zulia, estados fronterizos, permitía que se conocieran las denuncias sobre presencia de fuerzas armadas irregulares en territorio venezolano. Ahora con el triunfo chavista en esos estados esta ventana se ha cerrado.Pero no todo son luces para el oficialismo. La joya de la corona, el estado de Miranda, que tuvo como aspirante chavista al exvicepresidente Elías Jaua, vio triunfar de nuevo a Henrique Capriles quien demostró tener una retaguardia segura y cuyo liderazgo en el seno de los grupos contrarios al Presidente ya no podrá ser puesto en duda.Hecho éste que amaina la crisis opositora que ha sido puesta en evidencia en estas elecciones regionales. Es cierto que la abstención fue muy alta -sólo votó el 53% del censo electoral- y que se realizaron a la sombra de un Presidente que sufre graves quebrantos de salud y por cuya vida se teme. Sin embargo, ello no alcanza a explicar las derrotas de los rivales del partido oficial pese a que la mayoría de sus adeptos se encuentren entre las clases medias del país.Revela sí el grave problema de la oposición en Venezuela, que realmente no se ha unido alrededor del propósito común de dar fin a la dictadura chavista sino que aún insiste en personalismos y defensa de intereses grupales. Es un secreto a voces que muchos sectores tan sólo tenían en mente la victoria de ‘su’ posible candidato a la Presidencia y que deseaban incluso que los probables rivales salieran derrotados, incluido entre ellos a Henrique Capriles.Aunque nada está claro hacia futuro, la grave enfermedad de Chávez tal vez lleve a la realización de unas nuevas elecciones presidenciales, a las que la coalisión que se opone al régimen llegará golpeada si no saca pronto las lecciones de esta dura derrota.Su única carta por el momento es Henrique Capriles, alrededor del cual todos los movimientos contrarios al partido presidencial debieran unirse sin ambages. De lo contrario el chavismo seguirá mandando en Venezuela, aún sin necesidad de contar con la presencia del histriónico excoronel.

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