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Un Estado amigo

"Con la nueva normatividad se simplifica más el diario vivir de los colombianos y se defienden varios de sus derechos constitucionales, mientras se exige a los funcionarios y servidores, tanto del sector público como del privado, mayor eficiencia y compromiso en su desempeño y en su deber de brindar bienestar a la ciudadanía".

14 de enero de 2012 Por:

"Con la nueva normatividad se simplifica más el diario vivir de los colombianos y se defienden varios de sus derechos constitucionales, mientras se exige a los funcionarios y servidores, tanto del sector público como del privado, mayor eficiencia y compromiso en su desempeño y en su deber de brindar bienestar a la ciudadanía".

Confianza y eficiencia son los términos que mejor definen el alcance de la nueva Ley antitrámites que comenzó a regir esta semana en Colombia. Con ella se busca hacerles la vida más fácil a los ciudadanos, y de paso racionalizar cientos de procesos que se adelantan tanto en las entidades públicas como en el sector privado. No es otra cosa que ajustarse a la lógica de una sociedad moderna y tecnificada, pero sobre todo aplicar el principio de buena fe que determina la Constitución Nacional.Los 238 trámites y procesos que han sido abolidos o modificados, sin duda respondieron en su momento a necesidades específicas y a la urgencia de regular tanto la actuación de las personas, naturales y jurídicas, como de los organismos públicos. Pero hay que reconocer que con el paso del tiempo muchos se convirtieron en requisitos que entorpecieron el funcionamiento del Estado, se volvieron pretexto para aumentar la burocracia y, en general, complicaron la vida de los colombianos. Con el avance de la tecnología, cada vez se justifican menos los trámites presenciales o la expedición de documentos físicos. ¿Por qué, por ejemplo, la necesidad de entregar hoy un certificado de supervivencia cuando la Registraduría del Estado Civil está en la obligación de mantener actualizada su base de datos mes a mes? ¿O para qué las largas filas para obtener el pasado judicial que exige la mayoría de empresas a sus nuevos empleados si la información puede estar disponible en línea? Las palabras celeridad, economía y simplicidad, que encabezan los primeros artículos de la nueva Ley, resumen el alcance que ésta tendrá sobre las actuaciones administrativas. Es acercarse a un Estado moderno que deja de ser un obstáculo y se transforma en amigo del ciudadano.Pero más importante aún es que se reconoce el principio de la buena fe al que tienen derecho todos los colombianos. Así, en una forma positiva y equilibrada, se consolida la confianza entre la sociedad y el Estado, lo que es también una manera de avanzar en el desarrollo de la Nación. Las personas saben responder cuando se cree en ellas, cuando se trabaja para facilitarles la vida, cuando los gobiernos actúan como aliados y no como obstáculos.Con el de esta semana, ya son tres los decretos de ley antitrámites que se expiden en Colombia en los últimos 20 años. Los de 1995 y el 2005 permitieron ajustar, modificar o suprimir procesos que en su momento se consideraron obsoletos. Con la nueva normatividad se simplifica más el diario vivir de los colombianos y se defienden varios de sus derechos constitucionales, mientras se exige a los funcionarios y servidores, tanto del sector público como del privado, mayor eficiencia y compromiso en su desempeño y en su deber de brindar bienestar a la ciudadanía.Con seguridad, la mayoría de los colombianos sabrá responder con responsabilidad y honestidad al voto de confianza y a las facilidades que le brindan las nuevas normas. Así el país avanzará en la construcción de un Estado más cercano a la sociedad y más afín a los cambios que imponen los tiempos y la tecnología.

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