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Un cambio inexorable

"Como van las cosas, EE.UU. será una nación diferente. Ello implicará tener que pensar en políticas que se ajusten a esas realidades. Lo cual llevaría a cambiar la forma como el Congreso y el Gobierno miran a las minorías y toman decisiones que las afectan".

9 de septiembre de 2011 Por:

"Como van las cosas, EE.UU. será una nación diferente. Ello implicará tener que pensar en políticas que se ajusten a esas realidades. Lo cual llevaría a cambiar la forma como el Congreso y el Gobierno miran a las minorías y toman decisiones que las afectan".

Estados Unidos ya lo sabe: cada vez está más acerca el día en el cual las minorías de los inmigrantes y afroamericanos, se convertirán en mayorías. Ese futuro obligaría a cambiar sus políticas sociales y el tratamiento a comunidades que hasta ahora han estado en desventaja.El censo del 2010 arrojó cifras contundentes. En la última década la población hispana creció un 43% y hoy suma 50,4 millones de personas, es decir el 16% del total de habitantes de EE.UU, en tanto las comunidades negras representan el 13%. La explicación está en la baja tasa de natalidad entre la población blanca en contraposición al alto número de nacimientos entre los latinos y los afroamericanos. Hoy la mitad de los bebés menores de un año pertenecen a los grupos étnicos minoritarios.El mayor impacto del censo es saber que en 22 de las 100 ciudades principales esos grupos ya no son minoría. Nueva York, Washington DC, Memphis, Las Vegas y San Diego, entre otras, hacen ahora parte de ese grupo en el que están desde tiempo atrás Miami, San Antonio, El Paso y Fresno. Mientras tanto, cada vez más blancos se desplazan al centro sur y al centro oeste del país, como Utah, Idaho y Tennessee, en los que históricamente se ha mantenido la supremacía anglosajona y que son conocidos por su radicalismo en contra de inmigrantes y minorías raciales, contrario a los principios de libertad y respeto de los que ha sido adalid Estados Unidos.Como van las cosas, EE.UU. será una nación diferente. Ello implicará tener que pensar en políticas que se ajusten a esas realidades. Lo cual llevaría a cambiar la forma como el Congreso y el Gobierno miran a las minorías y toman decisiones que las afectan. La Casa Blanca, los demócratas y republicanos saben que tienen temas pendientes, como el de una reforma migratoria, y que de las decisiones que tomen hoy dependerá el futuro respaldo político que logren de la que será su población mayoritaria.Sin desconocer las oportunidades que el país norteamericano ha ofrecido a millones de personas llegadas de Latinoamérica, aún hay brechas para cerrar, como que los ingresos de los anglosajones sean 20 veces más altos que los de los afroamericanos y 18 veces más que los de los hispanos. Si a la vuelta de unas décadas la economía estadounidense va a estar soportada por esas comunidades se tiene que pensar en que será más productivo para el país estimular su acceso a la educación, la salud y el trabajo, a la vez que aprovechar las ventajas de tener una población multicultural y multilingüe. Como dice William Frey, analista demográfico del Instituto Brookings, “Las grandes áreas metropolitanas serán los laboratorios para el cambio. Las decisiones que ahí se tomen para ayudar a las minorías a asimilar y convertirse en parte de la fuerza social y productiva, forzarán el estudio de otras partes del país que son ‘blancas’ y no han sido muy tocadas por los cambios de población”. Su conclusión es que Estados Unidos debe trabajar en la construcción de una sociedad más incluyente y con igualdad de oportunidades.

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