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Triunfo inobjetable

"A Obama le queda la posibilidad de continuar como antes, con una Cámara de Representantes manejada por los Republicanos y un Senado dirigido por su partido Demócrata, tratando de sacar adelante sus iniciativas. Pero puede también convocar un gobierno de unión que se base en puntos de acuerdo para superar problemas como el desempleo y el manejo fiscal de su Nación"

8 de noviembre de 2012 Por:

"A Obama le queda la posibilidad de continuar como antes, con una Cámara de Representantes manejada por los Republicanos y un Senado dirigido por su partido Demócrata, tratando de sacar adelante sus iniciativas. Pero puede también convocar un gobierno de unión que se base en puntos de acuerdo para superar problemas como el desempleo y el manejo fiscal de su Nación"

Con un 50% de la votación frente al 48% de su opositor, y conquistando 307 de los 538 delegados al Consejo Electoral, Barack Obama obtuvo una inobjetable reelección. Sin embargo, el resultado le da a entender lo dividido que están los votantes y la necesidad de tratar de convocar a su país a trabajar unidos para enfrentar los problemas que sin duda no serán fáciles de resolver para su economía y la generación de empleo que demanda la sociedad de la Nación más poderosa.El resultado, amplio en los delegados recibidos por el candidato demócrata, contrasta con el cerrado duelo que demostraron los resultados en las urnas. En el primer aspecto se demostró la habilidad política del presidente en ejercicio para jugar sus cartas frente a su contendor. Fue su paciencia para despertar a las minorías étnicas y de todo orden, para movilizar a los trabajadores en lugares claves como Ohio y para invertir con calculada habilidad los recursos de su campaña en despertar y reforzar la fidelidad de su partido, confundido en algunas partes por los contradictorios mensajes económicos de su candidato.Contrastó esa estrategia con la posición de Mitt Romney, su rival. Apegado a los principios radicales del “tea party” que pregona la magia de las leyes del mercado para resolver los problemas económicos y sociales, el candidato republicano se empeñó en descalificar los intentos de Obama por brindar seguridad médica, o por intervenir en el salvamento de la industria automotriz, además de descalificar todas sus propuestas. Como se ve por los resultados, esas posiciones, aunque recibieron sin duda grandes adhesiones, fueron derrotadas ayer. Y reclaman un viraje, abandonando los radicalismo que le quitan las opciones de poder al Partido Republicano.Terminó así la campaña más costosa en la historia de los Estados Unidos. Calculada en más de seis mil millones de dólares la inversión realizada por los dos partidos, el derroche, particularmente intenso en avisos publicitarios, ya empieza a ser cuestionado en algunos sectores que consideran un exceso la cantidad de recursos y un obstáculo peligroso contra la democracia. Máxime, cuando el desarrollo de los medios de comunicación como el twiter y el facebook hacen posible llegar a millones de personas jóvenes. Es importante agregar que, como ocurrió en la elección de 2008, éstos medios se convirtieron en herramienta eficaz para la campaña del hoy presidente reelecto. A Obama le queda la posibilidad de continuar como antes, con una Cámara de Representantes manejada por los Republicanos y un Senado dirigido por su partido Demócrata, tratando de sacar adelante sus iniciativas. Pero puede también convocar un gobierno de unión que se base en puntos de acuerdo para superar problemas como el desempleo y el manejo fiscal de su Nación.Es lo que se esperaría de un hombre capaz de concitar a las innumerables minoría de su país, que en forma lenta pero segura empiezan a tener protagonismo y a reclamar más poder para resolver sus demandas, como está ocurriendo con los millones de latinos que llegaron a la patria de Lincoln en busca del Sueño Americano.

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