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Tragedia invernal

"Las declaratorias de emergencia que han lanzado las autoridades de Cali y del Valle son necesarias para que la población, los organismos de socorro y las entidades ambientales permanezcan en alerta para evitar tragedias mayores".

24 de abril de 2011 Por:

"Las declaratorias de emergencia que han lanzado las autoridades de Cali y del Valle son necesarias para que la población, los organismos de socorro y las entidades ambientales permanezcan en alerta para evitar tragedias mayores".

Sin haberse recuperado aún de las calamidades que produjo el invierno a finales del año pasado, Cali y el Valle padecen otra vez los estragos causados por las lluvias. El llamado es a la solidaridad ciudadana, a que se aceleren las labores para recuperar las zonas afectadas y a que el Gobierno Nacional les brinde a la ciudad y a la región las ayudas necesarias.En la capital vallecaucana la temporada invernal ha provocado el desbordamiento de cuatro de sus ríos tutelares y el colapso de los canales de agua lluvias, que evidencian la falta de juicio de la población que los convirtió en basureros públicos. Hay barrios inundados, sobre todo en el sur de la capital del Departamento, con las consecuentes pérdidas materiales para los habitantes. Y deslizamientos de tierra en la zona de ladera, que por fortuna no han dejado víctimas mortales pero reviven el fantasma de las tragedias que se pueden presentar en esos asentamientos en zonas de altísimo riesgo a los que las autoridades no han sabido cómo darles solución. En el Valle del Cauca ya se cuentan 3.152 familias afectadas por el desbordamiento de ríos, deslizamientos de tierra y la inundación de cultivos, en municipios como Bolívar, Jamundí, La Victoria, Bugalagrande, Tuluá, Yotoco, Palmira y Candelaria. Viven de nuevo el drama humano de perderlo todo, sus casas, sus pertenencias, la fuente de su sustento, su tranquilidad, aún sin haberse recuperado del anterior desastre. Y se preguntan si las ayudas prometidas llegarán a tiempo, o al menos llegarán, para mitigar un poco la intranquilidad y empezar a rehacer sus vidas.Las declaratorias de emergencia que han lanzado las autoridades de Cali y del Valle son necesarias para que la población, los organismos de socorro y las entidades ambientales permanezcan en alerta para evitar tragedias mayores. Más cuando se prevé que el fenómeno de La Niña, con sus lluvias intensas, continúe hasta finales del mes de junio. Ahora hay que conseguir los recursos para brindar la ayuda humanitaria requerida y para comenzar lo antes posible el rescate de las zonas afectadas. Asuntos como la recuperación del jarillón del río Cauca a su paso por Cali, que implica la reubicación de 12.000 invasores y los trabajos de afianzamiento del dique, no dan más espera. Como tampoco se puede aplazar más las soluciones para las zonas de ladera, donde miles de familias viven en condiciones primarias, expuestas al desastre inminente. El Gobierno Nacional debe mirar hacia el Valle y su capital, aún en el entendido de que la tragedia por el invierno afecta al 90% del territorio colombiano. Se requieren los recursos para ayudar a la población y para reducir los efectos que con seguridad tendrá esta temporada de lluvias en la economía regional. Y se debe hacer un llamado a la solidaridad de los caleños y los vallecaucanos, para que extiendan su mano a quienes han resultado afectados. Ni Cali, ni el Valle se pueden dejar solos frente a esta tragedia cuyas proporciones aún son difíciles de calcular, pero que puede convertirse en la peor que haya vivido el Departamento en su historia reciente.

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