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Tendencias autoritarias

"Una segunda reelección presidencial está prohibida en Argentina. Además el gobierno de doña Cristina va mal y no goza del aprecio ciudadano. Así, aunque lo quiera la Presidenta, la aventura reeleccionista en Argentina no parece tener futuro".

17 de septiembre de 2012 Por:

"Una segunda reelección presidencial está prohibida en Argentina. Además el gobierno de doña Cristina va mal y no goza del aprecio ciudadano. Así, aunque lo quiera la Presidenta, la aventura reeleccionista en Argentina no parece tener futuro".

Aunque aún no existen confirmaciones oficiales, el tono agresivo de los discursos de la Presidenta de Argentina y sus mensajes a Hugo Chávez indican que ella está pensando en presentarse a elecciones por tercera vez.En eso, su mandato se parece al de su par venezolano, pese a que hay diferencias importantes entre las dos naciones. Y más allá, se parece a una nueva tendencia latinoamericana, que añora la época de los dictadores y pretende implantar una especie de presidentes eternos, mesías democráticos de los que dependen las salvaciones de los países.Es el caso de Venezuela, Nicaragua, Bolivia, la inclinación de Ecuador y Argentina. Una mala tendencia, la de adecuar las constituciones a los presidentes, que muestra la inmadurez de las democracias latinoamericanas. Parecen corresponder a pueblos acostumbrados a ‘padres de la patria’ capaces de hacer y deshacer a su antojo. Esta tentación autoritaria parece estar enraizada en la historia de las naciones latinoamericanas, desde México hasta Argentina.Y poco parece importar que haya lecciones recientes de madurez política, como sucedió en Chile y Brasil, donde dos presidentes de enorme popularidad se negaron a pugnar por su reelección, aduciendo la necesidad de renovar los gobiernos de sus respectivas naciones.Chávez ha dicho sin ambages que quiere estar en la Presidencia de Venezuela hasta el 2021 con todo y su grave enfermedad. La señora Fernández de Kitchner, que ya fue reelegida, no lo ha manifestado de esa manera, pero ciertas similitudes de su gobierno con el venezolano así lo indican. Ambos decidieron controlar la compra de dólares por parte de sus ciudadanos, desatando pánico financiero y creando un especulativo mercado negro de divisas. Ambos iniciaron una política de nacionalizaciones de empresas extranjeras y ambos la emprendieron contra los medios de comunicación que no se plegaron a la propaganda oficial.Por último, y especialmente notorio en la señora Kirchner, ambos utilizan un lenguaje agresivo contra sus opositores e incluso tratan de enlodarlos en asuntos judiciales, como también lo han hecho los presidentes ecuatoriano y venezolano.Pero Argentina no es Venezuela. Aunque el peronismo legó una base social apta para las dictaduras, lo cierto es que en Argentina el crecimiento de la clase media y el alto nivel académico de sus universidades han generado una masa importante de opinión crítica que, reforzada por haber sufrido la experiencia de dictaduras militares, tiene en alta estima el derecho a la libertad. Los medios de comunicación, pese a la persecución oficial, no han bajado sus banderas y gozan de audiencia ciudadana importante.Adicionalmente, aunque el peronismo tiene mayoría en el Congreso, la fuerza de la oposición se ha hecho sentir y, lo que es más importante, el Ejecutivo no ha podido cooptar al poder Judicial. Y una segunda reelección presidencial está prohibida en Argentina. Además el gobierno de doña Cristina va mal y no goza del aprecio ciudadano. Así, aunque lo quiera la Presidenta, la aventura reeleccionista en Argentina no parece tener futuro.

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