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Soluciones a la mano

La producción de esas energías ‘limpias’ facilitaría que más gente tenga acceso al servicio, se protegería del medio ambiente al reducir la emisión de gases contaminantes y las fuentes de agua que hoy son utilizadas para generar el 80% del servicio eléctrico nacional. Colombia tiene todas las posibilidades de hacer ese desarrollo por sus características geográficas y por estar en el Trópico.

13 de septiembre de 2014 Por:

La producción de esas energías ‘limpias’ facilitaría que más gente tenga acceso al servicio, se protegería del medio ambiente al reducir la emisión de gases contaminantes y las fuentes de agua que hoy son utilizadas para generar el 80% del servicio eléctrico nacional. Colombia tiene todas las posibilidades de hacer ese desarrollo por sus características geográficas y por estar en el Trópico.

En la era de la tecnología y la globalización, medio millón de colombianos aún cocinan en estufas de leña y se alumbran con la luz de las velas. Son, como dijo el Ministro de Minas y Energía al anunciar la cifra, los que viven en las fronteras del país, en las costas o en las selvas, donde no llega la electricidad y el Estado apenas hace presencia. La solución estaría en las energías renovables. Si alguien sabe de las incomodidades de no contar con servicios públicos, son las poblaciones del Pacífico, que en su mayoría hacen parte de las estadísticas divulgadas por el ministro Tomás González. Extender las redes de energía hasta esos lugares requiere que la Nación invierta mínimo $4 billones, un costo que podría racionalizarse si se aplica la Ley de Energías Renovables no Convencionales promulgada este año.Es la herramienta para impulsar la generación energética con métodos diferentes a las tradicionales. La producción de esas energías ‘limpias’ facilitaría que más gente tenga acceso al servicio, se protegería del medio ambiente al reducir la emisión de gases contaminantes y las fuentes de agua que hoy son utilizadas para generar el 80% del servicio eléctrico nacional. Colombia tiene todas las posibilidades de hacer ese desarrollo por sus características geográficas y por estar en el Trópico.El bagazo de caña y el compostaje que se obtiene de los desechos animales, al igual que las algas marinas, el viento, el sol, el biogás que emana de los rellenos sanitarios y la geotermia, son algunas de esas alternativas que hacen pensar que no es tan complejo encontrar la manera de llevar electricidad a los 500.000 colombianos que hoy siguen a oscuras. Se necesitan recursos para impulsar los proyectos y voluntad para desarrollarlos y volverlos útiles.En el país se adelantan proyectos en ese sentido, como el Parque Eólico Jepírachi en el municipio de Uribia, en la Guajira, que tiene 15 molinos de viento produciendo cada uno 1.300 kilovatios, los que en su conjunto servirían para abastecer a una población pequeña. O la propuesta de los habitantes del Medio Baudó chocoano para generación eléctrica usando bagazo de caña como materia prima. La Ensenada de Utría ensaya con los paneles solares y en Fredonia, Antioquia, con el biogás que se obtiene del estiércol de cerdos y vacas.Infortunadamente, proyectos como el de energía eólica para el Archipiélago de San Andrés y Providencia, encuentran reticencia entre autoridades y población. La solución puede estar al alcance, pero no hay recursos que valgan o que se puedan ahorrar si no hay voluntad para innovar en alternativas de generación, como ya se hace en buena parte del mundo donde el 20% de la electricidad se produce con sistemas renovables.Colombia debe aprovechar su ventaja geográfica y posición privilegiada para desarrollar sistemas de generación energética que lleguen a las comunidades que hoy padecen por la falta del servicio y a aquellas zonas donde el Estado pocas veces hace presencia. Las soluciones están a la mano y las leyes dictadas.

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