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Solidaridad con Bolivia

La falta de esas explicaciones es lo que ha hecho crecer el reclamo, hasta el punto en que la OEA ha emitido una protesta inédita en sus 60 años de historia, y que se convierte en antecedente a tener en cuenta. No es una declaración de guerra ni una amenaza: es un cordial pero enérgico rechazo de Latinoamérica unida, a una conducta indebida que lesionó la dignidad de una nación, al insinuar que su Presidente había convertido el avión en refugio de un espía.

11 de julio de 2013 Por:

La falta de esas explicaciones es lo que ha hecho crecer el reclamo, hasta el punto en que la OEA ha emitido una protesta inédita en sus 60 años de historia, y que se convierte en antecedente a tener en cuenta. No es una declaración de guerra ni una amenaza: es un cordial pero enérgico rechazo de Latinoamérica unida, a una conducta indebida que lesionó la dignidad de una nación, al insinuar que su Presidente había convertido el avión en refugio de un espía.

Mediante un comunicado emitido el pasado miércoles, La Organización de Estados Americanos, OEA, expresó algo parecido a una protesta contra el tratamiento que recibió el presidente de Bolivia de parte de los países que se negaron a abrir su espacio aéreo para que los sobrevolara el avión en el que viajaba de regreso a su país. Con ello se hace presente la solidaridad de los gobiernos de América Latina con el mandatario boliviano. El documento fue firmado por todos los integrantes de la OEA, excepto por Canadá, que fijó su posición alegando “interpretaciones conflictivas sobre los hechos ocurridos”. Y por Estados Unidos, que por razones obvias debió abstenerse de votar en la sesión donde se adoptó la decisión, puesto que estuvo en el centro del incidente en la medida en que todo se produjo por la supuesta presencia de Edward Snowden en el avión presidencial. De todas maneras, este país alegó que “los hechos pertinentes al incidente en cuestión no son claros y son objeto de informes conflictivos”, para negarse a apoyar el documento.Como se puede deducir, el hecho toma importancia ante el silencio de quienes desconocieron el derecho internacional y sometieron al presidente de Bolivia a un trato injusto y degradante, además de poner en riesgo su integridad y la de los demás ocupantes del avión. Razón suficiente para que les sean dadas explicaciones claras y precisas sobre lo ocurrido, que además se constituye en un precedente que desconoce la tradición internacional y la propia majestad de quienes representan las naciones. La falta de esas explicaciones es lo que ha hecho crecer el reclamo, hasta el punto en que la OEA ha emitido una protesta inédita en sus 60 años de historia, y que se convierte en antecedente a tener en cuenta. No es una declaración de guerra ni una amenaza: es un cordial pero enérgico rechazo de Latinoamérica unida, a una conducta indebida que lesionó la dignidad de una nación, al insinuar que su Presidente había convertido el avión en refugio de un espía.La gente del común se pregunta por qué es tan difícil presentarle disculpas al presidente Evo Morales y por su conducto al pueblo boliviano. Quizás la respuesta resida en el bochorno que deben sentir quienes actuaron sobre una información falsa, y motivados por el afán de ser solidarios con los Estados Unidos en la persecución al espía que se les escapó de las manos y se dedica ahora a revelar secretos como la intercepción masiva e ilegal en muchos países, entre los cuales Colombia ocupa lugar de preeminencia. En esas condiciones, ya no es Unasur impulsada por los miembros de la Alianza Boliviariana Para los Pueblos de Nuestra América, Alba, la que protesta. Ahora es toda América Latina la que expresa su rechazo y, por encima de las diferencias ideológicas, exige satisfacciones para un miembro de su comunidad que fue tratado en forma arbitraria. La palabra la tienen entonces los gobiernos de Francia, España, Italia y Portugal, que prestaron su concurso a un hecho inaceptable a pesar de proclamar su amistad y su respeto al pueblo boliviano.

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