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Sin Justicia en Venezuela

"La Justicia en Venezuela ya no es el poder público encargado de mantener la concordia a través de sus fallos, sino un instrumento más para golpear, silenciar y perseguir a quienes no formen parte de la asociación que se apoderó del Estado".

29 de octubre de 2015 Por:

"La Justicia en Venezuela ya no es el poder público encargado de mantener la concordia a través de sus fallos, sino un instrumento más para golpear, silenciar y perseguir a quienes no formen parte de la asociación que se apoderó del Estado".

Las declaraciones que ha entregado el fiscal que tuvo a su cargo el proceso contra el dirigente Leopoldo López confirman que la justicia que se aplica en Venezuela está enferma de parcialidad. Y ya no es el poder público encargado de mantener la concordia a través de sus fallos, sino un instrumento más para golpear, silenciar y perseguir a quienes no formen parte de la asociación que se apoderó del Estado.Oír al fiscal Franklin Nieves produce una mezcla de indignación y escalofrío. Lo primero, porque sus palabras descubren hasta dónde se usa la democracia formal para imponer el totalitarismo que persigue la libertad de expresión, que niega el derecho a la protesta y está empeñado en acabar a sus opositores. Lo segundo, puesto que demuestra hasta dónde está expuesto el pueblo de Venezuela a una tragedia en todos los órdenes, sometido como está a los favores que le prodiguen sus opresores. El fiscal Nieto, quien fue destituido por sus jefes, narró con sangre fría la manera en que él cumplió el empeño que le encargó el régimen de Chávez, de Maduro, de Diosdado Cabello y de las Fuerzas Armadas venezolanas. Fabricó pruebas contra López, le negó el derecho a la defensa, impidió que los testigos reclamados por él fueran oídos en el proceso. Ya en el exilio, declara a quien quiera oírlo la manera en que la Justicia en su país es apenas una farsa infeliz de personajes que sólo se interesan por cumplir las órdenes del presidente y sus conmilitones.Es lo mismo que pasa con la economía, agotada por la corrupción, el desabastecimiento y la pobreza galopante. Ahora resulta que los culpables son los empresarios grandes, medianos o pequeños que se atreven a producir o comercializar productos. Como son culpables por la violencia que se vive en Venezuela. No sería extraño que, al igual que los opositores, se les acuse de armar a los criminales que asaltan en las calles en un alarde de impunidad soberbio, o de conspiraciones contra la estabilidad de un régimen que se cae a pedazos y amenaza con producir una confrontación sangrienta en ese país.Con las declaraciones de Nieto quedó en claro que la Justicia en la patria de Bolívar no existe. Y que, al estilo de dictadores como Marcos Pérez Jiménez, es sólo un mazo para golpear a quienes no comulguen con el totalitarismo que avanza mediante el empobrecimiento de los venezolanos y su dependencia de un Estado que les dice si hay o no comida, si pueden conseguir artículos de primera necesidad o las drogas y los implementos médicos que necesitan los enfermos.Pero, ante todo, un protagonista principal de la farsa confirmó la ilegalidad del proceso contra Leopoldo López. Esa es la clase de justicia que impera en el país vecino, donde hasta el hecho de ser colombiano se ha convertido en motivo de sospechas, en la intención clara del régimen por declararlos culpables de la crisis que vive Venezuela. Por eso, y así los funcionarios manejados por la cúpula del poder se nieguen a absolver a López, el mundo libre debe insistir en reclamarlo, como protesta contra la violación de sus derechos y el atropello contra la verdadera Justicia.

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