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Seguridad para el Valle

El aumento en los índices de criminalidad en Cali, las amenazas del narcotráfico y la reaparición de grupos armados ilegales en varias zonas del Valle son realidades que no se pueden negar.

26 de septiembre de 2018 Por: Editorial .

El aumento en los índices de criminalidad en Cali, las amenazas del narcotráfico y la reaparición de grupos armados ilegales en varias zonas del Valle son realidades que no se pueden negar. Todas las medidas que se tomen para enfrentar estos problemas son necesarias y deben ser apoyadas por los vallecaucanos.

En días recientes en el departamento y en su capital se han reportado hechos que generan alarmas justificadas entre la población y sus autoridades. El carro cargado de armas hallado en un parqueadero del centro de Cali, a pocos metros de la Gobernación, fue uno de estos; días después ocurrió el asesinato de dos erradicadores de cultivos ilícitos en El Dovio; a ello se suman las denuncias por la presencia de grupos armados, que podrían ser paramilitares o disidentes de la guerrilla o cualquier otra organización del crimen, en zonas rurales de Tuluá y de Florida.

Son casos que se agregan a los problemas ya existentes de inseguridad y criminalidad en Cali, que sigue siendo una de las ciudades más violentas del país con una tasa de homicidios de 50 por cada 100.000 habitantes y donde van 838 asesinatos en lo corrido del año. Por todos es conocido también el corredor del narcotráfico que existe en el sur del Valle en límites con el Cauca y el daño que se está causando a poblaciones como Palmira o Jamundí. Es un fenómeno similar al que ocurre en el Cañón del Garrapatas, que ha sido durante 20 años la salida del comercio ilícito de estupefacientes hacia el Pacífico.

Todo ello llevó a que se realizara un consejo extraordinario de seguridad en Cali con la presencia del ministro de Defensa, Guillermo Botero, y de los altos mandos militares y de Policía. Los resultados de las decisiones tomadas en esa reunión comienzan a verse, como el aumento del pie de fuerza para Palmira que ya llegó, así como el anuncio del arribo en un lapso de cuatro años de 1000 hombres más para reforzar la presencia de la Fuerza Pública en toda la región. Además se conformará un nuevo batallón con 350 soldados para apoyar la operación Atalanta contra el narcotráfico y contra aquellas organizaciones criminales que desestabilicen al Valle.

Con esas medidas se espera mejorar la seguridad en Cali y en los principales municipios, además de zonas definidas como críticas como lo es el Pacífico vallecaucano. Son medidas necesarias que deben ser respaldadas por la comunidad para que tengan la efectividad que se necesita. Para conseguir que así sea es importante establecer lazos que acerquen a los ciudadanos con sus autoridades y con los organismos encargados de protegerlos, porque si no se genera esa confianza será difícil conseguir el apoyo y la voluntad de todos en el departamento.

Es momento de enfrentar con la mayor firmeza, y con el apoyo de la Nación, a quienes tratan de desestabilizar al Valle o alterar su seguridad recurriendo a la amenaza y a la violencia aprovechando la debilidad en la respuesta. No se puede permitir ningún retroceso en una región que ha luchado durante tantos años para conseguir su tranquilidad y erradicar de su territorio al crimen organizado.

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